Cien d¨ªas sin agenda econ¨®mica
El primer semestre de 2016 puede ser llevadero, pero las cosas se complicar¨¢n
Una popular boutade que se viene repitiendo ¨²ltimamente es que sin Gobierno estamos mejor. Se establecen incluso comparaciones con B¨¦lgica y c¨®mo algunos indicadores macroecon¨®micos mejoraron durante los 541 d¨ªas que aquel pa¨ªs estuvo sin ejecutivo en firme hasta el 6 de diciembre de 2011. Se confunde en estas comparaciones el componente c¨ªclico con la acci¨®n gubernamental. Cuando B¨¦lgica finalmente tuvo de nuevo Gobierno, Europa estaba entrando en la segunda recesi¨®n de la crisis.
El caso es que Espa?a cumple cien d¨ªas sin una agenda econ¨®mica m¨¢s all¨¢ de lo inercial. Y el riesgo econ¨®mico que esto conlleva no es lineal. El primer semestre de 2016 puede ser llevadero pero las cosas se complicar¨¢n de forma acelerada en el segundo si no hay un nuevo gobierno, o si ¨¦ste no tiene visos reformistas. Lo que en estos primeros meses ha sido una acumulaci¨®n de evidencia anecd¨®tica sobre los peligros de la orfandad pol¨ªtica, se puede convertir en una falta de confianza inversora manifiesta. Incluso podr¨ªa cundir ¡ªaunque esto no estar¨ªa suficientemente justificado¡ª una sensaci¨®n de que Espa?a entra el terreno de la italianizaci¨®n: gobiernos inestables e imposibilidad demostrada de liderazgo econ¨®mico, estancamiento y empobrecimiento relativo.
Se aprecian ya se?ales de preocupaci¨®n creciente: avisos de las agencias de calificaci¨®n, preocupaci¨®n por la consolidaci¨®n fiscal desde Bruselas, falta de apoyo institucional a empresas y proyectos espa?oles en el extranjero con la suspensi¨®n de viajes de Estado. Hay incluso cuestiones directamente atribuibles a la interinidad de la situaci¨®n, como la ca¨ªda de la licitaci¨®n oficial (y su impacto sobre las constructoras).
El que se aprobaran los presupuestos p¨²blicos es un alivio dentro de esta situaci¨®n, porque evita una par¨¢lisis mayor. Aun as¨ª, no impide que muchas decisiones se posterguen o se f¨ªen a la llegada de un nuevo gobierno. Hay incluso pocas noticias sobre la participaci¨®n en las acciones inversoras relacionadas con el Plan Juncker, para las que es precisa una acci¨®n propositiva gubernamental que se est¨¢ echando mucho de menos. Lo m¨¢s lamentable, en todo caso, es el freno a los avances que puedan hacer la econom¨ªa espa?ola m¨¢s competitiva, que ya era incluso perceptible durante buena parte de 2015.
Esto no viene nada bien, en particular, en algunos sectores estrat¨¦gicos como el energ¨¦tico pero, en general, tiene un efecto de progresiva retracci¨®n de la inversi¨®n generalizado, incluidos los sectores que se ven m¨¢s beneficiados por la coyuntura nacional e internacional, como el turismo. Algunas empresas, incluso, parecen acelerar planes de reestructuraci¨®n y despidos en previsi¨®n de que las cosas no van a ir a mejor y ante la posibilidad de que algunas reformas puedan revertirse, como suger¨ªa ayer este diario.
Las cosas pueden ponerse m¨¢s feas conforme se camina hacia el segundo semestre y no bastar¨¢ cualquier Gobierno porque, si no tiene el suficiente liderazgo para que la econom¨ªa avance con fuerza, el remedio puede acabar siendo peor que la enfermedad. Si lo que se precisa para avanzar es una sensaci¨®n de urgencia, los acontecimientos la traer¨¢n.
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