Catena Zapata y el auge de la uva Malbec

En los a?os ochenta del siglo pasado, los bodegueros argentinos, concentrados en la provincia vitivin¨ªcola de Mendoza, aspiraban a igualar a sus vecinos chilenos, que, al otro lado de la cordillera, hab¨ªan logrado convertirse en masivos exportadores mundiales de vinos. Algunos a?os m¨¢s tarde, la ambici¨®n era otra. Ya no era tanto abrirse mercados sino elevar el escaso prestigio que ten¨ªa la tierra del malbec. Un gran promotor de ese cambio fue Nicol¨¢s Catena Zapata, un economista argentino que entonces daba clases en la Universidad de Berkeley (California) y era, a su vez, de la tercera generaci¨®n de una familia dedicada a hacer vinos en gran volumen.

En Estados Unidos, Catena vio de cerca la revoluci¨®n del valle de Napa que encabezaba Robert Mondavi y apuntaba a que los vinos de California compitieran en calidad con los mejores de Europa, con un fuerte ¨¦nfasis en la variedad de la uva. Esa experiencia lo convenci¨® de volver a Argentina y proponerse lo mismo con sus vi?edos. Unos 30 a?os despu¨¦s, el catador de la p¨¢gina de cr¨ªtica de vinos Robert Parker.com para Espa?a, Argentina, Chile y la regi¨®n francesa del Jura, el espa?ol Luis Guti¨¦rrez, asegura que Catena Zapata integra la ¡°¨¦lite mundial¡± del vino y que sus botellas de alta gama est¨¢n ¡°sin duda al nivel de los mejores¡±.

¡°Mi padre regres¨® de California y de un d¨ªa para otro vendi¨® las bodegas que elaboraban vinos de mesa. Se qued¨® con Bodegas Esmeralda, la ¨²nica de vinos finos, y se dedic¨® a?os a estudiar el clima y el suelo¡±, afirma Laura Catena, cuarta generaci¨®n en la familia de bodegueros y actual directora general de la empresa. Esa bodega que conserv¨® su padre dio nombre a la firma que hoy concentra las distintas marcas del grupo, como Catena Zapata, Saint Felicien, ?lamos, Esmeralda Fern¨¢ndez. ¡°No produjo un vino marca Catena Zapata hasta 1991¡±, cuenta la directora de Bodegas Esmeralda. Gracias a las exportaciones, que son el 50% de sus ventas, el ¨²ltimo resultado operativo de la empresa fue de 20,6 millones de d¨®lares. En el caso de las botellas Catena Zapata, las ventas al exterior alcanzan un 70%.

Laura Catena cuenta que, el ¨²ltimo a?o, las cosechas de los vi?edos en t¨¦rminos de cantidad rindieron la mitad de lo habitual a causa de problemas clim¨¢ticos, pero afirma que lo importante es que la calidad de la producci¨®n fue buena, algo clave para su objetivo de largo plazo. ¡°Lo que nos motiva es que nuestros vinos sean los mejores del mundo. La calidad ya es extraordinaria, pero nos falta ganar en prestigio. Los mejores vinos franceses se pueden vender a 30.000 d¨®lares, mientras que el mejor de los nuestros puede llegar a 5.000¡±, explica.

El catador de Robert Parker Luis Guti¨¦rrez afirma que, en Argentina, Catena Zapata est¨¢ a la cabeza en calidad. ¡°Han logrado juntar un equipo de gente extraordinaria. Los vi?edos y el lugar son el potencial, pero ese potencial alguien lo tiene que trasladar de la vi?a a la botella y esto lo hacen en buena parte gracias a su equipo, liderado por Alejandro Vigil, uno de los mejores en¨®logos del mundo¡±, afirma Guti¨¦rrez.

Laura Catena afirma que el ¨¦xito es resultado de tres ¡°revoluciones¡±. La primera fue la de seguir los pasos de los bodegueros de California y proponerse hacer los mejores vinos, con las mejores t¨¦cnicas y la mejor tecnolog¨ªa. ¡°Hasta ese momento en Argentina se usaban unas barricas enormes y tan viejas que entraba el ox¨ªgeno y daban un vino camino del vinagre. Mi padre import¨® barricas de roble y trajo los m¨¦todos artesanales franceses¡±, explica.

La segunda revoluci¨®n fue la b¨²squeda de las tierras m¨¢s adecuadas. ¡°Una vez llevamos un cabernet sauvignon a Francia y un en¨®logo muy famoso nos dijo que le recordaba a un vino de Languedoc, que es la zona caliente, de muy poco prestigio¡±, recuerda. Eso convenci¨® a los Catena de plantar en zonas m¨¢s fr¨ªas, que en Mendoza significaba ir a tierras m¨¢s altas, por el riesgo de las heladas que hab¨ªa si iban m¨¢s al sur de Argentina. ¡°Era seguir la idea francesa que relaciona la calidad con el terroir. En contra de las recomendaciones de nuestros propios viticultores plantamos a 1.500 metros de altura¡±, cuenta Laura Catena.

El vino que sali¨® del nuevo terru?o los sorprendi¨® con una calidad muy superior, sobre todo en el caso del malbec. ¡°Adem¨¢s de las bajas temperaturas, la mayor altura incrementaba la intensidad de la luz del sol y eso daba un aroma y un sabor significativamente diferente¡±, explica. Ese descubrimiento hizo que se produjera una valoraci¨®n repentina de las tierras con agua ubicadas a gran altura, sobre todo en el Valle de Uco, una regi¨®n al pie de los Andes, al suroeste de la ciudad de Mendoza.

La valoraci¨®n del terroir inspir¨® la arquitectura de la bodega Catena Zapata, ubicada en el pueblo de Agrelo. La imponente pir¨¢mide donde se elaboran las botellas con la etiqueta m¨¢s prestigiosa de Bodegas Esmeralda es uno de los sitios m¨¢s codiciados por los turistas que hacen la ruta del vino de Mendoza. Nicol¨¢s Catena recorri¨® el mundo mirando bodegas, pero al final, cuenta su hija, decidi¨® no copiar y hacer algo que celebrara el terru?o aut¨®ctono de Am¨¦rica. ¡°Se inspir¨® en los mayas, que eran muy avanzados en el idioma, la cultura y las matem¨¢ticas¡±, a?ade.

La ¡°tercera revoluci¨®n¡± tuvo que ver con la inclinaci¨®n de la familia por la ciencia. En eso fue clave Laura Catena, graduada en Biolog¨ªa y Medicina en las universidades de Harvard y Stanford, respectivamente. En 2013 fund¨® el Catena Institute of Wine, un centro de investigaci¨®n dedicado sobre todo al estudio de los suelos. ¡°Los franceses afirman que en un mismo vi?edo las parcelas pueden ser muy diferentes aunque est¨¦n a poca distancia. Ellos lo han descubierto a lo largo de varios siglos, pero nosotros necesitamos apoyarnos en la ciencia porque no queremos demorarnos tanto¡±, afirma.