1.400 millones de euros y vientos marinos para iluminar Alemania
El parque e¨®lico que Iberdrola construye en el B¨¢ltico dar¨¢ electricidad a 350.000 hogares
A unos 20 kil¨®metros de la costa de Sassnitz, una gigantesca gr¨²a flotante aparece en el horizonte. Tras haber hecho su pesado trabajo, se desliza por las aguas del mar B¨¢ltico hacia el puerto de la isla nororiental de Alemania del que sali¨® hace unas horas. El misterio de la embarcaci¨®n solitaria se resuelve unos pocos kil¨®metros m¨¢s all¨¢. Veinticinco estructuras met¨¢licas de color amarillo aparecen clavadas con sus cuatro patas en medio del mar. Otro medio centenar est¨¢ al llegar. Un barco se ocupa de cementar la ¨²ltima de ellas, la que acaba de dejar la gr¨²a. Estamos en el parque e¨®lico de Wikinger, el proyecto estrella de energ¨ªa e¨®lica marina de Iberdrola en Alemania, un pa¨ªs que tras el apag¨®n nuclear decidido en 2011 se ha lanzado de cabeza a por las renovables.
El proyecto es el mayor de una empresa espa?ola en renovables
Unas cuantas cifras dan una idea de la dimensi¨®n de este proyecto. 1.400 millones de euros de inversi¨®n, la mayor realizada nunca por una empresa espa?ola en renovables. 350 megavatios de potencia, que a partir de finales del pr¨®ximo a?o dar¨¢n electricidad a unos 350.000 hogares alemanes. Y un espacio de 34 kil¨®metros cuadrados que ocupar¨¢n todos los aerogeneradores cuando est¨¦n desperdigados por el mar.
Se trata de la obra m¨¢s importante de la compa?¨ªa que preside Ignacio S¨¢nchez Gal¨¢n en este sector, pero pronto dejar¨¢ de serlo: la empresa est¨¢ pendiente de un proyecto con el doble de inversi¨®n ¡ª2.500 millones de libras, algo menos de 2.900 millones de euros¡ª para desarrollar en Inglaterra el que ser¨ªa el mayor parque e¨®lico marino del mundo.
No es casualidad que sea all¨ª: Inglaterra es l¨ªder en esta tecnolog¨ªa. Le sigue Alemania, que ofrece unos precios subvencionados como parte de su estrategia de llegar a 2020 con un 40% de renovables en su consumo energ¨¦tico, un objetivo que parece dif¨ªcil que cumpla. El inter¨¦s por la e¨®lica offshore tambi¨¦n crece en pa¨ªses como China. El Instituto Internacional para Energ¨ªas Renovables estima que de los actuales 13.000 megavatios de capacidad en todo el mundo se pasar¨¢ a m¨¢s del doble en 2020.
Un hotel flotante acoge a 80 trabajadores durante las obras
Perder la carrera
Espa?a se ha quedado atr¨¢s en la carrera por la e¨®lica marina
Espa?a, sin embargo, ha quedado atr¨¢s en esta carrera. El Gobierno no desarrolla la normativa que permita poder empezar. Y, adem¨¢s, la geograf¨ªa de las costas espa?olas es mucho m¨¢s adversa, ya que el suelo se hace muy profundo a pocos kil¨®metros de la costa y, por lo tanto, los costes se disparar¨ªan. La t¨¦cnica para desarrollar plataformas flotantes existe, pero es a¨²n muy cara para resultar rentable.
La apuesta por los vientos marinos se explica por motivos t¨¦cnicos y econ¨®micos. ¡°La inversi¨®n inicial es mayor. Pero en el mar se genera m¨¢s energ¨ªa que sobre tierra firme, porque hay m¨¢s viento y de m¨¢s calidad, ya que no choca con monta?as y no genera remolinos. Adem¨¢s los parques pueden ser m¨¢s grandes, porque no hay problemas de propiedad¡±, explica Patricia Salamanca, coordinadora del proyecto Wikinger, antes de iniciar la visita organizada por Iberdrola para un grupo de periodistas, incluido EL PA?S.
En el B¨¢ltico, estos d¨ªas se trabaja a destajo. Iberdrola ha alquilado un hotel flotante, que se conecta a trav¨¦s de unos t¨²neles a la subestaci¨®n que hace de coraz¨®n energ¨¦tico del parque. All¨ª viven hasta que concluya la construcci¨®n unos 80 empleados que hacen jornadas de 12 horas durante 14 d¨ªas seguidos. Luego descansan otros 14 d¨ªas. Aqu¨ª se trabaja 24 horas al d¨ªa. Siete d¨ªas a la semana. ¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil es coordinar una obra tan compleja, con m¨¢s de 30 subcontratas y en el que hay tener en cuenta a tanta gente. No me imagino un reto mayor para un ingeniero mec¨¢nico como yo¡±, asegura en la embarcaci¨®n el griego que ejerce de jefe de obra, Thanos Kouremonos.
Andaluc¨ªa. El nombre de la subestaci¨®n fabricada en los astilleros de Navantia en C¨¢diz cuelga orgulloso en medio del B¨¢ltico. Los soportes ¡ªo jackets, como todo el mundo los llama aqu¨ª¡ª han sido construidos en Ferrol y Dinamarca. Y los pilotes, la especie de tornillo que se clava en el suelo marino para que luego encajen los jackets, en Avil¨¦s. Los constructores han tenido tambi¨¦n que preocuparse por los futuros vecinos del mastodonte de hierro. Al clavar los pilotes en el suelo, tuvieron que desplegar una largu¨ªsima cortina que mitigara el ruido y no molestara a las marsopas marinas, unos cet¨¢ceos en peligro de extinci¨®n.
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