Relevo generacional en Ayesa
Una nueva direcci¨®n toma el relevo en la empresa tecnol¨®gica, que cumple 50 a?os
No fue un en un garaje, como algunas grandes corporaciones norteamericanas, pero s¨ª en un peque?o piso en la calle Turia de Sevilla donde Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez, que no quer¨ªa aburrirse en su jubilaci¨®n, y un joven Jos¨¦ Luis Manzanares crearon Ayesa hace 50 a?os. De dos personas y un Seiscientos, esta empresa de ingenier¨ªa y tecnolog¨ªa ha pasado a contar ahora con de 3.657 trabajadores, 232,20 millones de facturaci¨®n, delegaciones en 17 pa¨ªses y proyectos en 50. Manzanares, de 75 a?os reci¨¦n cumplidos, art¨ªfice del milagro (solo un 16% de empresas sobrevive diez lustros), prepara ahora el relevo, que se consumar¨¢ el pr¨®ximo a?o y consolidar¨¢ una empresa del Siglo XX como una entidad de futuro.
Con su primer contrato para construir una presa y un canal, Manzanares ficha a un extra de pel¨ªculas de Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Berlanga, a la novia de un entonces joven activista llamado Alfonso Guerra (exvicepresidente del Gobierno) y a otros dos t¨¦cnicos. Consciente de que la clave de la ingenier¨ªa pasaba por su vinculaci¨®n a las tecnolog¨ªas, compra un ordenador con el aspecto de un armario y 16 K de memoria, menos que una foto de Whatsapp. En poco tiempo, gana un concurso para dise?ar un modelo matem¨¢tico para una red de aguas con el que empieza a escribir su curr¨ªculum empresarial.
Andaluz y tenaz, como la firma
Ayesa es como su fundador: andaluza, tenaz, competitiva, osada, austera, social, familiar y pol¨ªticamente incorrecta. Jos¨¦ Luis Manzanares (Sevilla, 1941) no ha cejado ni un solo d¨ªa de demostrarle al prejuicioso ministro franquista que desde Sevilla se puede hacer ingenier¨ªa capaz de competir con los m¨¢s grandes.
Su ¨²ltimo empe?o, hacer eficiente la energ¨ªa el¨¦ctrica, que cree que mover¨¢ el mundo en el futuro. Con 13 empresas de siete pa¨ªses de la UE y 11 millones de euros del programa europeo Horizon 2020, participa en la creaci¨®n en la isla alemana de Borkum de una red de almacenamiento y uso eficiente de la energ¨ªa que implica todos los niveles, desde el dom¨¦stico hasta el industrial.
Tambi¨¦n es austera, como el ingeniero, quien considera un lujo poder jugar al domin¨® en la playa del Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz) en vacaciones. ¡°Todo lo que ganamos lo gastamos en crecer. Endeudarse es un error¡±, afirma.
Pese a los recelos del mundo econ¨®mico, cree en la empresa familiar porque asegura que aporta ¡°pasi¨®n¡± y no entiende la innovaci¨®n sin vinculaci¨®n con la universidad, con la que mantiene una relaci¨®n constante y fluida, y el progreso sin la sociedad: ¡°La empresa es lo que es gracias a ella y tiene que devolv¨¦rselo. No es cuesti¨®n de buenismo; es que de otra manera no sobrevive. Adem¨¢s, todo lo que das, lo recibes de vuelta¡±
A punto de abandonar la primera fila a sus 75 a?os, afirma que se ¡°divierte mucho¡± con el trabajo y denuesta a quien vislumbra el ocio como meta del hombre. Ha dedicado un puente en C¨®rdoba a uno de sus h¨¦roes: Ibn Firnas, un sabio del Califato de C¨®rdoba que construy¨® un planeador y vol¨® desde una torre en el a?o 875 de nuestra era. Su puente y la figura de Firnas han inspirado el emblema de un veh¨ªculo de Rolls Royce.
