Esos peligrosos bolcheviques
El rumbo cambia hacia el crecimiento, la inversi¨®n p¨²blica y las pol¨ªticas fiscales
La pol¨ªtica econ¨®mica que emana de Bruselas y Berl¨ªn no experimenta grandes alteraciones, aunque el mundo ¡ªy Europa¡ª gire hoy a m¨¢s revoluciones que hace, por ejemplo, un lustro. Los peque?os dispendios que se permiten a los socios del club se aceptan tan s¨®lo como ¡°concesiones¡± inevitables a su dif¨ªcil situaci¨®n pol¨ªtica. All¨ª se sigue hablando m¨¢s de d¨¦ficit que de crecimiento, m¨¢s de pol¨ªtica monetaria que de pol¨ªtica fiscal, m¨¢s de inflaci¨®n que de deflaci¨®n. Pero han surgido en sus alrededores unos peligrosos bolcheviques que lo ponen en cuesti¨®n, que acent¨²an sus prioridades hacia los segundos t¨¦rminos de cada alternativa citada: antes el crecimiento, las pol¨ªticas fiscales, los riesgos del estancamiento de los precios. Esos soviet, que hasta hace poco formaban parte del otro bando, tienen siglas de organizaciones multilaterales: BCE, FMI, OCDE, OMC, y en Espa?a, FEDEA, una fundaci¨®n de estudios de econom¨ªa aplicada que sufragan bancos y empresas del Ibex.
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), compareci¨® ante la Comisi¨®n de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios del Parlamento Europeo y declar¨® que es el momento de que los salarios suban, ya que llevan mucho tiempo creciendo por debajo de la productividad. El Fondo Monetario Internacional (FMI), que esta semana celebra sus jornadas de oto?o, se preocupa por el proteccionismo que est¨¢ causando pol¨ªticas de ¡°perjuicio al vecino¡±, que tratan de responder a la frustraci¨®n ciudadana ante un crecimiento an¨¦mico que conlleva baja inversi¨®n y bajos salarios. Christine Lagarde, su directora gerente, advierte de que la acci¨®n de los bancos centrales debe seguir siendo expansiva, pero tambi¨¦n de la urgencia de otro sistema de est¨ªmulos para que la recuperaci¨®n, tras la brutal Gran Recesi¨®n, sea menos decepcionante para la ciudadan¨ªa. Seg¨²n Lagarde, ha llegado la hora de repartir los frutos, de generar un ¡°crecimiento inclusivo¡±, para lo cual ser¨¢ preciso invertir en mejores carreteras y aeropuertos, m¨¢s redes econ¨®micas e Internet de alta velocidad, en infraestructuras p¨²blicas modernas. ¡°Las estrategias en vigor¡±, dice el organismo, ¡°no est¨¢n permitiendo estimular la demanda¡±. En cuanto al comercio, este a?o ser¨¢ el primero en los 15 ¨²ltimos en que crezca menos que la econom¨ªa global, pudiendo empeorar si los gobiernos adoptan medidas de protecci¨®n (la Organizaci¨®n Mundial de Comercio dixit).
La Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), una especie de servicio de estudios de los pa¨ªses m¨¢s ricos, denuncia que la econom¨ªa global est¨¢ sumida en una trampa de bajo crecimiento que alimenta una espiral de bajas expectativas y, por lo tanto, un comercio d¨¦bil, menos inversi¨®n, baja productividad y bajos salarios. Para esta instituci¨®n parisina, el problema radica en que la pol¨ªtica monetaria est¨¢ ¡°sobrecargada¡±; habr¨ªa que aprovechar el espacio fiscal para invertir, reforzar estructuras y acuerdos para fomentar el comercio internacional.
?Y Espa?a? Necesita aprobar una reforma fiscal para aumentar la recaudaci¨®n y evitar nuevos recortes de gastos sociales como la educaci¨®n, la sanidad y las prestaciones. Aunque se ha reducido la brecha de gasto p¨²blico entre nuestro pa¨ªs y el resto de Europa (utilizado para que siguiesen funcionando los estabilizadores autom¨¢ticos), Espa?a sigue siendo el segundo pa¨ªs de la UE-15 con el menor nivel de gasto, tan s¨®lo por detr¨¢s de Irlanda.
En 2009, en plena crisis econ¨®mica, las biblias econ¨®mica de la prensa mundial (The Economist, The Wall Street Journal,¡) coincidieron en que Keynes hab¨ªa vuelto. Un septenio despu¨¦s contin¨²a entre nosotros. Por necesidad.
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