Una sequ¨ªa hist¨®rica azota Bolivia

Se calcula que las p¨¦rdidas en el este boliviano, donde se cosecha el 70% de los alimentos que se consumen (y se exportan) en el pa¨ªs, ascender¨¢n a m¨¢s de 500 millones de d¨®lares. El fen¨®meno de El Ni?o y el cambio clim¨¢tico han asestado un fuerte golpe a la naci¨®n andina, dice Crispim Moreira, representante de la FAO. Ni siquiera los repentinos chubascos que se han dado durante el ¨²ltimo fin de semana de agosto han servido para avivar las esperanzas del sector. "Ahora mismo est¨¢n en riesgo m¨¢s de 133.000 empleos en la zona oriente", destaca Roda por tel¨¦fono. Los sistemas de riego en el territorio son escasos, pues solo llegan al 1,7% de todas las hect¨¢reas que se cultivan (m¨¢s de un mill¨®n), seg¨²n las estad¨ªsticas del Censo Agropecuario boliviano.

Las lluvias en todo el pa¨ªs se han reducido m¨¢s de un 40% en lo que va del a?o, de acuerdo con el Servicio de Meteorolog¨ªa e Hidrolog¨ªa boliviano. Durante los inviernos pasados, en el oriente de la naci¨®n andina (sobre todo, los departamentos de Beni, Pando y Santa Cruz) se registraban precipitaciones en torno a los 500 litros de agua por metro cuadrado, seg¨²n las cifras oficiales. Dicha cantidad llegaba a satisfacer las necesidades agropecuarias, dice Roda. Incluso se lograron r¨¦cords como el de 2014, cuando la producci¨®n agr¨ªcola de estos departamentos lleg¨® a los 15 millones de toneladas.

Este a?o, sin embargo, las precipitaciones apenas han rozado los 90 litros por metro cuadrado. La situaci¨®n es de total emergencia para Reynaldo D¨ªaz, presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo). Esta organizaci¨®n, que representa a unos 14.000 productores del departamento de Santa Cruz, ha estimado p¨¦rdidas por 21,3 millones de d¨®lares durante esta campa?a. El monto podr¨ªa considerarse min¨²sculo, pero "el 80% de los agricultores son peque?os y sus ingresos dependen completamente del campo", argumenta el l¨ªder gremial. Las hect¨¢reas de los cultivos m¨¢s afectados son las de trigo, girasol, ma¨ªz y sorgo.

Para este a?o, la producci¨®n de los integrantes de la Anapo bajar¨¢ dr¨¢sticamente, abunda D¨ªaz. "Si en ¨¦pocas normales produc¨ªamos m¨¢s de un mill¨®n de toneladas de alimentos, ahora solo llegaremos a un 50%", agrega. La sequ¨ªa ya dej¨® su impronta en 2015, cuando los agricultores de la zona oriente tuvieron una bajada de casi el 10% en la producci¨®n, hasta llegar a los 12,9 millones de toneladas. La CAO cree que el resultado fue un efecto combinado: menos hect¨¢reas cultivadas ¡ªdebido a la sobreoferta y precios bajos de los granos¡ª y una disminuci¨®n de los rendimientos por hect¨¢rea, fen¨®meno ligado al cambio clim¨¢tico.

Deuda campesina

La falta de agua en el motor agr¨ªco?la del pa¨ªs ha dejado una estela de deudas. Los campesinos del oriente boliviano enfrentan compromisos financieros por m¨¢s de 400 millones de d¨®lares con las casas proveedoras de semillas y maquinaria, de acuerdo con cifras de la CAO. "Los agricultores se dirigen a estos sitios que financian la campa?a. Se les da materia prima, agroqu¨ªmicos, fertilizantes", explica D¨ªaz. Sin embargo, el rendimiento por hect¨¢rea se ha reducido a la mitad y no se pueden enfrentar a las liquidaciones, subraya Roda.

Para paliar la sangr¨ªa, el Gobierno de Evo Morales aprob¨®, a principios de agosto, una docena de decretos a favor del sector que van desde la compra de ma¨ªz por parte de la Administraci¨®n a un precio por encima del de mercado hasta la reprogramaci¨®n de cr¨¦ditos bancarios. Los agricultores, sin embargo, han mostrado cierta desaz¨®n ante esta ¨²ltima medida. "El auxilio es insuficiente", reclama Roda. "El 97% de la mora agr¨ªcola est¨¢ en las casas de insumos [proveedores de equipamiento y material], solo el 3% est¨¢ en los bancos", destaca D¨ªaz.

La sequ¨ªa y las deudas podr¨ªan poner en riesgo la campa?a agr¨ªcola de verano (austral), la m¨¢s importante de todo el a?o, coinciden los l¨ªderes sindicales. De ser as¨ª, el impacto en el empleo y en la econom¨ªa en general podr¨ªa ser devastador, resalta Roda. La actividad agropecuaria en Bolivia representa el 15% del PIB, seg¨²n datos del Banco Mundial. Adem¨¢s, dicho sector aglutina la mayor proporci¨®n de la poblaci¨®n ocupada en el ¨¢mbito nacional, pues genera el 34,6% del empleo, seg¨²n datos del Gobierno. La Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (Cepal) ha vaticinado que el impacto en los cambios de temperatura y precipitaci¨®n en Bolivia ¡ªdonde se espera un repunte del PIB del 4,5%, el m¨¢s alto en la regi¨®n¡ª causar¨ªa una reducci¨®n media del 20% de los ingresos rurales. El departamento de Potos¨ª, el m¨¢s pobre del pa¨ªs, ser¨¢ el m¨¢s afectado.

La falta de agua y las deudas podr¨ªan poner en riesgo la campa?a agr¨ªcola de verano (austral), la m¨¢s importante de todo el a?o

A pesar de la mala racha y las bajas que se esperan en la producci¨®n, el abastecimiento de alimentos est¨¢ garantizado, aseguran desde el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras. La afirmaci¨®n se fundamenta en los 12 decretos que ha aprobado La Paz, en los que tambi¨¦n se incluye la eliminaci¨®n del gravamen de importaci¨®n para la compra de maquinaria, fertilizantes, semillas y otros art¨ªculos relacionados con el campo, por el lapso de cinco a?os.

Adem¨¢s, el abasto se asegura, seg¨²n el Gobierno, con las reservas de productos agr¨ªcolas que tiene el pa¨ªs: 150.000 toneladas de los principales granos (trigo, ma¨ªz y arroz). Dicha cantidad, sin embargo, apenas cubrir¨ªa un 30% de la demanda interna de estos cereales, de acuerdo con los datos de la Empresa de Apoyo a la Producci¨®n de Alimentos (Emapa).

?Por qu¨¦ el Gobierno a¨²n no declara una emergencia nacional?, se pregunta a Crispim Moreira, de la FAO. La respuesta que ofrece el experto vuelve a ser un presagio: "Porque est¨¢ esperando que en lo que queda de septiembre u octubre lleguen las lluvias".