?C¨®mo se ense?a a los ni?os el valor del dinero?
La educaci¨®n financiera en Espa?a es d¨¦bil y hablar de dinero sigue siendo tab¨²
A nadie le gusta hablar de dinero. O, mejor dicho: a nadie le gusta hablar de ¡°su¡± dinero. Acaso, las ¡ªmuy pocas¡ª veces que hemos preguntado a alguien cu¨¢nto cobra, ?no hemos empezado nuestra locuci¨®n con un ¡°si no soy indiscreto¡±? ¡°Son cuestiones personales¡±, alguien habr¨¢ dicho. Quiz¨¢s. Pero no tenemos reparo en debatir sobre otras iguales o a¨²n m¨¢s ¨ªntimas. Y no hay que olvidarse de contextualizar: estas conversaciones (no) se producen en un pa¨ªs donde uno de cada seis j¨®venes tiene dificultades para usar una tarjeta de cr¨¦dito o leer una factura, seg¨²n apunta el informe PISA.
M¨¢s all¨¢ del ¡ªmuy criticado¡ª informe elaborado por la OCDE, un pasado plagado de estafas piramidales y productos t¨®xicos refleja la necesidad de entender el valor del dinero y el mundo que lo rodea. El estallido de la crisis hizo abrir los ojos a las autoridades, que abrazaron un t¨ªmido compromiso con la formaci¨®n en ¨¢mbito econ¨®mico: la CNMV y el Banco de Espa?a lanzaron un plan de educaci¨®n financiera, se introdujeron algunos conceptos b¨¢sicos sobre finanzas en primaria, y la LOMCE incluy¨® la asignatura de iniciaci¨®n a la actividad emprendedora y empresarial?en 4? de la ESO, pero solo para los alumnos de Formaci¨®n Profesional. Todav¨ªa falta mucho por hacer.?¡°Es necesario que los ni?os aprendan el significado del dinero en edades tempranas ¡±, recomienda Enrique Castillejo y G¨®mez, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Pedagogos y Psicopedagogos de Espa?a. Pero,??c¨®mo podemos ense?arles??
El dinero no es ni malo ni bueno
El tab¨² sobre el dinero existe y no es cosa de hoy. ¡°El catolicismo condenaba el lucro y Espa?a no pas¨® por una reforma protestante¡±, contextualiza Mariano Fern¨¢ndez Enguita, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid, lo que dificulta valorar el dinero en virtud de su funci¨®n social.
Juana Le¨®n ?lamo, financiera de profesi¨®n, lo corrobora. A principios del a?o pasado puso en marcha el proyecto educativo Aprender Cuenta, una serie de cursos y talleres sobre educaci¨®n financiera y emprendimiento dirigidos a menores de entre cinco y 18 a?os. ¡°Muchas veces, el obst¨¢culo son los padres¡±, zanja. Algunos ni?os han llegado a decirle que el dinero es malo y se ha enfrentado a padres que le han reprochado su sugerencia de darles una paga semanal porque esto significar¨ªa ¡°corromperlos¡± desde peque?os. ¡°Por eso, lo primero que explico es que el dinero no es ni bueno ni malo, que es simplemente un medio¡±. Adem¨¢s, asegura que muchos padres mantienen que la econom¨ªa es para economistas y que ellos ¡°no valen para explicar¡±.
¡°Hay una cierta mitificaci¨®n de que las finanzas son dif¨ªciles y no es as¨ª¡±, mantiene Jordi Mart¨ªnez, director de Educaci¨®n Financiera en el Instituto de Estudios Financieros. Este centro organiza talleres dirigidos a alumnos de cuarto de la ESO, y abarca tem¨¢ticas que espacian desde la construcci¨®n de un presupuesto personal hasta estafas financieras. ¡°Creo que hay que introducir estos conceptos poco a poco, pero que es fundamental educar desde el ejemplo familiar, involucrando a los hijos y habl¨¢ndoles de dinero y consumo¡±.
