Empieza la cuenta atr¨¢s para el fin del dinero
Las nuevas tecnolog¨ªas ya est¨¢n desbancando a la moneda en efectivo en las preferencias de los consumidores
Varios pa¨ªses de la UE, entre ellos Espa?a, han limitado las cuant¨ªas que se pueden pagar en efectivo. Corea del Sur planea eliminar las monedas en 2020, permitiendo la entrega del vuelto con certificados electr¨®nicos. Pero la punta de lanza de la sociedad cashless est¨¢ en los pa¨ªses n¨®rdicos: el pasado mayo el Gobierno dan¨¦s anunci¨® su intenci¨®n de dar a casi todas las tiendas ¡ªexcepto tiendas de alimentaci¨®n, oficinas de correos, farmacias y centros de salud¡ª la opci¨®n de rechazar los pagos en efectivo. "El Parlamento no ha aprobado un abandono total por presi¨®n de la gente mayor", explica Claus Bunkerborg, jefe del departamento de Soluciones al Cliente de Danske Bank, la mayor entidad del pa¨ªs.
Bunkerborg acudi¨® al foro a explicar el caso de MobilePay, una aplicaci¨®n dise?ada por el Danske que, seg¨²n Bunkerborg, ahora est¨¢ en los bolsillos de nueve de cada diez de sus conciudadanos. "Solo Facebook est¨¢ instalado en m¨¢s m¨®viles daneses". El ¨¦xito de MobilePay ha sido clave para impulsar el paso a una sociedad sin efectivo.
Para Bunkerborg, la popularidad del sistema se sostiene en su simplicidad de uso. "Solo necesitas un tel¨¦fono m¨®vil y la tarjeta", relata. "No hace falta ni ir a la sucursal. Desde que sacas el tel¨¦fono hasta que te vas con tu compra solo hay seis pasos". El crecimiento se sostiene en la confianza. "Como banco, nos hacemos responsables de la mayor parte de los problemas salvo que haya habido un uso temerario", explica. "Los robos no han sido un problema".
?Es un modelo exportable? Hay que se?alar que parte del ¨¦xito de MobilePay se sostiene sobre un fundamento cultural e hist¨®rico. "Todos los daneses tenemos una tarjeta de d¨¦bito; lo normal es que a los 15 a?os recibas la primera", admite Bunkerborg. "Y todos tenemos una cuenta bancaria donde se te pagan las pensiones y te cobran los impuestos. Adem¨¢s, como en el resto de pa¨ªses n¨®rdicos, estamos acostumbrados a que las informaciones de qu¨¦ hacemos y de qu¨¦ ganamos sean p¨²blicas".
Adelantos en las billeteras m¨®viles
Las billeteras m¨®viles o wallets, que aplican la tecnolog¨ªa NFC (o comunicaci¨®n de campo cercano) para permitir la transmisi¨®n sin contacto de datos bancarios, son una de las formas de expansi¨®n m¨¢s prometedoras.
"En Espa?a estamos bien parados porque hay m¨¢s de 700.000 dat¨¢fonos con capacidad de pago por el m¨®vil", considera Blanca Ech¨¢niz, directora de Productos de Vodafone, cuyo Vodafone Wallet es uno de los m¨¢s populares, con m¨¢s de 400.000 usuarios.
"Lo que estamos observando es una movilizaci¨®n de los pagos m¨®viles gracias a una mayor competencia entre bancos, fabricantes de terminales y operadores de telecomunicaciones como nosotros", considera. "Sin embargo, creemos que es imprescindible contar con la involucraci¨®n total de los comerciantes para generalizar los pagos m¨®viles y conseguir que los usuarios adopten el sistema, porque hemos comprobado que una vez que se empieza a usar, la tasa de abandono es muy baja. El consumidor va a tomar esa decisi¨®n cuando vea que es lo mejor y lo m¨¢s c¨®modo".
