Las tabaqueras reciben la sanci¨®n m¨¢xima por publicidad irregular

El Comisionado para el Mercado de Tabacos (CMT), el regulador del sector, ha impuesto sanciones a las cuatro grandes tabaqueras por cometer una infracci¨®n calificada como "muy grave". Altadis, Phillip Morris, British American Tobacco (BAT) y Japan Tobacco International (JTI) han tenido que afrontar multas de 300.000 euros cada una, la sanci¨®n m¨¢xima, por promocionarse irregularmente. Los fabricantes de tabacos han abonado voluntariamente la multa, mostrando su conformidad con la misma, seg¨²n fuentes conocedoras de la investigaci¨®n.

T¨¦cnicos del Comisionado para el Mercado de Tabacos, dependiente del Ministerio de Hacienda, detectaron hace un a?o que los grandes fabricantes de tabaco hab¨ªan pagado a estancos y a otros operadores minoristas para dar publicidad y prioridad a sus marcas en las m¨¢quinas expendedoras de tabaco. De esta forma, las marcas lograban una presencia indebida que no se correspond¨ªa con su cuota de mercado y su demanda real, lo que constituye una promoci¨®n irregular, seg¨²n explican fuentes conocedoras de la investigaci¨®n.

La legislaci¨®n espa?ola proh¨ªbe a los fabricantes y distribuidores mayoristas influir en la oferta que los operadores minoristas (es decir, de los estancos) realizan sobre las distintas labores de tabaco. Adem¨¢s, la ley que regula la venta y publicidad de este producto (que restringe al m¨¢ximo su promoci¨®n) establece en su art¨ªculo nueve que "queda prohibido el patrocinio de los productos del tabaco, as¨ª como toda clase de publicidad, y promoci¨®n de los citados productos en todos los medios y soportes, incluidas las m¨¢quinas expendedoras y los servicios de la sociedad de la informaci¨®n".

La normativa solo admite ciertas promociones dentro exclusivamente de los estancos, pero hiperreguladas. Por ejemplo, la visibilidad de cada marca, tanto en carteles como en las estanter¨ªas, debe respetar la cuota de mercado que tiene y que indica el propio Comisionado peri¨®dicamente. No se pueden usar los escaparates. Y si se hacen regalos promocionales, deben ser de un valor no superior al 5% del producto que promocionan y estar vinculados a una campa?a concreta con el visto bueno del regulador.

Sanci¨®n muy grave

A ra¨ªz del trabajo de los t¨¦cnicos se abri¨® un expediente sancionador a cuatro tabaqueras y se les requiri¨® informaci¨®n adicional. El Comisionado sospechaba que se hab¨ªan producido otros pagos similares para conseguir una relevancia que no les correspond¨ªa. Con los datos aportados por las grandes tabaqueras, el regulador pudo constatar la existencia de un plan preconcebido para pagar por la publicidad en las maquinas expendedoras. Finalmente, se decidi¨® imponer una sanci¨®n por infracci¨®n grave, seg¨²n el art¨ªculo siete de la Ley de ordenaci¨®n del Mercado de tabacos.

El Comisionado considera que las tabaqueras, en el caso de las m¨¢quinas expendedoras, vulneraron el art¨ªculo 56 del real decreto que regula el mercado de tabaco: "El ofrecimiento por los fabricantes, importadores, marquistas y distribuidores mayoristas, por s¨ª o mediante sus agentes o representantes o por terceros, a los expendedores, o a los puntos de venta con recargo, o la aceptaci¨®n por estos dos ¨²ltimos, de un margen, directo o indirecto, distinto del fijado por la Ley". Y se bas¨® en este art¨ªculo para considerar la infracci¨®n como muy grave.

Ninguno de los grandes fabricantes afectados quiso ayer comentar los detalles de la sanci¨®n impuesta por el Comisionado.

Un sector mermado y muy regulado

En Espa?a se vendieron 2.325 millones de paquetes de cigarrillos en 2015. Hace una d¨¦cada, se despachaban en Espa?a 4.634 millones de cajetillas. Significa que el sector del tabaco, en volumen, ha perdido la mitad de su negocio en solo una d¨¦cada, aunque parece que en 2016 comienza a estabilizarse. Por medio, en estos diez a?os, los cambios se han sucedido: ya no se puede fumar en los bares y las cajetillas han ido incorporando cada vez im¨¢genes m¨¢s grandes de las nocivas consecuencias de fumar. Se han sucedido las subidas de impuestos especiales. Y, seg¨²n las empresas del sector, la llegada de la crisis ha disparado el contrabando y la venta ilegal, lo que merma sus cuentas.

Ante la bajada del negocio, las herramientas al alcance de este particular sector ¡ªcompuesto por grandes empresas multinacionales, pero tambi¨¦n unos 13.500 estanqueros¡ª son pocas. La publicidad del tabaco en los medios de comunicaci¨®n o en la calle est¨¢ prohibida. Tampoco se permite en las m¨¢quinas expendedoras. En los estancos s¨ª existe carteler¨ªa y pantallas de promoci¨®n, y se pueden distribuir ciertos art¨ªculos promocionales. Pero siempre con restricciones muy estrictas. El escaparate est¨¢ vetado. Y el Comisionado para el Mercado de Tabacos, el ¨®rgano supervisor, vela muy estrictamente para que incluso la visibilidad de cada marca sea proporcional a su cuota de mercado. Es decir: no se puede empapelar el local para dar notoriedad a una marca que sale al mercado. Se debe respetar ¡°el principio de neutralidad¡±.

La Asociaci¨®n Empresarial del Tabaco (ADELTA) aglutina al sector y defiende sus intereses. Reconoce que comercializan un art¨ªculo ¡°particular¡±, pero se?ala que venden ¡°un producto legal¡± y que se dirigen ¡°siempre a consumidores adultos e informados¡±. El 80% de lo que cuesta una cajetilla, recuerda, son impuestos, lo que los convierte en el quinto mayor contribuyente a las arcas del Estado, con una aportaci¨®n de 9.137 millones de euros en 2015. ¡°Pero somos un sector cada vez m¨¢s acorralado normativamente¡±, opina una portavoz. Ahora les preocupa la nueva directiva europea del tabaco. Entra en vigor en mayo, y todav¨ªa no ha sido traspuesta a la legislaci¨®n espa?ola. Las advertencias sanitarias deber¨¢n cubrir el 65% de los dos lados de las cajetillas, entre otras cosas.

En medio del menguante negocio, la producci¨®n de tabaco se ha quedado en Espa?a reducida a su m¨ªnima expresi¨®n, presionada tambi¨¦n por la deslocalizaci¨®n hacia pa¨ªses con costes industriales inferiores. La ¨²ltima f¨¢brica de cigarrillos de la Pen¨ªnsula, la de Altadis en Logro?o, cierra en diciembre. En Santander resiste una factor¨ªa de puritos y Japan Tobacco mantiene una planta en Canarias. En 1999 hab¨ªa todav¨ªa 12 f¨¢bricas de cigarrillos y otras labores en Espa?a.