¡°Si alguien tiene la opci¨®n de manipularte, lo har¨¢¡±
El premio Nobel analiza los trucos que emplean los mercados para meterse al consumidor en el bolsillo
El profesor pregunta dos veces, al principio y al final de la conversaci¨®n. ¡°?Pero ha venido desde Nueva York solo a entrevistarme?¡±. George Akerlof (New Haven, Connecticut, 1940), premio Nobel de Econom¨ªa en 2001, se comporta con una humildad que parece muy franca cuando se sorprende de que alguien viaje para charlar con ¨¦l o cuando se interesa con recato por la agenda del alumno al que tiene en el despacho en la Universidad de Georgetown y con quien quiere seguir hablando m¨¢s tarde. El viaje de Nueva York a Washington en tren puede quedarse en tres horas si se toma el servicio m¨¢s r¨¢pido y llega a tres y media en la versi¨®n normal. ¡°Pero no vale la pena la diferencia de precio para el poco tiempo que te ahorras, hasta el tren m¨¢s lento en primera clase sale m¨¢s barato¡±, se queja. Los trucos del mercado forman parte de La econom¨ªa de la manipulaci¨®n (Deusto, 2016), el libro que ha escrito junto a Robert J. Shiller. ¡°Yo prefiero el tren, a Janet le gusta m¨¢s el avi¨®n¡±, dice Akerlof antes de entrar en materia. Conoci¨® a su esposa a finales de la d¨¦cada de los setenta en la cafeter¨ªa de la Reserva Federal, se pusieron a hablar de macroeconom¨ªa y la cosa acab¨® en boda. Janet es Janet Yellen, la presidenta del banco central estadounidense, por la que el profesor reh¨²ye cualquier pregunta de tinte pol¨ªtico o de la actual coyuntura monetaria.
Pregunta. Usted ha abordado la psicolog¨ªa en la econom¨ªa. ?Qu¨¦ significa exactamente la econom¨ªa de la manipulaci¨®n?
Respuesta. El comportamiento econ¨®mico se refiere principalmente al hecho de que la psicolog¨ªa importa en la toma de decisiones de las personas. Ese ser¨ªa el lado de la demanda. En este libro hablamos del lado de la oferta, a la hora de ser manipulado. Esa es una extensi¨®n de la econom¨ªa b¨¢sica del libre mercado: si existe una oportunidad de manipularte y aprovecharse de ti, alguien lo har¨¢. Es lo que vemos cada d¨ªa en los casinos y las casas de apuestas; puede que le hagan bien a algunos, a gente a la que le encanta ir a Las Vegas, pero tambi¨¦n causan mucho da?o porque crean lud¨®patas. Si eres un adicto al juego, se van a aprovechar de ti. Esto es el lado de la demanda.
P. Adem¨¢s del juego, tambi¨¦n pone como ejemplo de manipulaci¨®n a la industria publicitaria, pero un creativo del sector le dir¨ªa que ellos son inventores de necesidades, que hacen creer a la gente que necesita cosas que en realidad no le hacen falta, y que en eso se basa el crecimiento del consumo y la econom¨ªa.
R. Ser¨ªa mejor que gast¨¢ramos el dinero en cosas que de verdad necesitamos. Me gustan los publicistas, es una forma de arte y, en cierto sentido, hacen m¨¢s rica a nuestra sociedad, pero al mismo tiempo creo que no es tan bueno tener necesidades inventadas. Podemos nombrar cientos de necesidades reales para las que no tenemos dinero suficiente, como por ejemplo tomar medidas contra el calentamiento global o asistir a la gente pobre.
P. Escuchar m¨²sica con los auriculares, con el iPod ahora, o con el walkman en hace algunos a?os¡ ?eso era una necesidad real cuando se invent¨®?
R. Bueno¡ Yo soy adicto a mi iPhone. Hay un lado malo en esa adicci¨®n, pero tambi¨¦n uno bueno y es que me hace caminar y eso es positivo para la salud. Yo tengo que caminar cuatro kil¨®metros cada d¨ªa y hay una aplicaci¨®n que me dice si lo he hecho o no. Hay dos caras aqu¨ª: el mercado nos est¨¢ dando cosas que hace 100 a?os no podr¨ªamos haber imaginado y eso nos hace m¨¢s felices, m¨¢s saludables y m¨¢s sabios; pero, por otra parte, hay una gran cantidad de actividades que la gente lleva a cabo y que son perjudiciales.
