Europa siempre nos da margen
Nueva derrota de los reaccionarios anti-Draghi ante el Tribunal Constitucional alem¨¢n
Sentencia clave del Tribunal Constitucional alem¨¢n, con sede en Karslruhe.
Al validar las operaciones OMT (Outright Monetary Transactions) o compra por el BCE de deuda p¨²blica de los pa¨ªses vulnerables en el mercado secundario (a intermediarios), mata tres p¨¢jaros de un solo texto.
Primero, supone un espaldarazo al sesgo expansivo y antirrecesivo de la pol¨ªtica monetaria expansiva impulsada por Mario Draghi, pese a los duros rivales ultras que la boicotean, especialmente en Alemania, muchas veces encabezados por el Bundesbank.
Segundo, demuestra que, contra lo que proclaman los neopopulismos de ultraderecha y de supuesta izquierda, la Uni¨®n Europea, como construcci¨®n democr¨¢tica ¡ªincluso en sus esferas m¨¢s tecnificadas¡ª, siempre dispone de margen, enhebra pol¨ªticas susceptibles de flexibilidad (se aplique con mejor o peor tino), y ofrece opciones.
En este caso, se demuestra que de ninguna manera ni el Tratado ni el Estatuto del BCE ¡ªaunque priorice la inflaci¨®n al empleo¡ª impiden emprender una pol¨ªtica expansiva. Los que recurrieron contra Draghi cuando acud¨ªa a salvar a Espa?a (e Italia) en 2012 con la OMT, ?reconocer¨¢n su derrota?, ?lamentar¨¢n su planteamiento reaccionario?
Ser¨ªa exigible. No solo a los profesores ordoliberales de M¨²nich organizados en torno al siniestro, austeritario (de los dem¨¢s) y antisure?o IFO. Tambi¨¦n a la falsa socialdemocracia superizquierdista/soberanista, Die Linke. Ambos extremismos militaron al un¨ªsono, como nuestra pinza dom¨¦stica, contra la ¨²nica pol¨ªtica monetaria progresista.
La democracia europea ofrece margen (y a veces deber¨ªa ser mayor). Incluso el Pacto de Estabilidad, el severo cors¨¦ presupuestario, da opciones y salidas, si se act¨²a con lealtad, lo que no ha sido nuestro caso en 2015-2016.
Pero el margen nunca puede ser absoluto, esa utop¨ªa fuera-de-lugar. Vean a la presidenta de la Fed, Janet Yellen: aunque los datos de EE?UU le inducir¨ªan a subir tipos, no puede, por el riesgo del Brexit y la asfixia de los emergentes. Quienes se pretendan pol¨ªticamente omnipotentes y desprecien las interdependencias de la econom¨ªa global ¡ªlas acertadas y las injustas y pendientes de reparar (ausencia de fiscalidad global)¡ª m¨ªrense en el modesto espejito de la casi todopoderosa Yellen.
Y tercero, la sentencia confirma la adscripci¨®n de Karslruhe a la doctrina del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE, Luxemburgo). Ya en 2014, se inclin¨® ante su jerarqu¨ªa, cuando le someti¨® el recurso prejudicial, renunciando a medidas cautelares. Y ahora, las condiciones que exige a las OMT son las mismas que impuso el TJUE. Hasta cuatro veces reza: ¡°si las condiciones formuladas por el TJUE se cumplen...¡±. No hay requisitos adicionales, f¨ªjense bien los comentaristas apresurados.
Cuando esta columna sostuvo, optimista, que aquel recurso prejudicial supon¨ªa ¡°Una bofetada al Bundesbank¡± (8 de febrero de 2014) el gran jurista Francisco Rubio Llorente sugiri¨® en correo personal que ¡°el resultado de la consulta¡± podr¨ªa haber ¡°sido previamente negociado¡± entre Karslruhe y Luxemburgo: ¡°ser¨ªa razonable, puesto que el di¨¢logo de los jueces parece ser la piedra clave del nuevo orden europeo¡±. Veros¨ªmil. Sugerente.
En cualquier caso, queridos Casandras, esta es la sexta resoluci¨®n del TC alem¨¢n favorable a la integraci¨®n europea, tras las de 1993 (Maastricht), 1998 (acceso al euro), 2009 (Lisboa), 2010 (rescate a Grecia) y 2014 (OMT).
Y el sexto gran rev¨¦s para el b¨²nker de reaccionarios alemanes, tras su lucha contra el primer fondo de rescate para Grecia; contra el segundo; contra la supervisi¨®n bancaria por el BCE; contra las pr¨®rrogas a Espa?a, Francia e Italia por el d¨¦ficit; contra el proyecto de presupuesto septenal (2014-2020).
?Qui¨¦n dice que no hay margen?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.