Cuatro horas con Mario
Hablar con Mario Conde sobre Banesto es como rebobinar una pel¨ªcula hasta el inicio, porque su discurso no ha evolucionado. No existe el menor atisbo de autocr¨ªtica
Hablar con Mario Conde sobre Banesto es como rebobinar una pel¨ªcula hasta el inicio, porque su discurso no ha evolucionado. No existe el menor atisbo de autocr¨ªtica ni de l¨¢stima por los que creyeron en ¨¦l y lo perdieron todo. Los verdaderos culpables ¡ªtodos los miembros del Sistema, en su acepci¨®n m¨¢s amplia¡ª siguen ah¨ª fuera y vivieron bien mientras ¨¦l estuvo en la c¨¢rcel y su vida se hund¨ªa. No ha olvidado a nadie de los que considera autores de cacer¨ªa, porque lo de menos, seg¨²n Conde, fue el calamitoso estado de las cuentas de Banesto, seg¨²n el Tribunal Supremo, que admiti¨® los informes de los inspectores m¨¢s veteranos del Banco de Espa?a.
A mediados de diciembre de 2013 acud¨ª al domicilio madrile?o de Mario Conde, ¡ªel chalet del lujoso barrio de la calle Triana, que hoy registra la Guardia Civil junto a otras propiedades del exbanquero¡ª, para entrevistarle porque se cumpl¨ªan 20 a?os de la intervenci¨®n de Banesto. La charla dur¨® algo m¨¢s de cuatro horas, desde las 4,30 hasta pasadas las 8,30 de la noche. Me recibi¨® el servicio, y a los pocos minutos baj¨® por la escalera Mario Conde, con un aspecto m¨¢s envejecido de cerca que en las ¨²ltimas fotos que hab¨ªa visto. Sirvieron agua, t¨¦ y caf¨¦. Estuvimos solos buena parte del tiempo, hasta que acudi¨® su secretaria de siempre, de m¨¢xima confianza, Paloma, que asinti¨® las rotundas afirmaciones del banquero. Incluso algunas veces aportaba datos que Conde no recordaba con precisi¨®n. Era como su agenda viviente.
En todo este tiempo Conde casi nunca estuvo sentado. Se mov¨ªa continuamente por el sal¨®n comedor, decorado con un estilo cl¨¢sico/antiguo, que chocaba con esa vida moderna (e incluso juvenil) que el exbanquero dec¨ªa vivir. Tom¨® una actitud profesoral, exponiendo su clase magistral. ¡°Yo hice lo mismo que todos los banqueros. Ayud¨¦ a los partidos, a la monarqu¨ªa en varias cosas¡., pero eso no lo pongas porque no quiero m¨¢s problemas. Te lo digo, pero no lo publiques¡±. Esta frase la pronunci¨® bastantes veces durante su charla para ir construyendo su imagen de hombre poderoso que, en alg¨²n momento, traspas¨® una frontera y se convirti¨® en enemigo de todos. Al final, lo fue diciendo: su entrada en pol¨ªtica acab¨® preocupando al PSOE y al PP y decidieron acabar con ¨¦l.
En un momento del relato sali¨® su situaci¨®n econ¨®mica. ¡°Me dedico a escribir fundamentalmente, y a asesorar jur¨ªdicamente sobre temas de envergadura a personas que me lo solicitan, normalmente compromisos. Ahora no tengo ninguna actividad empresarial¡±. Pero el nivel de vida que se desprend¨ªa de su casa?¡ªy el ch¨®fer, coche de alta gama, viajes citados en la conversaci¨®n¡ª, no casaban con esa definici¨®n.
Ante la pregunta del alzamiento de bienes, algo que siempre ha estado en boca de sus colegas banqueros, Conde se puso serio y lo neg¨® con rotundidad. Habl¨® de sus enormes p¨¦rdidas por la expropiaci¨®n de Banesto. ¡°Pero los accionistas peque?os se arruinaron, algunos con todo lo que ten¨ªan porque compraron las acciones de Banesto a 1.200 pesetas con la ampliaci¨®n y unos meses despu¨¦s val¨ªan la mitad o menos¡¡±, le pregunt¨¦. ¡°Yo perd¨ª el equivalente a 220 millones de euros. Es cierto que se provoc¨® un da?o a accionistas que vendieron, aunque fue menor para los que aguantaron porque los t¨ªtulos se recuperaron despu¨¦s¡¡±. Ni siquiera personaliz¨® qui¨¦n provoc¨® ese da?o: ¡°se provoc¨®¡±, fue su expresi¨®n. Los accionistas vieron como se anul¨® el dividendo durante a?os y la cotizaci¨®n de Banesto estuvo hundida a?os y a?os.
Lo cierto del discurso de Conde es que Banesto no era el ¨²nico banco con problemas. El Central Hispano (BCH) tambi¨¦n estaba cerca de la quiebra, necesitado de muchos millones de provisiones, pero sus gestores fueron mucho m¨¢s disciplinados con el Banco de Espa?a y aceptaron su situaci¨®n calamitosa. Admitieron a ?ngel Corc¨®stegui como nuevo gestor para enderezar el rumbo del BCH, un prop¨®sito complicado, como luego se vio al acabar fusionado (absorbido) por el Santander. Conde nunca acept¨® que ten¨ªa que irse, que su aventura hab¨ªa acabado, porque temi¨® perder el poder y el dinero. Hoy todav¨ªa sigue sin hacerlo, aunque ha perdido el poder y quiz¨¢ tambi¨¦n el dinero.
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