Para¨ªsos fiscales en el ojo del hurac¨¢n
Si los pa¨ªses se pusieran de acuerdo no habr¨ªa refugios para los piratas financieros
Alguna vez se han preguntado cu¨¢ntas prestaciones sociales se dejan de dar como consecuencia de los impuestos que no cobramos por los capitales que emigran a para¨ªsos fiscales? ?Cu¨¢ntas prestaciones por desempleo menos? ?Cu¨¢ntas guarder¨ªas? ?Cu¨¢ntas intervenciones quir¨²rgicas y tratamientos m¨¦dicos m¨¢s se podr¨ªan pagar con el dinero que se deja de ingresar? Esta es una realidad que toca el bolsillo a todos y afecta al bienestar com¨²n. Afecta a las pensiones, a los subsidios, a la dependencia, tanto de mayores como de ni?os, a la sanidad, a la cultura, a la seguridad, a la defensa, y a la generaci¨®n de riqueza y la creaci¨®n de empleo, entre otros. En definitiva, afecta a la solidaridad. Afecta a todos en todo.
Quienes defraudan no solo defraudan a Hacienda: defraudan a todos. Quienes operan en Espa?a y facturan desde otro pa¨ªs para evitar pagar impuestos, defraudan a cada ciudadano que consume sus productos y paga por sus servicios. Defraudan a sus propios clientes, a los mismos que dicen querer y pretenden seducir con su publicidad y persuadir con sus estrategias de marketing. Son los ciudadanos, los mismos que gastan su dinero en sus productos y servicios, quienes sufren las consecuencias de estas acciones deshonestas, que se producen porque hay territorios que las permiten, las fomentan o las promueven, directa o indirectamente, con su actividad o su pasividad.
En un contexto de competencia global los territorios compiten todos contra todos, cada uno en lo que puede. El nuevo paradigma de competencia es econ¨®mico y, en este contexto, la marca del territorio es utilizada como un arma econ¨®mica m¨¢s para obtener ventaja, incrementar el atractivo del territorio y reforzar su posici¨®n competitiva. En definitiva, para atraer m¨¢s recursos y ganar la partida. En el caso de los territorios considerados como para¨ªsos fiscales, este proceso, lo han hecho muy bien, y han sabido convertirse en lugares especialmente eficaces y eficientes en la atracci¨®n de recursos. Identificarlos es f¨¢cil, ya que el ADN de sus marcas est¨¢ contaminado y presentan un comportamiento muy caracter¨ªstico: una fortaleza de Marca Pa¨ªs excepcionalmente elevada, que les lleva a situarse en los primeros puestos de la clasificaci¨®n mundial por este concepto, as¨ª como a ocupar posiciones destacadas.
Si bien, por vol¨²menes absolutos, podr¨ªan llegar a pasar desapercibidos, estos territorios suelen registrar ratios per c¨¢pita en atracci¨®n de recursos anormalmente elevados. Presentan una especial eficiencia en la atracci¨®n de capitales, por su opacidad informativa y su baja o nula fiscalidad; en ocasiones, tambi¨¦n en la atracci¨®n de recursos procedentes de la exportaci¨®n, contribuyendo a fomentar, con frecuencia, el contrabando entre fronteras; una pr¨¢ctica que motiva un elevado n¨²mero de supuestos "turistas" y, por ende, un ratio anormal de turistas por cada residente. En cierto modo, es una paradoja: la fortaleza de esos territorios reside en su propia debilidad, ya que no han sido capaces de encontrar una fuente de ventaja competitiva propia, que les permita enfrentar la competencia global, m¨¢s all¨¢ de la aplicaci¨®n de una normativa laxa y desleal.
La fuerza de estos territorios no reside en su capacidad de innovaci¨®n, en su fuerza productiva, en sus econom¨ªas de escala, o en su especializaci¨®n productiva, ni siquiera en sus bajos costes laborales y/o de producci¨®n. Ha sido una forma de huida hacia delante, ante un panorama claramente deficitario en t¨¦rminos de ventajas competitivas. El peque?o tama?o, geogr¨¢fico y de poblaci¨®n, junto con la ausencia de activos y fortalezas, los ha llevado a utilizar v¨ªas de competencia desleal para revertir una situaci¨®n de desventaja y generar una fuente de ingresos adicionales.
En definitiva, su fuerza reside en su capacidad para convertirse en territorios francos, en lugares de tregua para "piratas financieros". Una posici¨®n tan l¨¢bil como f¨¢cil de revertir, si un conjunto significativo de pa¨ªses serios decidiera hacer oposici¨®n activa y acordaran poner coto a esta situaci¨®n. No se les puede pedir mucho. La ¨¦tica es un elemento esencial de la sociedad que se encuentra en peligro de extinci¨®n, ya que, hasta quienes deben defenderla, la mancillan sin reparo alguno.
Jos¨¦ Mar¨ªa Cubillo es doctor en Econom¨ªa y director de MESIAS¨CInteligencia de Marca Espa?a.
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