El ron m¨¢s a?ejo de Venezuela
Santa Teresa afronta la delicada situaci¨®n del pa¨ªs como gran distribuidor de esta bebida, con 1,6 millones de cajas
El ron en Venezuela es un producto contrac¨ªclico: cuando la econom¨ªa va bien la gente tiene dinero y bebe whisky; cuando empeora suben las ventas de este destilado de la ca?a de az¨²car. Aunque en realidad las cosas no son tan sencillas.
La hiperinflaci¨®n que vive el pa¨ªs (fue del 180% el a?o pasado y este ejercicio superar¨¢, seg¨²n el FMI, el 700%) y la existencia de hasta tres tipos de cambio de moneda (dos oficiales y uno extraoficial) fuerzan terremotos de magnitudes desconocidas. Ni siquiera controlables por empresas como la de Alberto C. Vollmer, presidente de Ron Santa Teresa y heredero de una oligarqu¨ªa de ra¨ªces alemanas afincada en el pa¨ªs desde la llegada de su antepasado, Gustav Julius Vollmer, a principios del XIX.
¡°No he vivido nunca un momento con tanta inflaci¨®n¡±, reconoce. Titubea cuando tiene que calcular cu¨¢nto ron vendi¨® el a?o pasado. ¡°Vivimos una situaci¨®n de hiperinflaci¨®n y por otro lado una macrodevaluaci¨®n. Ambas se solapan y hacen mucho da?o. La facturaci¨®n estar¨¢ entre 60 y 100 millones de euros. Porque consolidamos en bol¨ªvares, y son un mont¨®n, pero otra cosa es lo que valgan al cambio. Ninguna empresa en Venezuela le puede decir con exactitud la facturaci¨®n a menos que toda se realice fuera del pa¨ªs¡±, expresa Vollmer, que estuvo esta semana en la Casa de Am¨¦rica en Madrid como miembro del Consejo Empresarial de Am¨¦rica Latina.
Ingeniero por la Universidad de Caracas, empez¨® en Santa Teresa hace 20 a?os como supervisor del tercer turno de envasado, trabajando de noche. ¡°La l¨®gica indicar¨ªa que llegu¨¦ por herencia, por inteligencia o por meritocracia. La verdad es que no fue as¨ª. Mi conclusi¨®n es que fue por supervivencia¡±, reconoc¨ªa hace algunos a?os a un grupo de estudiantes. Cuando aterriz¨® en la empresa siguiendo la recomendaci¨®n de su padre, en 1996, se cumpl¨ªan dos siglos de la fundaci¨®n de Ron Santa Teresa. El mercado de esta bebida ca¨ªa sin remedio: las condiciones macroecon¨®micas encarec¨ªan los productos nacionales y hac¨ªan muy dif¨ªciles las exportaciones. ¡°En pocas palabras, ten¨ªamos una megacrisis a las puertas¡±, recuerda Vollmer, que consigui¨® sacar a la compa?¨ªa de una situaci¨®n de pr¨¢ctica suspensi¨®n de pagos a fuerza de asumir que la historia familiar no podr¨ªa terminar con ¨¦l como culpable.
Una historia familiar
1826. Gustav J. Vollmer llega a Venezuela procedente de Hamburgo. Cuatro a?os despu¨¦s se casar¨¢ con Panchita Ribas, prima del libertador Sim¨®n Bol¨ªvar. En 1885 comprar¨¢ la Hacienda Santa Teresa y traer¨¢ de Europa un alambique de cobre para producir ron.
1909. Se registra la marca Santa Teresa, la primera de ron del pa¨ªs.
1948. Entra en funcionamiento un sistema de producci¨®n m¨¢s moderno y comienza la fabricaci¨®n de ron a partir de la melaza de ca?a.
1983. Lanzamiento de Selecto, el primer ron extra a?ejo Premium de Venezuela.
1989. Alberto J. Vollmer, padre del actual presidente, crea la Fundaci¨®n Santa Teresa, con la finalidad de involucrar a la Compa?¨ªa en las actividades filantr¨®picas de la familia.
