Am¨¦rica Latina, en construcci¨®n
La regi¨®n requiere 142.000 millones de d¨®lares al a?o para desarrollar infraestructuras
?Usted qu¨¦ har¨ªa con la fortuna de los dos hombres m¨¢s ricos del mundo? Eche cuentas: Bill Gates posee 75.000 millones de d¨®lares y Amancio Ortega 67.000. En conjunto alcanzan los 142.000 millones, seg¨²n la ¨²ltima clasificaci¨®n de la revista Forbes. ?Ya lo pens¨®? La cifra es justo la inversi¨®n adicional que se requiere anualmente y por un tiempo prolongado en Am¨¦rica Latina para los proyectos de infraestructura que contribuir¨¢n al desarrollo econ¨®mico y a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos del continente.
De acuerdo con un an¨¢lisis elaborado en conjunto por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporaci¨®n Andina de Fomento (CAF), en el subcontinente m¨¢s de 31 millones de ciudadanos no tienen acceso a los servicios de agua potable, 24 millones carecen de electricidad y 107 millones de latinoamericanos no disponen de instalaciones de saneamiento mejorado (la conexi¨®n de una red de alcantarillado que va desde un pozo s¨¦ptico hasta letrinas de diversos tipos).
La regi¨®n est¨¢ "¨¢vida de recursos" destinados a la infraestructura, comenta Tom¨¢s Serebrisky, analista del (BID). Am¨¦rica Latina, seg¨²n diversos organismos internacionales, consigna una media anual del 2,5% de su producto interior bruto (PIB) al desarrollo de infraestructuras, frente al 10% del PIB que invierten en este rubro, en promedio, los pa¨ªses del este de Asia, de acuerdo con la CAF.
Incluso en los pa¨ªses en donde se ha constituido una red eficiente de carreteras, l¨ªneas de electricidad, conexiones mar¨ªtimas y a¨¦reas, servicios b¨¢sicos de sanidad y telecomunicaciones, el gasto destinado a los proyectos de infraestructura roza el 4% del PIB (Australia, Canad¨¢, Croacia, Nueva Zelanda, seg¨²n datos del BID).
Una etapa m¨¢s din¨¢mica
En la ¨²ltima d¨¦cada, la inversi¨®n extranjera directa que recibi¨® Am¨¦rica Latina se multiplic¨® por cuatro, rozando as¨ª los 190.000 millones de d¨®lares (en 2013, el mejor de sus a?os). A pesar de ello, tan solo un 10% del man¨¢ de recursos que recibi¨® la zona fue destinado a los proyectos de infraestructura.
Para dinamizar la participaci¨®n es necesario fortalecer la capacidad regulatoria e institucional de los Gobiernos de la regi¨®n, as¨ª como crear una cartera de proyectos en donde haya participaci¨®n del sector p¨²blico y privado, destaca Serebrisky. Un estudio del McKinsey Global Institute explica que las mejoras en la planificaci¨®n de las obras, su elaboraci¨®n e implementaci¨®n en tiempo y forma son determinantes para atraer mucho m¨¢s recursos a la regi¨®n.
Para Ca?edo, de la CIFI, el acceso diversificado a las fuentes de financiamiento es parte fundamental en esta ecuaci¨®n. Actualmente, los bancos comerciales acaparan m¨¢s del 50% de la financiaci¨®n privada para los proyectos de infraestructura en la zona. El resto de los acreedores est¨¢ integrado por empresas constructoras, de ingenier¨ªa o promotores, bancos multilaterales de desarrollo y fondos de inversi¨®n, entre otros.
Las aseguradoras, fondos de pensi¨®n e inversi¨®n controlan un m¨ªnima parte (un poco m¨¢s del 1,1%) del financiamiento dedicado a los proyectos de en la regi¨®n. Sin embargo, su potencial de participaci¨®n es inmenso y deber¨¢n de convertirse en parte fundamental en los proyectos futuros, dice Serebrisky. Los recursos de estos inversores institucionales suman alrededor del 20% del PIB del subcontinente, seg¨²n el BID. Un aumento (de hasta un 7%) proveniente de esta fuente de recursos ayudar¨ªa a reducir la brecha regional en infraestructura, concluye el analista del BID.