En todo caso, el ejemplo dan¨¦s muestra que, a pesar de los 69,9 millones de tarjetas en circulaci¨®n, el camino de la sociedad sin efectivo reside en el bolsillo de casi nueve de cada diez espa?oles: el smartphone. "Usamos el m¨®vil para todo: como despertador, en el gimnasio, en el coche", considera David Alonso, director de B2B de Samsung. "Si se nos olvida el m¨®vil en casa volvemos directamente. Y pagar es algo que estamos haciendo gran parte de nuestras vidas. Siempre est¨¢bamos a punto de estar a punto pero hab¨ªa problemas como el de la seguridad, que ya est¨¢ resuelto. Ahora s¨ª: ya ha empezado la carrera y es imparable".
El motor del cambio es una nueva generaci¨®n de j¨®venes que han vivido en la tecnolog¨ªa y no tienen miedo a incorporarla en sus vidas. "Los millenials de aqu¨ª se parecen a los de Austin o a los de Oslo; son as¨ª", comenta entre risas la experta Anne Boysen, consultora de After Millenials, mientras mira fijamente a su smartphone. Para Boysen, los millenials est¨¢n m¨¢s dispuestos que nadie a prescindir de la banca tradicional. "Su confianza en las instituciones est¨¢ bajo m¨ªnimos, por lo que la experiencia no es un punto a favor de nadie; basta una aplicaci¨®n m¨¢s eficiente o m¨¢s transparente".
El desarrollo de las nuevas tecnolog¨ªas pone presi¨®n en la banca tradicional. "La crisis fue la responsable de la primera reestructuraci¨®n bancaria", afirma Rodrigo Garc¨ªa de la Cruz, codirector del programa en Innovaci¨®n y Tecnolog¨ªa Financiera del Instituto de Estudios Burs¨¢tiles (IEB). "Ahora llega la segunda fase, impulsada no solo por el ascenso del modelo digital sino por el cambio de modelo de banca al que obligan los tipos de inter¨¦s negativos"."Hay una parte en la que el cliente nos gu¨ªa, pero yo creo que la banca debe ser la responsable de su propia transformaci¨®n", afirma Francisco Ur¨ªa, socio del sector financiero de KPMG.
Nuevos perfiles
Aunque varias entidades financieras han anunciado su intenci¨®n de recortar plantilla ante la decadencia de la vieja sucursal, para Ur¨ªa a la larga el efecto en el empleo no ser¨¢ para tanto. "Los nuevos retos van a requerir nuevas personas. Se habla mucho de los despidos que la tecnolog¨ªa va a traer a la banca, pero se habla mucho menos de los nuevos perfiles que habr¨¢ que cubrir".
Y la sucursal quiz¨¢s no est¨¦ tan muerta. "Predigo una red de oficinas potente pero distinta", considera Sin¨¦ad O'Connor, responsable de Banco del Futuro, el ¨¢rea de innovaci¨®n del Banco Santander. "Se basar¨¢ menos en la proximidad y m¨¢s en el consejo y apoyo a las decisiones del cliente. Yo no veo a nadie pidiendo una hipoteca por el m¨®vil". "Al modelo de negocio a¨²n le queda vida", confirma Alonso. "A¨²n es muy importante la confianza: ver a la persona".
Eso s¨ª, "cada vez tiene menos sentido hablar de sector financiero", en palabras de Ur¨ªa. El desarrollo de miles de peque?as empresas tecnol¨®gicas orientadas al sector financiero, el llamado fintech, est¨¢ rompiendo las barreras del negocio. Para el presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Fintech e Insurtech, Jes¨²s P¨¦rez, es una buena noticia. "Vamos a tener servicios financieros m¨¢s baratos que nos van a hacer m¨¢s inclusivos, m¨¢s transparentes y pagando menos comisiones". Borja Ochoa, director global de Servicios Financieros de Indra, es m¨¢s esc¨¦ptico. "No sabemos la viabilidad de ciertas compa?¨ªas", apunta. "Esto es como en El viejo y el mar de Hemingway", se?ala Ur¨ªa. "Los tiburones van a mordisquear las partes buenas. Los nuevos van a por los servicios con mayores retornos a la inversi¨®n y van a dejar a los viejos bancos con los servicios m¨¢s regulados y menos rentables".
