Navegando sobre tipos cero
Los agentes han interiorizado un escenario de tipos negativos durante varios a?os
Se ve¨ªa venir. En estos ¨²ltimos d¨ªas la rentabilidad de los bonos alemanes para el plazo a diez a?os bajaba finalmente hasta el 0%. De hecho hasta tipos incluso levemente negativos. Se consumaba as¨ª una situaci¨®n en la que, como hace ya alg¨²n tiempo en pa¨ªses como Suiza o Jap¨®n, los niveles alcanzados por toda la curva de tipos de referencia cuestionan algunos de los paradigmas (cuando menos evidencias hist¨®ricas) que han formado parte del acervo convencional con el que siempre nos hemos aproximado a los mercados financieros.
No se trata ya s¨®lo de que, en virtud de una pol¨ªtica monetaria no convencional y muy expansiva del banco central, de manera ocasional/temporal y para plazos relativamente cortos, los tipos de inter¨¦s de la eurozona se sit¨²en en terreno negativo. De hecho llevamos conviviendo ya una temporada con un eur¨ªbor a un a?o, la popular referencia para indiciar los tipos hipotecarios en Espa?a, por debajo de cero. No, lo que ahora sucede va m¨¢s all¨¢: el Estado alem¨¢n es ¡°recompensado¡± por endeudarse a plazos de hasta diez a?os. Dicho de otro modo, en las actuales circunstancias los inversores en deuda soberana alemana est¨¢n dispuestos a no percibir remuneraci¨®n alguna (incluso a verse penalizados) por dicha inversi¨®n durante tan largo periodo.
?Anormal? Pudiera parecerlo, pero el caso es que esta situaci¨®n, aunque no para plazos tan largos como en Alemania, es lugar com¨²n para buena parte de la deuda p¨²blica emitida por los pa¨ªses de la eurozona. De hecho, ya es casi tan grande el saldo vivo de deuda p¨²blica de la eurozona que se encuentra cotizando a tipos negativos como aquella otra que proporciona una rentabilidad positiva, aunque sea m¨ªnima. S¨®lo en emisiones soberanas de Italia, Espa?a, Portugal y por supuesto Grecia, no se da a¨²n esta circunstancia extendida de tipos negativos. Es el caso as¨ª mismo de las emisiones corporativas, si bien el saldo de renta fija empresarial con rentabilidad negativa es creciente y va a sufrir adicionalmente la presi¨®n del programa de compras que acaba de poner en marcha el propio BCE.
M¨¢s all¨¢ de la ¡°an¨¦cdota¡±, lo relevante es que las circunstancias mencionadas son indicativas de que los agentes han interiorizado un escenario de tipos negativos durante varios a?os; un nuevo mundo en el que ahorradores e inversores van a verse obligados a entenderse en Europa durante un periodo que parece ser¨¢ largo. Cu¨¢nto de largo no es f¨¢cil adivinarlo, pero claramente m¨¢s de lo que el BCE pod¨ªa haber previsto y deseado. N¨®tese que la inflaci¨®n se mantiene en terreno negativo y las expectativas acerca de la misma contin¨²an mostrando una tozuda resistencia a su elevaci¨®n a pesar del arsenal monetario puesto en marcha.
Cuesta entender la falta de complicidad en el terreno de la pol¨ªtica presupuestaria de, al menos, quien como Alemania no s¨®lo cuenta con margen sobrado para contribuir razonablemente de forma expansiva sino adem¨¢s con financiaci¨®n a tipos negativos. Su sector financiero (bancos y compa?¨ªas aseguradoras), pero tambi¨¦n los del resto de Europa, van a ser algunos de los principales paganos de este marco endiablado.
Daniel Manzano y David Ruiz son profesores de Afi, Escuela de Finanzas.
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