P. ?Qu¨¦ tipo de gente es m¨¢s vulnerable a las trampas del mercado, la clase trabajadora, los ricos?
¡°Deber¨ªa haber una conciencia p¨²blica que evitara que se pongan caramelos junto a la caja registradora del s¨²per¡±
R. Los ricos tiene m¨¢s dinero para gastar, as¨ª que¡ Pero el consumo de cigarrillos, por ejemplo, suele estar m¨¢s relacionado con las clases modestas. Adem¨¢s, en Estados Unidos hay una tasa muy alta de obesidad y tambi¨¦n afecta m¨¢s a los pobres.
P. ?Y qui¨¦nes ser¨ªan los grandes manipuladores de la econom¨ªa?
R. No deber¨ªamos ver esto como un crimen, pero s¨ª saber que esa manipulaci¨®n existe. Cuando vas al supermercado, por ejemplo, es de esperar que los caramelos est¨¦n cerca de las cajas registradoras. Pero la cosa va incluso m¨¢s all¨¢ cuando esas chucher¨ªas se colocan justo en el sitio en el que tienes que hacer cola y esperar, y precisamente a la altura de los ojos de un ni?o de seis a 10 a?os. As¨ª que si vas con un ni?o de ocho a?os insistir¨¢ en perdirlos. Deber¨ªa haber una conciencia p¨²blica que evitara que las tiendas hicieran eso.
P. ?Pero puede imaginar a un Gobierno prohibiendo a los supermercados poner ah¨ª los caramelos?
R. No tiene que ser cosa del Gobierno. Todo lo que necesitas es algo como una fotograf¨ªa en The Washington Post que diga que ha estado en 10 tiendas y que en todas partes sucede lo mismo. No tiene que ser una regulaci¨®n del Gobierno, puede venir de diferentes direcciones.
P. Menciona en el libro el papel de las agencias de calificaci¨®n de riesgo durante la crisis, cuando dieron la mejor nota a productos financieros que al final resultaron ser basura. ?Esas notas tan altas eran como poner los caramelos al lado de la caja registradora?
R. S¨ª, me gusta esa analog¨ªa.
P. ?Hubo mucha manipulaci¨®n en la crisis financiera?
R. S¨ª, hubo mucha manipulaci¨®n y eso desempe?¨® un papel crucial en la crisis. Las calificaciones err¨®neas tuvieron un impacto enorme porque la gente compr¨® activos que cre¨ªan seguros. La gente confiaba en las agencias de calificaci¨®n porque lo hab¨ªan hecho bien en el pasado y deseaban confiar en ellas de nuevo.
P. Ideas equivocadas como esa afectan tambi¨¦n a la econom¨ªa.
R. Algo crucial en nuestras vidas son las historias que nos contamos a nosotros mismos y que afectan a muchas de nuestas decisiones. Esa es una variable importante que se omite en la econom¨ªa. El anunciante quiere interrumpir tu vida con su anuncio, te quiere contar una historia y ponerte a ti en ella. Este libro tambi¨¦n es, en s¨ª mismo, una historia que dice que s¨ª, que los mercados funcionan, pero al mismo tiempo tienen su lado negativo, que es la manipulaci¨®n.
P. ?Se ha puesto demasiado ¨¦nfasis en el libre mercado en EE?UU?
R. Creo que nos han vendido un relato muy restrictivo respecto a lo que el Gobierno deber¨ªa o no hacer. Creo que, en lugar de tener un tipo de relato abstracto, que te dice que los mercados te van a dar cualquier cosa que quieras, necesitamos un relato m¨¢s pragm¨¢tico en el que nos planteemos qu¨¦ puede hacer bien el Gobierno y qu¨¦ puede hacer mal. Esas personas que se etiquetan a s¨ª mismas como conservadoras tienen una doctrina muy abstracta.
P. ?Qu¨¦ quiere decir?
R. Creo que deber¨ªa haber otro tipo de conservadurismo, en el que se deber¨ªa de tener m¨¢s cuidado a la hora de pensar en las cosas que funcionan bien y las que no. Si el Gobierno adopta una medida que puede ser buena para la gente, no te lanzas inmediatamente sobre ella. Primero pones un pie en el agua y ves si va bien o no, y si funciona, pues de acuerdo. ?Interfiere demasiado en la libertad de la gente? Si parece que funciona y a la gente le gusta¡ Pues exp¨¢ndela.
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