5% del PIB, m¨ªnimo
Para cerrar esta brecha, dice Serebrisky, es necesario que Latinoam¨¦rica destine un 5% de su PIB, de manera anual y prolongada a proyectos de infraestructura. La Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (Cepal) se atreve a ir un poco m¨¢s all¨¢: el gasto que deben realizar los diversos pa¨ªses de la regi¨®n tendr¨ªa que llegar el 6,2% de su PIB, unos 320.000 millones de d¨®lares. En medio de este mar de cifras surge una nueva inc¨®gnita: ?qui¨¦n podr¨¢ afrontar el desembolso de dichos recursos?
"Dif¨ªcilmente los Gobiernos de la regi¨®n podr¨¢n soportar un gasto mayor... no tengo inconveniente en que sean los grandes inversores, pero no tienen los recursos y mucho menos en un escenario de desaceleraci¨®n econ¨®mica como el que vive la regi¨®n", asegura Serebrisky. La clave, agrega, est¨¢ en la otra cara de la moneda: el sector privado, que tan solo aporta un tercio a las inversiones totales que se hacen en el sector, el resto es financiado por el sector p¨²blico.
Am¨¦rica Latina est¨¢ de moda para los inversores privados. Al menos, para aquellos que apuestan al desarrollo de infraestructuras. Un an¨¢lisis del BID indica que entre 1990 y 2013, la inversi¨®n privada en este rubro alcanz¨® los 680.000 millones de d¨®lares, alrededor de un 30% m¨¢s que en las naciones asi¨¢ticas de alto crecimiento (503.000 millones) y cinco veces m¨¢s que en ?frica subsahariana (130.000 millones).
En los primeros seis meses de 2015, seg¨²n las estad¨ªsticas del Banco Mundial, las principales econom¨ªas de la zona (Brasil, Colombia, M¨¦xico y Chile) fagocitaron m¨¢s del 40% de las inversiones privadas mundiales en infraestructura. El subcontinente es un centro de atracci¨®n de recursos debido al potencial de desarrollo que tiene por delante, dice C¨¦sar Ca?edo, consejero delegado de la Corporaci¨®n Interamericana para el Financiamiento (CIFI), una firma especialista en otorgar pr¨¦stamos a peque?os y medianos proyectos de infraestructura en la zona. El primer impulso de los privados en el ¨¢rea se dio de manera importante en los a?os 80, pero no fue hasta los 90 cuando el sector se sinti¨® con mayor fuerza, aunque nunca lleg¨® a superar la participaci¨®n p¨²blica, explica un estudio de la Cepal.
Entre 1996 y 2001, la inversi¨®n privada en Latinoam¨¦rica en infraestructura pas¨® del 0,6% al 1,4% del PIB. Por su parte, la inversi¨®n p¨²blica dedicada a este mismo sector cay¨® de manera dr¨¢stica (pas¨® del 3%, registrado en la d¨¦cada de los 80, a menos del 1%), principalmente por la adopci¨®n de medidas macroecon¨®micas que ten¨ªan como objetivo reducir el gasto del Estado, seg¨²n reza el an¨¢lisis del BID. "Los responsables de crear las formulas pol¨ªticas cre¨ªan que abrir los servicios de infraestructura a la propiedad privada compensar¨ªa la bajada del gasto gubernamental, algo que no sucedi¨®", a?ade el BID.
Fue a partir del 2005 cuando la inversi¨®n p¨²blica de la regi¨®n recuper¨® el br¨ªo, pero desde entonces no ha logrado alcanzar los niveles de los 80. "En Am¨¦rica Latina est¨¢ casi todo por hacer... Ese es el gran atractivo", argumenta Norman Anderson, presidente de la consultora CG-LA Global Infrastructure. La infraestructura que requiere la regi¨®n est¨¢ relacionada el desarrollo de v¨ªas de comunicaci¨®n que permitan un mayor dinamismo en los intercambios comerciales, explica Anderson. Pero tambi¨¦n, agrega, se necesitan aquellos proyectos que proporcionen los servicios b¨¢sicos a las personas de escasos recursos (agua, electricidad, saneamiento y telecomunicaciones).
Para Anderson, la inversi¨®n privada es fundamental. Sin embargo, considera primordial un mayor compromiso del sector p¨²blico. "Los Gobiernos deben de ser los principales impulsores... Cuando se ve a la infraestructura como un bien privado, los r¨¦ditos financieros son los que impulsan la selecci¨®n de un proyecto, mientras que las necesidades de la poblaci¨®n quedan rezagadas", concluye.
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