La ¡®start up¡¯ Theranos, el ¡®unicornio¡¯ roto por una demanda de fraude
La innovadora empresa de Elizabeth Holmes promet¨ªa an¨¢lisis de sangre con una sola gota
Theranos ha pasado, en pocos meses, de ser una de las j¨®venes empresas estadounidenses m¨¢s innovadoras a ser considerada un timo, ante las demandas por posible fraude en su sistema express de an¨¢lisis sangu¨ªneo. Durante los ¨²ltimos a?os Elizabeth Holmes ha acaparado art¨ªculos elogiosos, perfiles loando su visi¨®n y juventud. Holmes cumple el patr¨®n: estudiante de Stanford que dej¨® las aulas con 19 a?os para montar su empresa. El dinero de los inversores llovi¨®. La valoraci¨®n de su startup lleg¨® hasta los 9.000 millones de d¨®lares (unos 8.080 millones de euros) en enero. Es decir, entraba en el selecto club de los unicornios, las empresas que antes de salir a Bolsa ya superan los mil millones de d¨®lares. La revoluci¨®n que presentaba permit¨ªa ahorrar dinero, tiempo y molestias. Adi¨®s a las jeringas, a los tubos, al transporte de tantas cantidades. Una gota de sangre del dedo ¨ªndice y solo unos minutos ser¨ªan suficientes para tener un estudio detallado del estado de salud del paciente.
Los problemas han llegado al conocerse que su supuesto sistema, creado por ellos mismos, no era tal. Al menos no por completo. Una gran cantidad de sus an¨¢lisis de sangre fueron realizados por m¨¢quinas que hab¨ªan comprado a Siemens. La primera alerta lleg¨® a trav¨¦s de una investigaci¨®n de Wall Street Journal, donde apuntaban que seg¨²n los informes del servicio estatal que supervisa alimentos y medicinas, solo una de las 100 pruebas que supervisaron se hab¨ªa hecho con sus propios aparatos.
El mercado de los an¨¢lisis diagn¨®sticos genera unos ingresos de 75.000 millones de d¨®lares (67.300 millones de euros) anuales en Estados Unidos. Dos empresas, Laboratory Corp. of America Holdings y Quest Diagnostics Inc., se reparten el 20% del mercado. El resto cae en manos de hospitales con sus propias unidades y laboratorios locales. La mayor parte de los centros que analizan la sangre usan tecnolog¨ªas de Siemens o Roche. Estos factores, junto con el evitar desplazamientos y rapidez de uso, hac¨ªan que la soluci¨®n de Holmes se viese como una verdadera revoluci¨®n tanto para los profesionales como para los pacientes. La emprendedora lo presentaba como un gran avance en un nicho que llevaba a?os estancado.
Desconfianza ante la prensa
Hace unos meses el Commonwealth Club de California le otorg¨® su reconocimiento como una de las personas del a?o a Elizabeth Holmes. Durante el cocktail dejaron claro su nerviosismo. Era 16 de marzo y comenzaban a surgir rumores sobre la viabilidad de la empresa. El comportamiento evidenci¨® que algo no iba bien en Theranos. Entre canap¨¦ y canap¨¦, Holmes, con caracter¨ªstico jersey negro de cuello vuelto y una coleta mo?o descuidada que es tambi¨¦n se?a de identidad, depart¨ªa con su hermano. Quien suscribe se acerc¨® con intenci¨®n de presentarse y pedir cita posterior para saber m¨¢s de su tecnolog¨ªa. Tras un empuj¨®n, su responsable de comunicaci¨®n solt¨® una frase tomando el m¨®vil del periodista en la mano: "?No estar¨¢s grabando esta conversaci¨®n?". "No, solo me presentaba". Se relaj¨® y comparti¨® la tarjeta, pero nunca m¨¢s hubo oportunidad de departir m¨¢s all¨¢ del correo electr¨®nico con nadie de la empresa.
Las farmacias lo llevan a jucio
Walgreens, la mayor cadena de farmacias de Estados Unidos, fue su mejor aliado. Ha sido tambi¨¦n quien los ha llevado a juicio tras darse cuenta de lo que, seg¨²n ellos, es un fraude. La popular tienda de medicamentos, productos de limpieza y alimentos que se encuentra en casi cualquier esquina de las grandes ciudades de Estados Unidos, pens¨® que evitar pinchazos en venas y enviar tubos de ensayo era una oportunidad para crear una v¨ªa de ingresos.
Hace dos a?os comenzaron a ofrecer sus servicios en Palo Alto, donde tiene su sede Theranos, el coraz¨®n de Silicon Valley, as¨ª como en Arizona, uno de los pocos estados donde se pueden hacer an¨¢lisis sin necesidad de contar con un volante del m¨¦dico.
Con m¨¢s de seis millones de pruebas a sus espaldas, comenzaron las dudas. Los resultados no se ajustaban, no ten¨ªan correlaci¨®n con los anteriores de los pacientes. Sunny Balwani, su presidente y director de operaciones, dej¨® su puesto a comienzos de mayo, al ver c¨®mo el organismo regulador amenazaba con retirarles la licencia para seguir ejerciendo.
Walgreens pide un reembolso por la compra de sus aparatos, as¨ª como una compensaci¨®n por la repetici¨®n de los ex¨¢menes. La realidad, y parte de la defensa de Theranos se centrar¨¢ en ello, es que Walgreens no valid¨® Edison, como se llama la m¨¢quina de Theranos. Se fiaron de lo que les vendieron sin hacer una comprobaci¨®n profunda.
Demanda por publicidad enga?osa
En la documentaci¨®n presentada se habla de una de las acusaciones m¨¢s graves en el terreno comercial, publicidad fraudulenta. Los abogados hablan de implicaciones contra la salud de los consumidores: ¡°decenas de miles de pacientes pueden haberse visto afectados, han podido recibir tratamientos y diagn¨®sticos innecesarios o da?inos. O, al contrario, han podido no recibir tratamiento cuando s¨ª lo necesitaban¡±. Brooke Buchanan, portavoz de la empresa ha emitido un comunicado minimizando la demanda: ¡°No se sostiene. Como empresa, vamos a defendernos de estas acusaciones¡±.
En Silicon Valley las opiniones son diversas. Mientras que algunos lo ven como fruto del progreso, del proceso de prueba y error hasta dar con la soluci¨®n que de verdad signifique un salto, otros, los m¨¢s cercanos al mundo m¨¦dico, indican que apenas contaban con inversores especializados en startups de salud, sino fondos de capital riesgo que se dejaron llevar por la fantas¨ªa.
Si se confirma la retirada de la licencia por parte de las autoridades sanitarias durante dos a?os, la valoraci¨®n de Theranos pasar¨ªa de ser la startup mimada y valer, directamente, cero.
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