Jos¨¦ Luis Manzanares, que tambi¨¦n ha escrito 13 libros, conserva en su despacho fotos con l¨ªderes internacionales y todos los presidentes del Gobierno, a los que les habla claro, sin tapujos. ¡°Todos piensan solo en ellos y utilizan el sufrimiento de la gente¡±, lamenta. Critica abiertamente la par¨¢lisis institucional y conf¨ªa en que se recupere la estabilidad para seguir creciendo y para romper una tendencia que le preocupa: la persistencia de un primer mundo que despilfarra, un segundo mundo que empuja y un tercer mundo depauperado con el que los dem¨¢s deber¨ªan tener la obligaci¨®n de ser solidarios y colaborar.
Durante la visita de un ministro de Obras P¨²blicas franquista, Manzanares le pide consejo para vender ingenier¨ªa desde Sevilla. El representante del Gobierno se r¨ªe y le dice que desde la capital andaluza solo pod¨ªa vender toros y feria. Esa noche, el ingeniero no duerme y promete demostrar que s¨ª es posible.
Con 20 trabajadores, sueldos de entre 60 y 120 euros al mes y tarifas como 60 c¨¦ntimos por plano catastral y 10.000 euros al a?o por la construcci¨®n de una presa, se estampa con la crisis del petr¨®leo de los setenta. Los contratos decaen y le cuesta llegar a fin de mes. Lo salva haci¨¦ndose catedr¨¢tico de Arquitectura.
Asume la direcci¨®n ¨²nica de la empresa tras la muerte de su socio en 1981 y tres a?os m¨¢s tarde, ya con 30 trabajadores, recibe su primer encargo internacional en Ecuador. La Exposici¨®n Universal de Sevilla en 1992 le convierte en socio de referencia de numerosas empresas que vienen a construir el recinto y las infraestructuras asociadas, donde impone el criterio fundacional de Ayesa: incorporar las ¨²ltimas tecnolog¨ªas a cualquier proyecto.
Estos episodios son determinantes en la trayectoria de la firma porque definen sus principios: ¡°hacer infraestructura inteligente y no solo ingenier¨ªa f¨ªsica¡±, como describe Manzanares; la internacionalizaci¨®n desde Sevilla, donde est¨¢ empleado el 60% de la plantilla; y la responsabilidad social, que el empresario entiende como devolver la deuda a la sociedad. ¡°Me preocupa m¨¢s mi pueblo que mis pol¨ªticos¡±, asegura.
Sucesi¨®n planificada
En esos tres pilares de esta empresa familiar ha situado a sus tres hijos para preparar el relevo. Jos¨¦ Luis dirige el ¨¢rea de ingenier¨ªa y territorio: Arancha, consultor¨ªa y tecnolog¨ªa; y Ana, la fundaci¨®n Ayesa. El pr¨®ximo 1 de junio se ensaya la nueva estructura con la reuni¨®n de un consejo de administraci¨®n formado por profesionales independientes y una presidencia rotatoria que fijar¨¢ la ruta de la entidad.
Mientras Jos¨¦ Luis Manzanares, que se resiste a desocuparse, termina su ¨²ltimo puente en Riad (Arabia Saud¨ª), sus hijos y la nueva organizaci¨®n empresarial asumir¨¢n el dise?o y gesti¨®n de sistemas de transporte, infraestructuras hidr¨¢ulicas, edificios, aeropuertos, gesti¨®n de instituciones p¨²blicas y servicios ciudadanos, soluciones de gesti¨®n empresarial, telecontrol, construcci¨®n industrial, ciudades inteligentes, ingenier¨ªa aeron¨¢utica y decenas de servicios en los ¨¢mbitos de la externalizaci¨®n, gesti¨®n de activos, operaci¨®n y mantenimiento. ¡°Vendemos conocimiento¡±, resume el empresario, quien se enorgullece de competir en los cinco continentes con gigantes de la industria y ganar.
De todo este entramado, aunque le cuesta singularizar, Manzanares guarda especial recuerdo del Puente del Cristo de la Expiraci¨®n en Sevilla, conocido como el del Cachorro. Lo hizo en su tierra, pensando en la gente y supuso un cambio definitivo en el urbanismo de la ciudad. Tambi¨¦n se siente orgulloso de haber construido en M¨¦xico la mayor depuradora del mundo, con capacidad para tratar 35 metros c¨²bicos por segundo.
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