?Est¨¢ preparado Magisterio para formar a los profesores del futuro?
La herencia te¨®rica en la forma de ense?ar y la falta de innovaci¨®n por parte de las facultades son algunos de los frenos
Ya existe un boceto de c¨®mo ser¨¢ la escuela en el a?o 2030. Los conocimientos acad¨¦micos ya no ser¨¢n tan importantes y se valorar¨¢n mucho m¨¢s las habilidades personales, la capacidad de empatizar con los dem¨¢s o de tomar decisiones. El rol del profesor ya no ser¨¢ el de transmitir sus conocimientos al alumno, sino el de actuar como gu¨ªa para que el propio estudiante construya los contenidos a partir de diferentes fuentes. Los m¨¦todos de ense?anza tendr¨¢n como base la creatividad y la metodolog¨ªa ser¨¢ cada vez m¨¢s personalizada. Cada ni?o aprender¨¢ seg¨²n sus necesidades.
Ese es el escenario descrito por 1.550 profesores, estudiantes y responsables pol¨ªticos en materia de educaci¨®n de la organizaci¨®n WISE (la Cumbre Mundial por la Innovaci¨®n en Educaci¨®n, en sus siglas en ingl¨¦s), creada en 2009 por la Fundaci¨®n Qatar. Seg¨²n las encuestas La escuela en 2030 (2014) y Conectando la educaci¨®n con el mundo real (2015), el principal desaf¨ªo al que se enfrentan los sistemas educativos en diferentes pa¨ªses del mundo es la calidad de los profesores. Seg¨²n los expertos de WISE en Espa?a, el aprendizaje basado en proyectos es uno de los mayores retos para la escuela tanto en primaria como en secundaria.
?Est¨¢ preparado el grado de Magisterio para formar a los futuros profesores de acuerdo con esos cambios? Hasta la fecha no hay estudios que respondan a esa pregunta. Lo m¨¢s cercano a la realidad son las opiniones de algunos docentes universitarios de diferentes campus espa?oles.
Carmen Alba, profesora de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad Complutense desde 1987, cree que muchas de las clases que se imparten hoy se parecen a las de hace 20 a?os. "Tenemos una herencia muy te¨®rica. Puede haber profesores m¨¢s pragm¨¢ticos, pero no sabemos si los alumnos est¨¢n aprendiendo o no m¨¦todos m¨¢s innovadores". Considera que el plan de estudios de los grados en Maestro en Educaci¨®n Infantil y Primaria -nombre de la carrera de Magisterio tras la llegada del Plan Bolonia- tiene dos grandes lagunas: la competencia digital y la formaci¨®n en atenci¨®n a la diversidad. En su universidad ninguna de esas materias es obligatoria. ¡°Todo maestro tendr¨ªa que ser alfabetizado en cultura digital y es una asignatura optativa. Adem¨¢s, los ni?os tienen diferentes velocidades de aprendizaje y esa competencia no se est¨¢ trabajando¡±, explica.
Entre los casi 300 profesores de los grados de Educaci¨®n que se imparten en la Complutense, muchos est¨¢n liderando proyectos de innovaci¨®n docente, pero el principal freno, sostiene Alba, es que no existe un proyecto impulsado por la Facultad. "Para que las cosas cambien hace falta que se lance un plan estrat¨¦gico desde la propia instituci¨®n y que ¨¦sta defina qu¨¦ tipo de profesor quiere formar". Por el momento, existe una comisi¨®n de calidad para cada uno de los t¨ªtulos, pero solo eval¨²a si los contenidos se ajustan a la normativa y no la forma en que se ense?a a los alumnos. "La evaluaci¨®n tendr¨ªa que ser de car¨¢cter pedag¨®gico y no tan burocr¨¢tica", critica Alba.
En la cafeter¨ªa de la Facultad, tres alumnos de tercero del grado en Educaci¨®n Primaria lamentan que las clases sigan el sistema tradicional. "No te dan ganas de venir, cada profesor se centra en dar su asignatura y no se preocupan de que aprendas a dar clase. Es todo muy mon¨®tono, una repetici¨®n de lo que ya dimos en el instituto", cuenta Mar¨ªa Iturzaeta, de 21 a?os. En dos meses de pr¨¢cticas ha aprendido m¨¢s que en los casi tres a?os de carrera. "No utilic¨¦ nada de lo que he aprendido aqu¨ª".
Su compa?ero ?lvaro Ballesteros, de 24 a?os, cree que el profesor sigue estando en un pedestal y que los alumnos solo escuchan. "Hay muy pocos profesores que hablen de la necesidad de innovar y de darle la vuelta a la ense?anza. Las asignaturas de did¨¢ctica, que son las que m¨¢s nos interesan, son muy te¨®ricas". "Te hacen memorizar papeleo", a?ade Daniel Figueras, otro estudiante de 21 a?os.
