Las insospechadas fortalezas de la sociedad espa?ola
Espa?a no ha salido noqueada de las dur¨ªsimas pruebas a que ha estado sometida en estos seis ¨²ltimos a?os. Ha mostrado una capacidad de resiliencia inesperada
?Espa?a en el agujero? Los jueces excavan en el aparente pozo sin fondo de la corrupci¨®n pol¨ªtica mientras los partidos anteponen su provecho particular a la estabilidad institucional y al inter¨¦s general. La precariedad e incertidumbre laboral caracterizan el estado ordinario de muchos j¨®venes llamados a emigrar al tiempo que la mitad de los catalanes y vascos se colocan mentalmente con un pie fuera del viejo solar com¨²n. ?Cabe contraponer a esta situaci¨®n la bater¨ªa de fortalezas: inteligencia exportadora creciente, red de seguridad familiar, esp¨ªritu de adaptaci¨®n y sacrificio, disposici¨®n al asociacionismo y la reinvenci¨®n de alternativas pol¨ªticas... demostrada por la sociedad durante la doble crisis econ¨®mica y pol¨ªtica o eso ser¨ªa situarse al otro lado del espejo, en el espacio del voluntarismo y la ficci¨®n?
Por descorazonador que resulte contemplar el escaparate de la actualidad y por maltrecha y resentida que se encuentre buena parte de la sociedad, Espa?a no ha salido noqueada de las dur¨ªsimas pruebas a que ha estado sometida en estos seis ¨²ltimos a?os. Hubo momentos en los que pareci¨® tambalearse medio grogui a expensas de las sacudidas de la crisis, pero en esta larga traves¨ªa del desierto ha mostrado una capacidad de resiliencia insospechada. "Tenemos una sociedad civil mucho m¨¢s potente y articulada de lo que cab¨ªa pensar", sostienen los economistas Rafael Myro, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Delgado y Juan Jos¨¦ Dolado; los polit¨®logos Fernando Vallesp¨ªn y Carol Galais, el antrop¨®logo Carles Feixa, el soci¨®logo Pau Mari Klose y el psic¨®logo social Enric Pol. En sus an¨¢lisis, asoma continuamente la idea de que la sociedad espa?ola est¨¢ por encima de sus pol¨ªticos: que es m¨¢s capaz, m¨¢s din¨¢mica y creativa, m¨¢s habilitada para la superaci¨®n y el cambio.
?Tiene raz¨®n Luis de Guindos cuando declara que el esfuerzo realizado por nuestro pa¨ªs para recuperar su econom¨ªa se estudiar¨¢ en los libros de Historia? Tal aseveraci¨®n del ministro de Econom¨ªa obvia que la desigualdad se ha disparado en nuestro pa¨ªs, que la pobreza ha vuelto a aflorar en nuestras calles y que muchos salarios de los contratos de nuevo cu?o no dan para vivir. Es una afirmaci¨®n que no deslinda los territorios sociales en los que el "esfuerzo" para superar la crisis se ha pagado con la moneda de los sacrificios descarnados y de las trayectorias vitales truncadas, con las ilusiones rotas; con sufrimiento, en suma. "Se ha vivido de la pensi¨®n del abuelo y del subsidio del padre. El ajuste se ha hecho con la p¨¦rdida de empleo, la reducci¨®n de los salarios, el aumento de los trabajos a tiempo parcial y sin mejorar la formaci¨®n laboral. Las ganancias del capital no filtran a la clase trabajadora y las generaciones m¨¢s preparadas se han ido fuera a procurarse el ascensor social que no encuentran aqu¨ª", constata Juan Jos¨¦ Dolado.
"En t¨¦rmino relativos respecto al PIB, Espa?a es la tercera econom¨ªa europea en intensidad inversora en el exterior y la segunda en intensidad receptora. Tenemos un tejido productivo m¨¢s s¨®lido y competitivo de lo que habitualmente se cree. Gracias a ¨¦l, entre 2006 y 2013, la inversi¨®n exterior directa en Espa?a hizo aumentar el empleo el 5,25% y los salarios reales un 1,89%, adem¨¢s de facilitar el 30% de las exportaciones espa?olas. Ya hay 600 empresas que exportan por encima de los 50 millones de euros. Pero la garant¨ªa de que el crecimiento se asiente solo puede venir por un cambio del modelo productivo que consiga una alza de la productividad, la base de la mejora del nivel de vida de la poblaci¨®n, el sostenimiento de la competitividad en precios de los productos y la continuidad en la internacionalizaci¨®n de las empresas", subraya Rafael Myro, autor del estudio "Claves del ¨¦xito de las exportaciones espa?olas".
