Espa?a reduce su deuda externa neta pero sigue en niveles r¨¦cord de la UE
El pasivo ha descendido en 5,7 puntos del PIB, hasta el 90,7%
Aunque muy levemente, la deuda externa neta de Espa?a por fin comienza a bajar. Despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas de imparables subidas, los pasivos netos de Espa?a con el exterior han descendido en dos a?os en 5,7 puntos y se sit¨²an en el 90,5% del PIB al cierre de 2015, unas cotas muy elevadas y que s¨®lo superan pa¨ªses como Grecia o Portugal. La recuperaci¨®n apenas consigue reducir una de las mayores debilidades de la econom¨ªa espa?ola. Ni siquiera cuando se acumulan cuatro a?os de saldos positivos con el exterior. Seg¨²n el Banco de Espa?a, eso significa que har¨¢n falta nuevos esfuerzos con tal de recortar la alta dependencia de la financiaci¨®n for¨¢nea.
La econom¨ªa espa?ola sigue siendo muy vulnerable a las turbulencias del exterior. La diferencia entre los activos que posee fuera y las deudas que mantiene con el extranjero roza el bill¨®n de euros y se coloca en el 90,5% del PIB, seg¨²n los datos del Banco de Espa?a. A pesar de la leve reducci¨®n experimentada entre 2014 y 2015, ¡°el elevado endeudamiento externo neto y las cuantiosas necesidades de refinanciaci¨®n correspondientes siguen constituyendo un elemento de vulnerabilidad¡±, subraya el Banco de Espa?a en su ¨²ltimo informe anual publicado en junio.
Es m¨¢s, la Comisi¨®n Europea ya considera un desequilibrio excesivo cuando la deuda externa neta supera el 35% del PIB, casi un tercio de lo que registra Espa?a. En cifras absolutas, solo Italia carga con tanta deuda neta respecto al extranjero: tambi¨¦n en el entorno del bill¨®n de euros.
?Y por qu¨¦ se consideran estos niveles dignos de alarma? Semejante endeudamiento externo implica que hay que acudir al mercado cada cierto tiempo a fin de renovar la financiaci¨®n, y eso se traduce en que Espa?a est¨¢ a expensas del humor de los mercados.
Una parte de esta deuda se corresponde con inversiones directas y de cartera que en realidad no representan un gran problema porque no exigen ning¨²n pago por parte de espa?oles salvo el dividendo. Y ¨¦ste siempre puede cancelarse si no hay beneficios. Pero una cosa distinta ocurre con la deuda negociable, por la que adem¨¢s hay que abonar intereses. Seg¨²n un informe elaborado por la consultora Freemarket, estos t¨ªtulos suponen en torno a un 80% del PIB. Aunque ahora mismo no entra?an un riesgo de liquidez porque los vencimientos medios se fijan a varios a?os, s¨ª que puede plantearse un problema de sostenibilidad conforme se vaya renovando la deuda en un entorno de tipos al alza.
Como calcula el economista Diego Barcel¨®, director de Barcel¨® y Asociados, basta con que los tipos de la deuda p¨²blica retornen a los niveles del periodo 2003-2007 para que el coste anual de los intereses suba en unos 13.000 millones de euros. Y en esa misma l¨ªnea se pronuncia la Comisi¨®n Europea en sus diversos informes sobre la situaci¨®n de la deuda espa?ola. A corto plazo, el Ejecutivo comunitario ve riesgos debido a que el 46% de la deuda p¨²blica se encuentra en manos de no residentes, y eso podr¨ªa provocar un problema de liquidez en cuanto el miedo se apodere de los inversores como sucedi¨® durante la crisis soberana. Quiz¨¢s este riesgo se mantenga ahora alejado por la mano del BCE. Pero a juicio de la Comisi¨®n, lo m¨¢s preocupante se divisa en un horizonte algo m¨¢s lejano: ¡°Espa?a se enfrenta a elevados riesgos de sostenibilidad de la deuda en el medio plazo¡±, sostiene. Sobre todo porque los gastos relativos al envejecimiento de la poblaci¨®n presionar¨¢n al alza sobre las cuentas p¨²blicas, lo que dejar¨¢ un margen muy estrecho para el desendeudamiento.
En su an¨¢lisis sobre el endeudamiento espa?ol divulgado con motivo de sus previsiones de febrero, la Comisi¨®n tambi¨¦n alerta de que los hogares espa?oles son uno de los m¨¢s sensibles a un alza de tipos. Al contar con un saldo hipotecario de unos 670.000 millones de euros y con una mayor¨ªa de hipotecas en tipos variables, un repunte de un punto en el precio del dinero costar¨ªa a las familias unos 6.700 millones m¨¢s al a?o solo en intereses.
El ajuste de los salarios, la moderaci¨®n de los costes financieros y la ca¨ªda de la cotizaci¨®n del crudo han ayudado a mejorar el saldo exterior. Adem¨¢s, el crecimiento del PIB diluye el peso relativo de la deuda. Sin embargo, la mejora del saldo comercial y la recuperaci¨®n del ahorro no bastan. El Banco de Espa?a destaca que esta mayor capacidad de financiaci¨®n no se refleja ¡°en una disminuci¨®n de igual magnitud del saldo de deuda frente al resto del mundo¡±. Si examinamos la evoluci¨®n de la deuda externa bruta, ¨¦sta aumenta en 1,3 puntos hasta el 167,9% del PIB a finales de 2015.
En opini¨®n de la instituci¨®n sita en Cibeles, ¡°la correcci¨®n hasta niveles moderados requerir¨¢ el mantenimiento recurrente de saldos positivos de las balanzas por cuenta corriente¡±. O lo que es lo mismo, habr¨¢ que seguir siendo competitivos. ¡°Se trata de algo manejable gracias al BCE, pero deja muy poco margen para alegr¨ªas presupuestarias¡±, se?ala Barcel¨®.
La deuda interna tambi¨¦n importa
El problema de la deuda externa radica en que los inversores for¨¢neos pueden huir al m¨¢s m¨ªnimo atisbo de dificultades. Sin embargo, la crisis ha demostrado que no s¨®lo la deuda externa importa. Dentro del euro, toda la deuda puede ponerse en duda si se cuestiona la pertenencia a la moneda ¨²nica. De hecho, durante las turbulencias de la crisis soberana los inversores evitaban la deuda espa?ola porque corr¨ªa el riesgo de acabar respaldada por una nueva peseta.
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