Cr¨¦ditos y coste de oportunidad
Espa?a parece ir a contracorriente en materia financiera y ahora lo hace en sentido positivo
Tras la actualizaci¨®n del Banco de Espa?a de ayer, comprobamos que la morosidad crediticia de las entidades bancarias espa?olas volvi¨® a caer, desde el 9,43% de junio al 9,38% de julio. Una reducci¨®n prolongada y sostenida desde el m¨¢ximo de cierre de 2013 en el 13,62%. Precisamente desde hace tres a?os, los pr¨¦stamos dudosos se han reducido en 77.000 millones de euros, una ca¨ªda considerable. La reducci¨®n de la tasa no es mayor porque el saldo del cr¨¦dito al sector privado (el denominador) ha seguido cayendo en lugar de aumentar, porque las devoluciones de deuda pesan a¨²n m¨¢s que los nuevos cr¨¦ditos, algo que, en alg¨²n momento, se revertir¨¢.
Reducir la mora y dotar recursos para cubrirla redunda en la estabilidad financiera y la confianza del sector pero tiene un coste de oportunidad en forma de recursos inmovilizados que, de forma transitoria o permanente, no pueden destinarse a financiar inversiones productivas. Estos d¨ªas se est¨¢ hablando del coste no recuperable que el programa de asistencia financiera de la UE puede tener para el contribuyente espa?ol, algo que ha sido desgraciadamente un com¨²n denominador en todos los pa¨ªses. Adem¨¢s de establecer todos los elementos necesarios para prevenir situaciones similares en el futuro, hay que pensar cu¨¢l hubiera sido el ahorro en el coste si se hubiera intervenido antes y, tambi¨¦n, cu¨¢l hubiera sido el sin duda mayor coste (de oportunidad) en que se habr¨ªa incurrido si se hubiera dejado caer las entidades financieras con problemas, lo que habr¨ªa afectado a depositantes y ahorradores muy negativamente.
Espa?a parece ir a contracorriente en materia financiera y ahora lo hace en sentido positivo. En la eurozona la preocupaci¨®n por la morosidad va en aumento. Seg¨²n datos de la Autoridad Bancaria Europea a marzo de este a?o se elevaba al 5,7% en la UE y la propia ABE, el BCE y la Comisi¨®n Europea advierten de la importancia de gestionar a escala continental un esfuerzo en el que Espa?a ha destacado de forma notable: la cobertura de los pr¨¦stamos dudosos con provisiones. De no cubrirse, consumen reservas de capital y pueden hacer tambalearse la solvencia y la estabilidad financiera. Otro coste de oportunidad.
Aparece en escena el sector bancario italiano, uno de los grandes problemas europeos a los que hasta ahora se han aportado soluciones transitorias a modo de despeje de tosco defensa central. El FMI advert¨ªa recientemente que Italia acumula 360.000 millones en pr¨¦stamos morosos, el 22% de su PIB. Cabr¨ªa preguntarse si el supervisor ¨²nico tomar¨¢ medidas (ya puede estar tardando) para evitar que ese despeje poco elegante se prolongue en una especie de ¡°aqu¨ª no pasa nada y la vida sigue¡± que en ¨¢mbitos t¨¦cnicos se denomina evergreening. Resulta descorazonador comprobar, como el propio BCE ha hecho, que hay diferencias muy significativas en algo tan b¨¢sico como qu¨¦ se entiende por pr¨¦stamo moroso. Espa?a ha ofrecido transparencia y exigencias crecientes en este sentido mientras que en Italia, con m¨¢s laxitud, lo que se sabe es poco y lo que no se sabe asusta. Convendr¨ªa que efectivamente se avanzara en armonizaci¨®n y transparencia financiera en Europa.
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