El agujero de la Seguridad Social
El d¨¦ficit crece m¨¢s de lo esperado, una situaci¨®n que pone en peligro la sostenibilidad de las pensiones
El d¨¦ficit de la Seguridad Social crece m¨¢s de lo esperado, una situaci¨®n que pone en peligro la sostenibilidad de las pensiones. El d¨¦ficit acumulado hasta agosto se eleva a 6.129 millones de euros. Sorprende que el ¡°agujero¡± sea un 30% superior al que se registr¨® en 2015, cuando se esperaba lo contrario, en consonancia con la recuperaci¨®n econ¨®mica. Adem¨¢s, el Gobierno hab¨ªa previsto un ligero desequilibrio presupuestario para este a?o, algo imposible de conseguir teniendo en cuenta las tendencias observadas.
Como consecuencia, el fondo de reserva de la Seguridad Social est¨¢ disminuyendo a un ritmo vertiginoso. Seg¨²n las cuentas financieras publicadas esta semana por el Banco de Espa?a, la Seguridad Social dispon¨ªa a finales de junio de apenas 16.829 millones de euros de activos netos, es decir menos de la mitad que un a?o antes. Recordemos que en 2009 las reservas alcanzaron un m¨¢ximo hist¨®rico de m¨¢s de 70.000 millones de euros. A este ritmo, la reserva se agotar¨¢ por completo durante 2017.
Para el conjunto del a?o, el d¨¦ficit podr¨ªa situarse por encima del 1,5% del PIB, frente a un ligero desequilibrio previsto inicialmente por el Gobierno. As¨ª pues, este desv¨ªo es la principal causa del incumplimiento de los objetivos de d¨¦ficit para el conjunto de las administraciones p¨²blicas, lo que ha obligado a que el Gobierno tenga que negociar nuevos objetivos con Bruselas y anunciar medidas para evitar sanciones.
Confianza empresarial
El Indicador de Confianza Empresarial Armonizado (ICEA) para el cuarto trimestre presenta un aumento del 0,2% respecto al tercer trimestre. La confianza mejora sobre todo en la construcci¨®n y el comercio, mientras disminuye en la industria. Las peque?as empresas son las que manifiestan una opini¨®n positiva. Sin embargo, el ICEA cae para las empresas grandes y medianas. Mientras que el ICEA agregado mejora, las expectativas se deterioran. Un 20,6% de las empresas esperan un empeoramiento de la marcha de su negocio, frente al 18,9% que auguran una mejora y el resto una situaci¨®n estable. El balance, ligeramente m¨¢s pesimista que el trimestre anterior, apunta en el sentido de una desaceleraci¨®n de la econom¨ªa espa?ola en los pr¨®ximos trimestres, en l¨ªnea con el consenso de las previsiones de crecimiento. La mayor¨ªa de las CC.AA. registran un balance negativo de las expectativas, sobre todo Cantabria y Castilla y Le¨®n. Solo Canarias, Catalu?a, Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia registran un balance positivo. Por fin, el balance de expectativas es tambi¨¦n pesimista en cuanto al mantenimiento del ritmo actual de creaci¨®n de empleo.
El problema radica en los ingresos que percibe la Seguridad Social. El intenso crecimiento del empleo registrado durante los ¨²ltimos trimestres hac¨ªa esperar unas cuantiosas entradas de cotizaciones en las cajas de la Seguridad Social. Sin embargo, las cotizaciones sociales han crecido un decepcionante 2,8%, frente al 6,7% presupuestado por el Gobierno. Sin duda la brecha refleja los recortes de cuotas a la Seguridad Social para la creaci¨®n de empleos fijos en determinadas circunstancias, la importancia de los contratos temporales de interinidad o para la formaci¨®n, con una baja capacidad de cotizaci¨®n, y el estancamiento de los salarios nominales en un contexto de baja inflaci¨®n. A ello se a?ade una disminuci¨®n de los ingresos patrimoniales del fondo de reserva. Un resultado l¨®gico puesto que el fondo est¨¢ desapareciendo.
Por el lado del gasto, la evoluci¨®n coincide con lo anticipado. En lo que va de a?o, las prestaciones sociales han crecido en un 3,3%, una tasa similar a lo presupuestado. Adem¨¢s, la carga que representan las prestaciones sociales para las arcas p¨²blicas se sit¨²a por debajo de la media europea. El gasto por discapacidad temporal y enfermedad profesional ¡ªincontenible en algunos pa¨ªses del norte del continente¡ªes moderado. Sobre todo, el nivel de las pensiones por jubilaci¨®n es relativamente modesto en comparaci¨®n internacional. Y lo seguir¨¢ siendo: la revalorizaci¨®n que se deduce del sistema de c¨®mputo actual prev¨¦ un aumento del 0,25%, inferior a la previsi¨®n de inflaci¨®n para 2017.
Una mayor aportaci¨®n del Estado a la financiaci¨®n del sistema ayudar¨ªa a cubrir el agujero ¡ªaunque sin efecto sobre el d¨¦ficit p¨²blico en general¡ª. Muchos pensionistas no han contribuido lo suficiente para llegar a fin de mes, lo que justifica que el Estado les proporcione un complemento. Asimismo, las pensiones familiares o por invalidez total se otorgan esencialmente en funci¨®n de criterios sociales, y no de las cotizaciones de los beneficiarios. Estas pensiones son ¡°no contributivas¡± lo que justifica una financiaci¨®n del Estado. Las pensiones de viudedad y de maternidad podr¨ªan obedecer a la misma l¨®gica, como ya ocurre en otros pa¨ªses europeos. Cada vez son m¨¢s las personas que trabajan por cuenta propia o de forma ¡°at¨ªpica¡±, lo que tambi¨¦n aconseja una diversificaci¨®n de las fuentes de financiaci¨®n. Se trata de contener la presi¨®n sobre las cotizaciones sociales y los costes laborales.
En suma, la situaci¨®n de la Seguridad Social exige medidas en materia de empleo, racionalizaci¨®n de la financiaci¨®n y mejora de la productividad. Aunque grave, la situaci¨®n deja todav¨ªa margen para soluciones sostenibles y no demasiado dolorosas. Pero el tiempo empieza a apremiar.
Raymond Torres es visiting fellow de la Fundaci¨®n de Cajas de Ahorros (Funcas)
Twitter: @RaymondTorres_
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