Cuatro ideas sobre la energ¨ªa en Espa?a
Hay que dejar de poner trabas a las renovables y revisar los t¨®tems sagrados de las empresas el¨¦ctricas
En el periodo electoral en que vive Espa?a es conveniente resaltar los aspectos verdaderamente relevantes sobre la energ¨ªa y evitar que el debate se centre en otras cuestiones energ¨¦ticas de menor inter¨¦s general. Por ejemplo, existe inquietud sobre los peligros de usar fracking para extraer gas, pero no es probable que se desarrolle por sus insignificantes reservas. Tambi¨¦n hay propuestas ingenuas como renacionalizar Endesa: ?Qu¨¦ m¨¢s quisiera su due?a Enel ¡ªque se autotraspas¨® los mejores activos de Endesa¡ª que la indemnizaran por librarse de los peores, aunque les siga extrayendo jugosos dividendos!
?En energ¨ªa hay cuatro ideas-fuerza, sobre las que necesitamos pronunciamientos electorales:
1. Electrificar el consumo de energ¨ªa. Hay que eliminar los combustibles f¨®siles (carb¨®n, petr¨®leo y gas) lo antes posible, tanto por razones medioambientales, para frenar el cambio clim¨¢tico, como sanitarias, para reducir sus efectos cardio-respiratorios y carcin¨®genos.
Tambi¨¦n hay que eliminarlos por razones econ¨®micas, ya que su importaci¨®n exige un gasto de divisas superior al ingreso por turismo. Adem¨¢s las energ¨ªas f¨®siles no se utilizan eficientemente, al perderse tres cuartas partes en los autom¨®viles y dos tercios al producir electricidad. Por todo ello, hay que sustituir los combustibles f¨®siles por electricidad.
2. Producir la electricidad con energ¨ªas renovables. Las renovables son las ¨²nicas que permiten producir electricidad sin p¨¦rdidas de energ¨ªa f¨®sil, y la reducci¨®n de su coste ha permitido a la e¨®lica y solar competir con el carb¨®n y el gas. Mientras tanto Espa?a, que es el pa¨ªs europeo con mayor recurso solar, se ha quedado rezagada en la producci¨®n el¨¦ctrica con energ¨ªa fotovolt¨¢ica, no s¨®lo respecto a Alemania, sino incluso al encapotado Reino Unido que ha instalado en los ¨²ltimos cinco a?os el doble de paneles que los que tenemos aqu¨ª. Pero adem¨¢s Espa?a es el pa¨ªs europeo con mayor insolaci¨®n directa, que es la que puede concentrarse a alta temperatura y almacenarse en sales fundidas, para seguir produciendo electricidad aunque no haya sol.
Hay pues que dejar de poner palos a las ruedas de las renovables y revisar tambi¨¦n algunos de los t¨®tems sagrados de las empresas el¨¦ctricas. La gesti¨®n de las grandes centrales hidroel¨¦ctricas, que tienen un car¨¢cter b¨¢sico de almacenamiento y utilizan un recurso p¨²blico, debe estar al servicio del inter¨¦s general. Asimismo debe revisarse la gesti¨®n de las nucleares, reduciendo en lo posible su carga nocturna para evitar verter e¨®lica. Tambi¨¦n hay que detraer de la remuneraci¨®n a hidroel¨¦ctricas y nucleares los beneficios extraordinarios sobrevenidos por el precio marginal de los combustibles f¨®siles.
3. El fin de los oligopolios energ¨¦ticos actuales. Parece probable que los recursos f¨®siles dejen de utilizarse en este siglo y no porque se acaben sus reservas, igual que no se acab¨® la edad de piedra porque se terminaran ¨¦stas, sino por existir sustitutos m¨¢s eficientes y menos peligrosos. Los productores de petr¨®leo y gas ya no tendr¨¢n el poder actual de fijar sus precios en origen (pa¨ªses miembros de la OPEP) ni en destino (compa?¨ªas petroleras) al irse imponiendo los veh¨ªculos el¨¦ctricos en la automoci¨®n y el trasporte.
Las grandes petroleras europeas (BP, Total, Shell) ya lo intuyeron hace a?os y empezaron a invertir en renovables. Repsol, la ¨²nica espa?ola que queda, hubiera hecho bien en descubrir en las renovables un talism¨¢n m¨¢s valioso que el de la empresa petrolera del mismo nombre que adquiri¨® cuando el crudo val¨ªa 100 d¨®lares por barril.
El entorno tambi¨¦n cambiar¨¢ radicalmente para las cinco grandes el¨¦ctricas espa?olas, al aparecer productores y comercializadores independientes haci¨¦ndoles perder su confort regulatorio.
4. En Espa?a hace falta pol¨ªtica energ¨¦tica y que est¨¦ al servicio del inter¨¦s general. Llevamos muchos, muchos a?os, en los que en Espa?a no hay una aut¨¦ntica pol¨ªtica energ¨¦tica, sino una proliferaci¨®n de normas-parche cuyas ¨²ltimas consecuencias s¨®lo entienden las empresas que se benefician de ellas. Recientemente se ha tratado de eliminar el d¨¦ficit econ¨®mico el¨¦ctrico, achac¨¢ndoselo a las renovables en lugar de a sus mayores causantes: los productores hidr¨¢ulicos y nucleares. Como consecuencia de ese diagn¨®stico err¨®neo se ha destrozado el sector renovable, el ¨²nico en que Espa?a tiene ventaja comparativa y competitiva, dando lugar a una pol¨ªtica energ¨¦tica -por ausencia de ella- desastrosa.
Este disparate lo tiene que rectificar el nuevo gobierno y al hacerlo tiene adem¨¢s que priorizar los intereses de los consumidores, apoyando a los dom¨¦sticos con pobreza energ¨¦tica y a los industriales que pagan la energ¨ªa a un precio mayor que los dem¨¢s pa¨ªses de la UE.
Mart¨ªn Gallego es ingeniero de minas, economista y exsecretario de Estado de Energ¨ªa.
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