La integraci¨®n de la tercera edad en la ciudad
El envejecimiento lleva al deterioro del patrimonio urbano y a la expulsi¨®n del dependiente
Somos cada vez m¨¢s longevos. Es un logro, una victoria social, pero ?estamos preparados para una sociedad de ancianos? Hace tiempo que los estudios demogr¨¢ficos alertan del progresivo envejecimiento en las grandes ciudades y la poblaci¨®n envejecida se distribuye en zonas muy espec¨ªficas. Se puede decir que el hogar y la vivienda envejecen conjuntamente.
En buena l¨®gica, una misma vivienda va a alojar varios hogares a lo largo del tiempo y es necesario estudiar si hay reemplazo en esas viviendas que quedar¨¢n vac¨ªas. Nos enfrentamos a un problema de despoblamiento de zonas envejecidas, con el consiguiente deterioro de la ciudad y la reducci¨®n del valor y precio de la vivienda de la zona.
Por otra parte, esa poblaci¨®n envejecida en un parque en deterioro va a demandar servicios espec¨ªficos de apoyo a su paulatina dependencia, y la ciudad deber¨ªa dar respuesta en su planificaci¨®n urbana. La clasificaci¨®n del suelo urbano cuenta con suelos dotacionales para la gesti¨®n de las necesidades de los ancianos en centros de d¨ªa y residencias de ancianos Pero la mayor parte de la infraestructura geri¨¢trica est¨¢ en manos privadas, con las que la administraci¨®n concierta servicios y ayudas.
Los grandes grupos que controlan este sector, aplican en su gesti¨®n los modelos de rentabilidad habituales para los activos en alquiler. Una residencia geri¨¢trica no deja de ser un negocio cuya cuenta de resultados tiene una enorme similitud con la de un complejo hotelero. As¨ª, nos encontramos con que la elecci¨®n de tales dotaciones -que deber¨ªa ser la localizaci¨®n- est¨¢ determinada por el precio. Esto hace que, al igual que pasa con otros productos inmobiliarios, los dependientes ¨Cdada la pensi¨®n media- tengan que desplazarse a la periferia.
El paulatino envejecimiento de zonas concretas de la ciudad, donde sus habitantes y parque inmobiliario ganan a?os y, con ello, deterioro, deben alertar a los gestores de la ciudad de las necesidades de infraestructuras adecuadas y solventes para resolver las futuras demandas. Y, con un modelo de equidad econ¨®mico que no haga que nuevamente la soluci¨®n sea desubicar a una persona de su entorno en un momento vital en el que cualquier cambio es dram¨¢tico.
Parecer¨ªa l¨®gico que la Administraci¨®n diera el servicio que demandan sus ciudadanos y que estos pudieran ver resuelta su vejez en el mismo espacio en que han habitado. De la misma forma que los servicios p¨²blicos, como sanidad, ense?anza y transportes, o privados, como comercio y ocio, se adecuan a las necesidades de la poblaci¨®n, deber¨ªa hacerlo el servicio de geriatr¨ªa, ya fuera p¨²blico o privado.
En un estudio sobre la Comunidad de Madrid se han localizado los espacios donde reside la poblaci¨®n mayor; donde se ubican las infraestructuras de geriatr¨ªa, principalmente residencias de ancianos; cual es su precio y, por ¨²ltimo, el valor de las viviendas en las que residen los futuros usuarios de estas infraestructuras. Los resultados no pueden ser m¨¢s alarmantes. Los precios de las residencias privadas (que concentran la m¨¢xima oferta) superan con mucho las posibilidades de los ingresos por pensi¨®n que reciben los usuarios, lo que requiere, o bien apoyo econ¨®mico familiar o hacer uso del patrimonio inmobiliario del dependiente, mediante figuras como las hipotecas inversas o, muy a menudo, a que se mantenga a¨²n en situaciones de grave deterioro en el hogar, a costa del sacrificio, generalmente, de alguna de las mujeres de la familia. Una situaci¨®n que nos diferencia de los pa¨ªses europeos m¨¢s desarrollados.
Y, por otra parte, al no haber reemplazo de compra de estas viviendas -por falta de demanda y por ser las m¨¢s de las veces activos envejecidos y en zonas deterioradas en comparaci¨®n con nuevos entornos-, los precios a la baja no permiten obtener los ingresos necesarios para el correcto mantenimiento del dependiente.
El Gobernador de Banco de Espa?a, Linde, en declaraciones en el Congreso de los Diputados sobre las pensiones, aprovech¨® la ocasi¨®n para relacionar la vivienda con una ¡°pensi¨®n en especie¡±: quien no tenga patrimonio inmobiliario, al final de su vida, tendr¨¢ mayores dificultades en atender su dependencia. No disponer de recursos suficientes, obligar¨¢ al dependiente a retirarse a lugares totalmente ajenos a su entorno habitual y al de su familia, con resultados personales catastr¨®ficos.
Este problema no har¨¢ m¨¢s que agudizarse en el tiempo, a medida que la poblaci¨®n sea cada vez m¨¢s anciana y longeva. Es necesaria una toma de conciencia de la sociedad y de las administraciones p¨²blicas sobre lo que va a suponer el envejecimiento para la convivencia en nuestras ciudades.
Ignacio Suarez-Llanos Aguirre es el fundador de AguirreArce Consultores.
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