Los gur¨²s del bitcoin apuestan por la ruptura
El bitcoin, la criptomoneda desarrollada en 2008, ha desatado r¨ªos de tinta, tanto anal¨®gica como digital. Sus detractores rechazan su falta de control y el anonimato de sus operaciones, lo que permitir¨ªa su utilizaci¨®n para actividades que van desde lo meramente desagradable a lo abiertamente criminal. Sin embargo, sus defensores afirman que no se ha demostrado nunca que el bitcoin haya sido utilizado para alg¨²n il¨ªcito, y que, por el contrario, es la llave de una verdadera sociedad sin dinero. "Es un sistema transparente que permite intercambios comerciales y de valor", apunta Alex Puig, especialista en criptomonedas y organizador del Digital Currency Summit". Para Puig, entre los motivos de los detractores del bitcoin est¨¢ el miedo, la ignorancia, y unos medios de comunicaci¨®n que defienden a los grandes bancos. Gianluca D'Antonio, director de Seguridad de la Informaci¨®n de FCC y presidente de ISMS Forum, reconoce que el uso de la criptomoneda no implica autom¨¢ticamente un il¨ªcito. "Qui¨¦n quiera mover dinero sin que se note no lo har¨ªa por Bitcoin", afirma. Sin embargo, tiene sus dudas sobre su aplicaci¨®n para la banca electr¨®nica: "Uno de los riesgos de lo digital es que todo se puede manipular", se?ala. "Tendremos que esperar al Bitcoin 2.0, o incluso, al 3.0, porque ahora mismo el sistema no es escalable". Aunque muchas entidades han mostrado su voluntad de estar presentes en el mercado del bitcoin, "el inter¨¦s se ha enfriado por la presi¨®n de los reguladores", reconoce Claus Bunkerborg, jefe del departamento de Soluciones al Cliente de Danske Bank.
A pesar de los piques, todo el mundo parece tener claro que el futuro entre pymes y grandes bancos es la colaboraci¨®n y no la competencia. "En el Santander vemos cinco o seis startups a la semana", comenta Juan Carlos de Andr¨¦s, director de Tecnolog¨ªa Multicanal de Santander Espa?a. "No vale cualquier idea ni nos volvemos locos; buscamos situaciones en las que nosotros podemos aportar valor y ellos a nosotros". "Ni siquiera Facebook pudo impedir el ascenso de Whatsapp, la tuvo que comprar", se?ala Jes¨²s P¨¦rez.
Lo que buscan tanto empresas grandes como peque?as son ideas innovadoras que puedan suponer una gran diferencia. Una de las tecnolog¨ªas en los que el sector tiene puestas sus expectativas es el blockchain, un sistema inform¨¢tico basado en bloques de datos que se encadenan electr¨®nicamente entre si.
El resultado es un almac¨¦n de informaci¨®n compartida absolutamente transparente y, prometen sus defensores, absolutamente imposible de modificar. "El objetivo del blockchain es reemplazar la confianza por la verdad matem¨¢tica", afirma Luis Iv¨¢n Cuende, el joven cofundador de Stampery, una aplicaci¨®n que pretende utilizar el sistema para crear registros notariales sin necesidad de un escribano.
El objetivo es adelantarse al gran rival que viene. "Los que van a venir son los gigantes tecnol¨®gicos relacionados con el consumo", apunta Borja Ochoa. "En China, el Gobierno est¨¢ utilizando a Alibaba para bancarizar la sociedad". Antes de fin de a?o deber¨ªa llegar a Espa?a la billetera m¨®vil (o wallet) Apple Pay, implementada en Reino Unido con la colaboraci¨®n de las mayores entidades brit¨¢nicas, incluida la filial del Santander. "Van a entrar a los medios de pago, que son los que tienen un mayor retorno por la inversi¨®n", afirma Ochoa.
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