Millonarios patri¨®ticos en EE UU
Un grupo de ultrarricos quiere salvar al sistema de sus excesos. En Espa?a ser¨ªa imposible
Es imposible que un movimiento de esta naturaleza aparezca en Espa?a. Aqu¨ª se burlar¨ªan de ellos. Se llaman Millonarios Patri¨®ticos y hace unos cuatro meses acudieron al Congreso de EE UU para demandar que les subiesen los impuestos en aras de una mayor cohesi¨®n del sistema. A ellos, a los ultrarricos, a aquellos que tienen unos ingresos anuales por encima del mill¨®n de d¨®lares o poseen un patrimonio de m¨¢s de cinco millones de d¨®lares. Son alrededor de 200 personas.
La campa?a se denomin¨® Liberar al Congreso. ?Por qu¨¦? Porque entienden que una de las causas de la gran desigualdad existente en EE UU es debida en gran medida (aunque no s¨®lo) a la labor de lobby que las clases m¨¢s pudientes han realizado durante d¨¦cadas para obligar a la C¨¢mara de Representantes y la del Senado a promulgar leyes impositivas destinadas a aumentar su riqueza personal y su poder pol¨ªtico. El paroxismo tuvo lugar durante las administraciones de Ronald Reagan y George W. Bush. Uno de estos millonarios patri¨®ticos declar¨® entonces, ir¨®nico: ¡°Se podr¨ªa pensar que somos radicales, pero no somos comunistas. Somos gente que ha tenido ¨¦xito en el sistema capitalista. El capitalismo es un excelente sistema, pero no es un sistema perfecto¡±. Sus demandas eran un incremento del impuesto del patrimonio, una revisi¨®n de los agujeros fiscales por los cuales se evaden legalmente impuestos y, adem¨¢s, un aumento del salario m¨ªnimo. Quieren salvar al capitalismo de sus propios excesos.
La semana pasada, la rama neoyorquina de Millonarios Patri¨®ticos, unas 40 personas, envi¨® una carta al gobernador del Estado, Andrew Cuomo (hijo del m¨ªtico Mario Cuomo), exigi¨¦ndole m¨¢s impuestos para los de su clase social y manifestando su ¡°profunda preocupaci¨®n por las dificultades econ¨®micas que afrontan muchos ciudadanos y por las anticuadas infraestructuras del Estado que necesitan una atenci¨®n desesperada (...). Esta inversi¨®n humanitaria y en infraestructuras f¨ªsicas ser¨¢ amortizada a trav¨¦s de la creaci¨®n de puestos de trabajo, de mano de obra preparada para ocuparlos y de una reducci¨®n de la extrema desigualdad de ingresos que afecta actualmente a nuestro Estado¡±.
Estos millonarios son algo as¨ª como la generaci¨®n siguiente de aquellos otros, como Warren Buffet, Bill Gates, etc¨¦tera, que hace unos a?os demandaron p¨²blicamente a la Administraci¨®n de EE UU que recuperase el impuesto de donaciones y sucesiones en aras de una mayor igualdad de oportunidades entre los ciudadanos. Buffet, entonces el tercer hombre m¨¢s rico del pa¨ªs, escribi¨® en 2011 un art¨ªculo en The New York Times criticando al presidente Obama por permitir que los ciudadanos de clase media y baja carguen con el peso de las arcas p¨²blicas cuando los ultrarricos pagan pocos impuestos. ¡°Mientras las clases medias y bajas luchan por nosotros en Afganist¨¢n, mientras los norteamericanos luchan por ganarse la vida, nosotros, los megarricos, continuamos teniendo exenciones fiscales extraordinarias¡±. Buffet cont¨® que hab¨ªa pagado en impuestos, en 2010, el equivalente al 17,4% de su renta, mientras sus empleados tributaron entre un 33% y un 41%.
En un momento en que la pol¨ªtica econ¨®mica hegem¨®nica es la pol¨ªtica monetaria, conviene recordar que los impuestos pueden ser un buen indicador del estado de la democracia. Si se acepta que la calidad de ¨¦sta aumenta en la medida en que los ciudadanos sean m¨¢s iguales, la presencia de un sistema tributario progresivo, reduciendo las desigualdades de renta y riqueza, puede verse como un instrumento que contribuye a mejorar la calidad democr¨¢tica y, tambi¨¦n, como un reflejo de la misma. La falta de progresividad en los sistemas tributarios actuales es el resultado de un proceso a redistribuci¨®n a la inversa que se inici¨® en los a?os ochenta del siglo pasado y que supuso una ruptura silenciosa con lo que hab¨ªa venido sucediendo desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Los estadounidenses millonarios patri¨®ticos quieren dejar de ser un ox¨ªmoron.
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