Prohibido hablar de sueldo en la entrevista de trabajo para evitar la brecha de g¨¦nero
Massachusetts, en EE UU, impide a las empresas preguntar a los candidatos por sus salarios anteriores para tratar de impedir que entre las mujeres se perpet¨²en sueldos m¨¢s bajos
![Amanda Mars](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fauthor-service-images-prod-us-east-1.publishing.aws.arc.pub%2Fprisa%2Fba73abda-dd99-415f-92e9-5c77a8085423.png?auth=8b06a825ac98a06cd34c6d80863aabff687edbd003c7f24239e532de603c2df0&width=100&height=100&smart=true)
![Una oficina de trabajo en Madrid](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QIJ2CQA5MWO73HN2ZMCGR3X4BI.jpg?auth=efc1542a408d3fe848dfe12ef9e4c7ab46750291d4d871fa870d7eb40939aaea&width=414)
Las mujeres ganan menos dinero que los hombres en Estados Unidos. Tambi¨¦n en Espa?a, China, India o Rusia. Ocurr¨ªa as¨ª hace 50 a?os, hace 30 y sucede ahora. As¨ª que cuando en las entrevistas de trabajo les preguntan qu¨¦ sueldo ganan, el punto se referencia para fijar el nuevo jornal siempre es m¨¢s bajo, y as¨ª se perpet¨²a la brecha econ¨®mica respecto a los varones, aunque realicen el mismo tipo de trabajo. Eso es lo que defiende Massachusetts, el primer estado de EE UU que ha aprobado un decreto por el cual las empresas no podr¨¢n inquirir sobre su historial salarial de los candidatos a los que eval¨²an, ni tampoco averiguarlo de cualquier otro modo. El fin que persigue este decreto pionero aprobado esta semana es evitar que tanto ellas como los trabajadores de minor¨ªas tradicionalmente m¨¢s precarios salgan mal parados.
La norma, que entrar¨¢ en vigor en 2018, tambi¨¦n impide que las empresas pongan como regla en el trabajo el secretismo en los sueldos. Es decir, proh¨ªbe prohibir a los empleados preguntar o informar sobre los que ganan a otros, una norma que existe en muchas empresas de EE UU. Porque precisamente la transparencia hace m¨¢s dif¨ªcil encubrir los casos de inequidad y pone sobre la mesa las disparidades, que siguen siendo importantes en todos los niveles profesionales e incluso en el pa¨ªs m¨¢s rico del mundo.
En 1963 en EE UU, cuando se firm¨® la ley de igualdad salarial entre hombre y mujeres, las mujeres ganaban 59 c¨¦ntimos por cada d¨®lar del hombre. M¨¢s de 50 a?os despu¨¦s, ganaban 79 c¨¦ntimos. 20 c¨¦ntimos de avance en medio siglo. Aunque una legislaci¨®n ponga negro sobre blanco que todos los colectivos deben tener los mismos derechos en el mercado de trabajo, tanto en o referente a los sueldos como a la promoci¨®n profesional, las inercias del sistema hacen que los progresos avancen despacio.
Algo que recogen varios estudios es que la mujer, ya a priori, espera menos sueldo, as¨ª que negocia menos. Un informe de 2014 sobre graduados en m¨¢steres de direcci¨®n y administraci¨®n de empresas (los famosos MBA, en sus siglas en ingl¨¦s) recogido por la Business Harvard Review reflejaba que, mientras la mitad de los hombres hab¨ªan discutido su oferta laboral, en el caso de las mujeres solo lo hab¨ªa hecho una octava parte.
Los investigadores concluyeron que las reticencias femeninas a negociar no ten¨ªan que ver con la confianza en sus capacidades, sino en que las aspirantes tem¨ªan que pedir un salario mejor les costara el puesto. Y no se equivocaban. El llamado ¡°coste social de la negociaci¨®n¡± del sueldo, por el cual un empleador puede descartar a un candidato que ha reclamado m¨¢s dinero, no es significativo para ellos, seg¨²n varios estudios, pero s¨ª para ellas.
En Massachusetts, las empresas ya no podr¨¢n hablar de dinero hasta que hayan hecho una oferta en firme al candidato seleccionado. La ley ¡ªfirmada el lunes por un gobernador republicano, Charles Baker, pero nacida del apoyo de ambos grandes partidos¡ª es la m¨¢s avanzada de Estados Unidos en materia de igualdad salarial entre hombres y mujeres, un tema que aparece con frecuencia en la campa?a electoral de las presidenciales de noviembre.
El texto legislativo, adem¨¢s, no ci?e el concepto ¡°trabajo comparable¡± a que tenga el mismo t¨ªtulo, sino que lo extiende a una labor ¡°que requiera sustancialmente similar las mismas habilidades, esfuerzo y responsabilidad y se desarrolle en las mismas condiciones¡±.
Dice Sheryl Sandberg, directora de Operaciones de Facebook, en su libro Lean in (editado en espa?ol como Vayamos adelante) que las expectativas femeninas tambi¨¦n hacen un flaco favor a las propias mujeres. ¡°La mayor parte de puestos de liderazgo son ocupados por hombres, as¨ª que las mujeres no esperan lograrlos, y esa es una de las razones por las que no lo hacen. Lo mismo ocurre con su salario, los hombres ganan m¨¢s, as¨ª que las mujeres esperan ganar menos, y lo hacen¡±.
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