Otra vida para la terraza
Los cristales templados sin perfiles de aluminio son los preferidos para el cerramiento
Los cerramientos de terrazas han sido tan t¨ªpicos desde los a?os sesenta como controvertidos, ya que muchas de estas obras se han hecho sin los correspondientes permisos administrativos. Ganar metros cuadrados para regal¨¢rselos al comedor o a la cocina suele ser el objetivo de los due?os que optan por cerrar la terraza. Adem¨¢s, "si el piso gana con el cerramiento, eso afecta a su valor de mercado. Cu¨¢nto depende de con qu¨¦ materiales se haya hecho, cu¨¢nto mide esa terraza, cu¨¢nto mide el piso y por tanto su relaci¨®n", recalca Jos¨¦ Mar¨ªa Basa?ez, presidente de la tasadora TecniTasa.
El problema es que alteran un elemento com¨²n del edificio ¡ªaunque el uso sea privativo del propietario¡ª, y hacerlo de forma legal tiene que pasar por el filtro del Ayuntamiento y de la comunidad de propietarios. Adem¨¢s de aceptar la obra, los vecinos han de ponerse de acuerdo en cuanto al modelo de cerramiento, la forma, el color y el material. Tanto m¨¢s si hay un aumento de superficie y es necesario modificar los coeficientes de participaci¨®n.
Y esto ¨²ltimo, el favor de los vecinos, se ha puesto m¨¢s complicado. La ¨²ltima reforma de la Ley de Propiedad Horizontal (LPH) del a?o 2013 dificulta la autorizaci¨®n por parte de las comunidades de propietarios de este tipo de actuaciones con aprovechamiento individual. "Se requiere la aprobaci¨®n con el respaldo de las tres quintas partes de los propietarios y de las cuotas de participaci¨®n del total de la comunidad. Antes de la reforma se requer¨ªa unanimidad, pero si esta se alcanzaba en la junta habitualmente la autorizaci¨®n prosperaba", indica Salvador D¨ªez, presidente del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas ?(CGCAFE). "Tal como est¨¢ redactado en la actualidad este art¨ªculo, en la pr¨¢ctica es inalcanzable este acuerdo puesto que pr¨¢cticamente nunca asisten a las reuniones el 60% de los vecinos", prosigue. Por eso, los administradores de fincas proponen buscar otras f¨®rmulas, como regular este tipo de obra de forma generalizada.
Las obras requieren el permiso de los vecinos y el ayuntamiento
El otro escollo es el municipal: hay que pedir autorizaci¨®n administrativa al Ayuntamiento. Al tratarse de la modificaci¨®n de las caracter¨ªsticas de una fachada, el Ayuntamiento te va a solicitar un proyecto de edificaci¨®n que garantice un resultado homog¨¦neo del conjunto arquitect¨®nico. Si se trata de un edificio catalogado no existe posibilidad de cerrar la terraza. Tambi¨¦n ser¨¢ complicado si la obra genera un aumento de la edificabilidad que excede la permitida por la ordenanza de suelo urbano aplicable a la zona. "Generalmente, las licencias urban¨ªsticas se niegan porque se incumple alguna norma urban¨ªstica. En caso contrario se suelen conceder", dice la administradora de fincas Dolores Lagar.
Si el vecino sigue adelante con las obras sin permiso, la comunidad de propietarios puede solicitar la paralizaci¨®n y derribo en un juzgado. Ahora bien, si pasan cuatro a?os, la falta urban¨ªstica prescribe. "Hay que tener presente que puede existir un consentimiento t¨¢cito si se deja pasar demasiado tiempo. Para evitarlo es necesario no demorar la reclamaci¨®n si la comunidad opta por esta opci¨®n, lo que adem¨¢s evitar¨¢ que otros propietarios obren del mismo modo argumentando que no se ha actuado contra otro propietario en igual situaci¨®n", comenta D¨ªez.
Frente a los tradicionales cerramientos, los acristalamientos sin perfiles de aluminio est¨¢n conquistando el mercado en los ¨²ltimos a?os. Pese a que se trata de un sistema movible que deja di¨¢fana la superficie y que existe alguna sentencia que exime de pedir autorizaci¨®n a los vecinos, los administradores de fincas recalcan que tambi¨¦n se requiere el permiso administrativo y de la comunidad de propietarios.
Las cortinas de cristal permiten tener una visi¨®n panor¨¢mica y sin obst¨¢culos verticales. A diferencia de los cerramientos de aluminio, no da?an la est¨¦tica del edificio ni la vista desde dentro. En la mayor¨ªa de los casos no es necesario realizar obras ni modificaciones previas. "Acristalando puedes ganar una nueva estancia en la casa, porque aunque la terraza seguir¨¢ estando separada de la vivienda y sin incluir en su superficie habitable, contar¨¢s con un espacio extra", dicen en la empresa Lumon, especialista en la fabricaci¨®n de cristales para terrazas.
Perfiles inadvertidos
Estos cristales pueden ser de media altura o altos, aunque los m¨¢s comunes son los primeros y suelen colocarse en terrazas y balcones. Poseen unos perfiles muy estrechos que apenas se aprecian desde el exterior y se componen de vidrio templado, seis veces m¨¢s resistente que el normal. Todos los paneles de cristal son correderos y abatibles, lo que permite tener la terraza di¨¢fana o cerrada. Cuando los cristales est¨¢n abiertos y apilados, se juntan en un lateral, y para que no se muevan con el viento se les pone una fijaci¨®n especial. Adem¨¢s, vienen dise?ados con una peque?a inclinaci¨®n para que el agua no se almacene en ellos. El coste parte de unos 1.200 euros.
Si se trata de jardines, porches o terrazas de grandes dimensiones, es casi obligatorio el uso de p¨¦rgolas. El mercado ha evolucionado hasta el punto de ofrecer sistemas bioclim¨¢ticos impermeables que funcionan de forma autom¨¢tica con un mando a distancia y pueden llevar sensores de viento y lluvia, adem¨¢s de calefacci¨®n y sonido, dicen en la empresa Green Design, especialistas en dise?o de exteriores.
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