El sue?o de ser la Toscana
El turismo rural, lastrado por su ultradependencia del mercado interno y su escasa profesionalizaci¨®n, afronta el reto de atraer viajeros extranjeros
Entre el ligero sonido de las cigarras se cuela, de repente, el ruido de un chapoteo en la piscina. Y, a continuaci¨®n, un par de palabras en holand¨¦s. Pero estas se diluyen r¨¢pidamente en el silencio que domina el peque?o conjunto de casas de piedra de Cal Soldat (Lleida), al que se llega a trav¨¦s de una zigzagueante carretera y desde donde se contempla el enorme valle de la comarca de Pallars Juss¨¤. A lo largo del a?o, por aqu¨ª pasan belgas, franceses, estadounidenses, daneses... "M¨¢s del 75% de nuestros clientes vienen de fuera del pa¨ªs", resalta Alejandro Rivera, que regenta junto a su esposa Rosa Mar¨ªa Gili, ambos de 66 a?os, este antiguo pueblo abandonado que rehabilitaron hace un lustro y que transformaron ya en un rara avis del turismo rural. En un sector dominado por los viajeros nacionales, ellos se especializaron en atraer extranjeros.
"Hubo un momento en el que nos planteamos si esto nos lo ¨ªbamos a tomar simplemente como un modo de vida o, por el contrario, como un negocio. Y optamos por la segunda opci¨®n. As¨ª que, con esa idea en la cabeza, empezamos a trabajar", detalla Rivera, ingeniero de profesi¨®n, que antes de desembarcar en este mundo se dedicaba a construir torres de vidrio en edificios. Gili era profesora de Filosof¨ªa en la universidad. "Yo me encargo de buscar agencias de viajes del extranjero para asociarnos. Los traigo entonces aqu¨ª, para que conozcan el sitio y el entorno. Y que despu¨¦s nos recomienden y vendan mejor", apostilla el marido.
El matrimonio cuenta con partners en ?msterdam y Par¨ªs, por ejemplo. Y ha encontrado en el mercado hebreo otro nicho: desde hace tres a?os colabora con una agencia que le env¨ªa israel¨ªes desde Tel Aviv, ortodoxos europeos o jud¨ªos americanos. "Nos topamos con ellos por casualidad. Cuando iba a hacer rafting con los clientes, me di cuenta de que hab¨ªa un grupo que siempre nos quitaba a los monitores. As¨ª que fui a hablar con ellos para saber qui¨¦nes eran. Y resulta que, de ah¨ª, brot¨® una oportunidad", relata Rivera.
Pero esta visi¨®n es inusual en el sector. Solo el 16,8% de los viajeros que duermen en un establecimiento rural son extranjeros, seg¨²n los datos de 2015 del INE. Y solo el 6,8% de los propietarios afirman que la mayor¨ªa de sus clientes proceden de fuera de Espa?a, seg¨²n el ¨²ltimo informe del Observatorio de Turismo Rural. Pese a ello, el pasado a?o se marcaron dos r¨¦cords: por primera vez, los for¨¢neos pasaron m¨¢s de dos millones de noches en estos alojamientos; y, tambi¨¦n por primera vez, se super¨® el medio mill¨®n de visitantes extranjeros.
Aunque esas cifras resultan nimias si se comparan con el total de turistas que desembarcaron en Espa?a en 2015: m¨¢s de 68 millones. "Las dificultades del turismo rural para atraer extranjeros es un debate recurrente desde hace a?os, debido a la dependencia del viajero nacional. Ha habido acciones promocionales para atraer a este tipo de visitantes, pero se ha tratado de intentos aislados", subraya Joseba Cort¨¢zar, director de comunicaci¨®n de Top Rural. Hasta ahora, el sol, la playa y las grandes ciudades, como Barcelona, ganan siempre por goleada.
"El reto pasa ahora por posicionar a Espa?a como referencia en nichos asociados al turismo rural: como la naturaleza y la cultura. Y, por supuesto, facilitar la llegada del viajero extranjero, bien por carretera o por tren desde pa¨ªses vecinos, como Francia o Portugal", destaca Rafael Chamorro, subdirector general de Marketing Exterior del Instituto de Turismo de Espa?a (TurEspa?a). Pero, para afrontar este desaf¨ªo, el sector tambi¨¦n deber¨¢ superar otro de sus grandes d¨¦ficits, como se?alaba el Plan Integral de Turismo Rural elaborado en 2014: la escasa profesionalizaci¨®n y formaci¨®n (sobre todo en idiomas) de sus gestores.
Si ni siquiera tienes la p¨¢gina web traducida al ingl¨¦s, ?c¨®mo vas a conseguir que vengan? Ana Alonso, portavoz del portal Escapadarural.com
En esa misma direcci¨®n apunta Ana Alonso, portavoz del portal Escapadarural.com: "Si no te puedes comunicar con el cliente o si ni siquiera tienes la p¨¢gina web traducida al ingl¨¦s, ?c¨®mo vas a conseguir que vengan?".
La enorme dependencia del mercado nacional provoc¨® que en 2009, cuando se acentu¨® la crisis, el turismo rural experimentara un estancamiento que se prolong¨® hasta 2014. En ese tiempo, los viajeros extranjeros continuaron aumentando, pero no salvaron los muebles. El sector desea que, si se repite otra recesi¨®n, esa escena no se reproduzca. "Pero atraer visitantes de fuera no solo es una forma de diversificar. Tambi¨¦n tenemos que ser conscientes de que gastan m¨¢s que los espa?oles", dice Alonso. De hecho, solo representaron el 16,8% de los turistas rurales en 2015, pero supusieron el 24,3% de las pernoctaciones.
Los extranjeros llegan en busca de descanso, de soledad y de contacto con la naturaleza; explica Alejandro Rivera, mientras recorre la antigua cuadra de Cal Soldat ¡ªreconvertida en sala de ocio¡ª, o muestra la que fuera la bodega y la casa del maestro ¡ªdonde este mi¨¦rcoles pasan la noche una pareja de daneses¡ª. Y, mientras una holandesa en bikini recorre sin cruzarse con nadie el camino desde la piscina a su casa, en este peque?o n¨²cleo rural piensan en la Toscana. Aqu¨ª, a m¨¢s de 800 metros de altura y localizado en el actual t¨¦rmino municipal de Castell de Mur, la regi¨®n italiana constituye un ejemplo para ellos: un referente mundial del turismo rural, que atrae a clientes de poder adquisitivo medio-alto e idealizado en el cine. "Desde luego, la Toscana es el gran exponente de c¨®mo llegar a ser un destino reconocido internacionalmente. Es el camino a seguir", concluye Alonso.
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