Aquello no fue m¨¢s que el principio. Cuatro a?os despu¨¦s, cuando la compa?¨ªa se estaba estabilizando, 400 familias invadieron su hacienda de 3.000 hect¨¢reas dedicada a la ca?a de az¨²car y situada en el municipio de Revenga, al norte del pa¨ªs. Reclamaban al terrateniente un lugar para vivir. ?l entendi¨® que s¨®lo ten¨ªa una salida: negociar con ellos sin dar la espalda al problema. De ah¨ª naci¨® el proyecto Camino Real, que hoy es una apacible urbanizaci¨®n de casas unifamiliares levantadas despu¨¦s de meses de duras negociaciones.
El siguiente cap¨ªtulo en la convulsa historia de la empresa lleg¨® en 2003, cuando Hugo Ch¨¢vez cumpl¨ªa un lustro en el poder. Una de las bandas juveniles que controlaban el municipio de Revenga invadi¨® (no era la primera vez) la hacienda Santa Teresa. En la escaramuza por poco matan de una paliza a su jefe de seguridad, Jimin P¨¦rez. Cuando detuvieron al cabecilla de los asaltantes, de la banda La Placita, Vollmer le ofreci¨® un trato: trabajar tres meses en la empresa a cambio de comida y alojamiento. Poco a poco, recuerda, ¡°fueron incorpor¨¢ndose a la empresa todas las bandas de la zona¡±. Algunas incluso hac¨ªan cola a las puertas del complejo preguntando cu¨¢ndo las dejar¨ªan entrar. De esa actuaci¨®n naci¨® el proyecto Alcatraz, un programa para la rehabilitaci¨®n de delincuentes que ha logrado reducir considerablemente los ¨ªndices de criminalidad en la regi¨®n gracias a otra idea de Vollmer: incluir el rugby como una actividad dentro del programa.
Despu¨¦s de haber vivido todo esto no es de extra?ar que Alberto Vollmer, ¡ªla ¡°oveja roja¡± de la familia de oligarcas, como le llegaron a llamar¡ª, responda en tono tranquilizador cuando se le recuerda que hasta Coca-Cola ha dejado de producir en Venezuela por problemas con el suministro de az¨²car. ¡°Trabajar en estas circunstancias no es f¨¢cil, hay que ser un poco mago. Todo pasa mucho m¨¢s r¨¢pido, tienes que pensar en cu¨¢ndo vas a terminar de cobrar todos los insumos¡±. Lo que m¨¢s le inquieta son los costes, dif¨ªciles de calcular cuando las condiciones pueden cambiar de forma repentina.
Fortalecer la marca
El mercado nacional absorbe el 75% de sus ventas, que no son peque?as: Ron Santa Teresa produce 1,6 millones de cajas de 12 botellas y m¨²ltiples formatos, entre los que destacan Santa Teresa Gran Reserva, Linaje y 1976. En una de sus dos destiler¨ªas elaboran tanto alcoholes pesados como ligeros; y en otra, m¨¢s antigua, alcohol artesanal. La crianza se realiza en barricas de roble americano y franc¨¦s por periodos de hasta 25 a?os. ¡°Exportamos casi a 40 pa¨ªses. Nuestro primer mercado fuera es Espa?a [donde tienen un acuerdo de distribuci¨®n con Osborne], seguido de EE UU¡±. Basan su estrategia en construir y fortalecer la marca. ¡°La empresa est¨¢ bastante bien dadas las condiciones de la econom¨ªa venezolana. Para nosotros la clave es poder crecer en exportaciones, es la ¨²nica forma de conseguir moneda¡±.
Vollmer parece querer evitar cualquier declaraci¨®n que moleste al Gobierno o a la oposici¨®n de su pa¨ªs. ¡°?Qu¨¦ espero del futuro? Que los l¨ªderes pol¨ªticos puedan ponerse de acuerdo en una agenda econ¨®mica para darle una soluci¨®n al pueblo, que son los que est¨¢n pasando la mayor necesidad. Hay temas de desabastecimiento, de inseguridad... Si eso sucediera implicar¨ªa unas consecuencias muy duras para la poblaci¨®n, porque tendr¨ªamos que asumir un ajuste econ¨®mico. Y Gobierno y oposici¨®n temen ese coste pol¨ªtico. Otra cosa es para qu¨¦ me preparo, y eso es muy dif¨ªcil decirlo, porque puede que se tomen medidas lentamente que no terminen generando las soluciones que se requieren¡±.
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