C¨®mo crear un h¨¢bito: explicar no significa aprender
¡°Los m¨¢s peque?os creen que el dinero se obtiene a trav¨¦s de la vuelta, que para tener un trabajo hay que pagar por ¨¦l [...], que el vendedor de una tienda vende las cosas al mismo precio que le han costado a ¨¦l, o por menos dinero¡±, enumeraba una tribuna publicada en EL PA?S en ocasi¨®n de la entrada en vigor del euro y firmada por los expertos en psicolog¨ªa evolutiva Juan Delval y Raquel Kohen. Queda claro que la tarea no es f¨¢cil.
Si se da dinero a petici¨®n no se crea ning¨²n h¨¢bito y se pierde la capacidad de aprendizaje
Castillejo y G¨®mez recuerda que una de las primeras reglas para que los padres ¡°inicien¡± a sus hijos a conceptos de finanzas personales ¡ªy de cualquier otro tipo¡ª es tener bien claro que explicar no significa aprender. ¡°Son dos cosas distintas: los padres debemos de perder el estr¨¦s para que los ni?os aprendan a la primera y recordar que la educaci¨®n es para toda la vida¡±, puntualiza. El pedagogo mantiene que es fundamental crear h¨¢bitos de conducta que los m¨¢s peque?os incorporen a su aprendizaje. ¡°Si se puede hacer con juegos y de manera visual, mejor¡±, dice. Mantiene que uno de los primeros pasos es diferenciar entre coste y valor e intentar cuantificar las cosas. ¡°Podemos por ejemplo explicar a nuestro hijo que dejarse la luz encendida vale dinero y hacer un juego de ¡°sanciones¡±: poner un c¨¦ntimo a medias en una hucha todas las veces que se deja la luz encendida; no es una sanci¨®n como castigo, sino un pago simb¨®lico¡±, matiza. De la misma manera, Le¨®n ?lamo sugiere involucrarlos en la econom¨ªa dom¨¦stica, dej¨¢ndoles sacar del cajero autom¨¢tico o pagar la compra. ¡°As¨ª se sienten mayores y m¨¢s responsables¡±, asegura.
Lo mismo vale con la paga.?Un informe presentado en 2013 en la Universidad Complutense de Madrid alertaba de cada vez m¨¢s padres dan dinero a sus hijos a medida que se lo piden, perdiendo as¨ª la percepci¨®n de lo que gastan. ¡°Si se da dinero a petici¨®n no se crea ning¨²n h¨¢bito y se pierde la capacidad de aprendizaje¡±, lamenta?Castillejo y G¨®mez, quien recomienda que se entregue una cantidad semanal y de manera sistem¨¢tica para crear un h¨¢bito a corto plazo. ¡°Entre los cinco y los seis a?os es una edad positiva para empezar y para que el ni?o empiece a gestionarse¡±. La cantidad, dice, depender¨¢ de los recursos y de las necesidades en funci¨®n de la edad de los peque?os. ?
Ahorrar no es un sacrificio
Hay que explicar a los ni?os para qu¨¦ es su paga y qu¨¦ cubre
Es imprescindible explicar a los ni?os para qu¨¦ es su paga y qu¨¦ cubre. Para ello, Le¨®n ?lamo propone emplear dos huchas, una para gastar y la otra para ahorrar. Hay que ayudarles a establecer un objetivo a largo plazo ¡ªalgo que les guste y motive¡ª para que el ahorro se convierta en h¨¢bito y no se identifique con un sacrificio, sino con el posponer m¨¢s adelante una gratificaci¨®n. ¡°Pero hay que predicar con el ejemplo¡±, remacha Marta Acebo, portavoz de la aseguradora Aegon. ¡°Va m¨¢s all¨¢ del ahorro, sirve para ense?ar a planificar y a lograr un objetivo¡±.
Asimismo, habr¨¢?que revisar las necesidades de los hijos a medida que van creciendo e introducir nuevos conceptos. Tambi¨¦n hablar del propio trabajo, saber qu¨¦ hacemos y para qu¨¦ sirve. ¡°Esto tambi¨¦n es educaci¨®n financiera¡±, apunta Le¨®n ?lamo.?¡°Y es importante distinguir entre el bienestar y la felicidad, que tristemente se confunden en la sociedad de consumo¡±, lamenta Castillejo y G¨®mez. ¡°Lo que compramos puede dar bienestar pero no da la felicidad¡±.
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