Los analistas establecen una relaci¨®n directa entre el cambio social producido en estos a?os y el cambio pol¨ªtico en marcha. "La crisis econ¨®mica e institucional no se ha topado con una sociedad pasiva, inane, sin capacidad de respuesta; m¨¢s bien ha actuado de revulsivo, estimulando readaptaciones y modificando comportamientos. Al dejar al descubierto las debilidades del modelo productivo, al destapar la corrupci¨®n y al poner de manifiesto el defectuoso funcionamiento de las instituciones, la crisis ha tensado la capacidad de respuesta social y el resultado es un intenso proceso adaptativo y de renovaci¨®n", sostiene Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Delgado. Tambi¨¦n Fernando Vallesp¨ªn pone el acento en el dinamismo-activismo que ha llevado a aguzar el esp¨ªritu cr¨ªtico ante las ineficiencias y carencias y a convocar a una nueva moral p¨²blica m¨¢s estricta y exigente, menos permisiva. "Hay un cambio de pautas en la manera de enfocar el mundo de lo social. La gente se agrupa, se asocia, comporte problemas, proyectos y soluciones. Se ve en la resistencia, creatividad y capacidad de adaptaci¨®n del mundo del teatro, en la proliferaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n digitales, en muchas ¨¢reas. Esta es una sociedad que se mueve", indica.
Espa?a es hoy una sociedad m¨¢s desconfiada, menos articulada y feliz que al inicio de la crisis, pero ahora parece dispuesta a regenerar su sistema, a involucrarse en la marcha de la pol¨ªtica, a vigilar el funcionamiento de sus instituciones. Trocar el estallido de indignaci¨®n de 2011 en acci¨®n positiva, saber encauzar hacia la participaci¨®n pol¨ªtica las emociones negativas de rechazo al estado de cosas ha sido un valor que ha enterrado el eslogan "No nos representan". A derecha e izquierda, la sociedad se ha organizado desde abajo procur¨¢ndose alternativas profil¨¢cticas llamadas a devolver la honestidad y la virtud a la vida p¨²blica. Gracias a ese caudal de ilusi¨®n social, cristalizado en nuevas alternativas, el sistema ha empezado a revitalizarse y renovarse y, contra lo ocurre en la casi totalidad de los pa¨ªses europeos, lo est¨¢ haciendo sin recurrir a la xenofobia.
La sociedad espa?ola est¨¢ por encima de sus pol¨ªticos: es m¨¢s capaz, m¨¢s din¨¢mica y creativa, m¨¢s habilitada para la superaci¨®n y el cambio
"Los partidos pol¨ªticos no se han sentido tentados de culpar a la poblaci¨®n inmigrante de los problemas del pa¨ªs. No han aumentado la xenofobia ni las actitudes negativas hacia la inmigraci¨®n", constata Pau Mari Klose. Tampoco la violencia y la criminalidad han aumentado durante la crisis, incluso la poblaci¨®n reclusa ha descendido. ?C¨®mo es posible que una sociedad tan castigada por el paro no haya conocido erupciones de violencia social en un per¨ªodo cr¨ªtico, en el que adem¨¢s se han recortado las ayudas sociales? No es solo porque el consabido colch¨®n de la familia espa?ola ha evitado que muchos hogares cayeran en la precariedad extrema, ni por el amplio suelo de econom¨ªa sumergida estructural. "Un muro de contenci¨®n ha sido el voluntariado que ha crecido mucho en estos a?os de crisis y ha hecho bueno el dicho de que la gente da lo mejor de s¨ª en la dificultad. Muchas organizaciones de ayuda a los m¨¢s necesitados se han mantenido pese a la retirada de las subvenciones gracias a que los voluntarios pagaban de su bolsillo gastos como el de tel¨¦fono. En Vallecas, hemos visto a reclusos en r¨¦gimen de semilibertad repartiendo comida a extranjeros que malviven entre nosotros", se?ala Mar¨ªa Navas, periodista de la Plataforma del voluntariado de Espa?a.
Espa?a parece dispuesta a regenerar su sistema, a involucrarse en la pol¨ªtica, a vigilar el funcionamiento de sus instituciones
Adem¨¢s de la gran v¨¢lvula de escape de la emigraci¨®n ¨Cno hay estad¨ªsticas fiables pero se sabe que se han ido 10.000 m¨¦dicos-, muchos j¨®venes tratan de convertir sus aficiones personales en autoempleo, casi siempre en el campo de la precariedad, la palabra clave de los tiempos que corren. Dice Enric Pol que la "capacidad de recuperaci¨®n, de reinvenci¨®n, de resiliencia, del ser humano y de la sociedad misma lleva inexorablemente a probar nuevos modelos de vida y organizaci¨®n". En la crisis o fuera de ella y sea cual sea el rumbo que el pa¨ªs vaya a adoptar en su actual proceso de cambio, parece claro que la sociedad espa?ola tiene la piel m¨¢s dura y flexible, es m¨¢s capaz y virtuosa que lo que el morboso pesimismo hist¨®rico predica.
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