El aprendizaje basado en proyectos es uno de los mayores retos para la escuela tanto en primaria como en secundaria
Para David Reyero, profesor del grado en Educaci¨®n Infantil de la Complutense desde hace 16 a?os, el problema de la innovaci¨®n educativa en el sistema p¨²blico es que no se tiene claro qu¨¦ tipo de escuela se quiere. "A diferencia de lo que sucede con la privada, que est¨¢ en continuo cambio para atraer a nuevos alumnos, aqu¨ª no hay presi¨®n externa que obligue a salir de lo que se est¨¢ haciendo". La Universidad es, en su opini¨®n, un elefante que se mueve de forma muy lenta, casi por inercia, al que le falta conexi¨®n con los colegios para conocer qu¨¦ necesitan. "Esa es una de las l¨ªneas que habr¨ªa que potenciar, analizar lo que est¨¢ sucendiendo en las aulas para modificar el programa acad¨¦mico de los grados".
Lo que est¨¢ claro, seg¨²n los expertos consultados, es que el sistema educativo est¨¢ agotado y no da m¨¢s de s¨ª. "La escuela tradicional es un aburrimiento y por eso hay tanto fracaso. En las pantallas los ni?os est¨¢n aprendiendo de forma autodidacta y luego llegan a clase y chocan contra un sistema decimon¨®nico", apunta Mariano Fern¨¢ndez Enguita, profesor de la Complutense.
En su libro La educaci¨®n en la encrucijada, se?ala que la baja exigencia en las facultades de educaci¨®n contribuye a la poca preparaci¨®n con la que salen los profesores. "Los estudiantes de Educaci¨®n se grad¨²an con la nota media m¨¢s alta de los ocho grandes grupos de titulaciones (7,57 frente al 7,36 medio), mientras que su nota media de acceso est¨¢ por debajo de la media (en 2013 fue de 7,5 para Infantil, por debajo del 8,37 del resto de grados). Hay dos interpretaciones: las facultades de Educaci¨®n son las m¨¢s eficaces o son menos exigentes", se?ala.
Muchas de las clases que se imparten hoy en las facultades se parecen a las de hace 20 a?os
Falta de reflexi¨®n en la Universidad
"El problema somos nosotros, que no tenemos competencias para formar a los docentes del futuro", asegura Nines Guti¨¦rrez, coordinadora del grado en Educaci¨®n Primaria de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. "Vamos siempre detr¨¢s de lo que dicta la industria en lugar de fijar las reglas desde las universidades. Empresas como LEGO lanzan un robot y en los colegios se crea la asignatura de rob¨®tica para ense?ar a los ni?os a programarlos". Est¨¢ claro que la programaci¨®n fomenta la creatividad y ayuda a estructurar la mente, sostiene Guti¨¦rrez, pero la reflexi¨®n de qu¨¦ tipo de profesor y ense?anza se quiere deber¨ªa nacer en la Universidad. "La Administraci¨®n elabora rankings de las mejores universidades, pero ?qu¨¦ se hace con esos resultados? No se analizan los errores para intentar mejorar".
Con el objetivo de acelerar el proceso de cambio educativo y crear nuevas propuestas did¨¢cticas y metodol¨®gicas para la ense?anza universitaria, la Universidad Rey Juan Carlos lanz¨® hace casi un a?o el Observatorio para el estudio y desarrollo de innovaciones en el ¨¢mbito educativo, en el que ya participan 60 docentes de diferentes especialidades. "La sociedad ha evolucionado mucho y la educaci¨®n no. La clave est¨¢ en las facultades de Magisterio y pese al problema del cors¨¦ legal para la configuraci¨®n de los grados, la innovaci¨®n es nuestra responsabilidad", apunta Pilar Laguna, directora del Observatorio.
La clave es involucrar a docentes en investigaciones ligadas a la innovaci¨®n y llevar los resultados a las aulas para que los alumnos participen en el cambio de paradigma educativo. En septiembre de 2015, el porfesor de la URJC Jes¨²s Paz-Albo inici¨® junto a investigadores de la Universidad de Washington un estudio para mejorar el rendimiento de los estudiantes en el aprendizaje de matem¨¢tcas. Sus alumnos del grado en Educaci¨®n Primaria e Infantil est¨¢n a punto de conocer las t¨¦cnicas para conseguir que los ni?os se motiven al aprender con n¨²meros. "Estamos trabajando con colegios en Estados Unidos y esa experiencia nos hace tomar conciencia de lo que pasa en las aulas. Hay que modificar la forma de ense?ar, si no seguiremos teniendo los mismos resultados". El primer paso es, seg¨²n este equipo de investigadores, conseguir un cambio de actitud en el profesorado.?
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