Desaf¨ªos para el nuevo gobierno
El desempleo cae con fuerza, pero las desigualdades en la econom¨ªa persisten
La econom¨ªa espa?ola atraviesa un buen momento, lo que deber¨ªa facilitar la tarea del nuevo gobierno. No obstante, el Ejecutivo se enfrenta a dos grandes desaf¨ªos. Primero, el de consolidar la recuperaci¨®n de la econom¨ªa y del empleo y a la vez, reducir el d¨¦ficit p¨²blico.
El crecimiento ha entrado en una fase de leve desaceleraci¨®n. El petr¨®leo se encarece y los mercados internacionales han entrado en una fase de debilitamiento, que algunos analistas consideran estructural y que frenar¨¢ el incremento de las exportaciones, pilar crucial de la recuperaci¨®n. Adem¨¢s, se anticipa que las medidas de est¨ªmulo del Banco Central Europeo se ir¨¢n retirando durante la segunda mitad del a?o que viene, lo que elevar¨¢ el coste de la deuda p¨²blica y de las hipotecas.
Aun as¨ª, el aumento del PIB podr¨ªa alcanzar un s¨®lido 2,3% en 2017, lo que permitir¨ªa crear m¨¢s de 330.000 puestos de trabajo. Esta previsi¨®n se realiza bajo el supuesto de una pol¨ªtica fiscal neutra, es decir, sin medidas adicionales a las adoptadas recientemente por el gobierno en funciones en materia de impuesto de sociedades. El d¨¦ficit p¨²blico se situar¨ªa en un 3,6% del PIB, medio punto por encima del objetivo pactado con Bruselas para 2017. Lo que implicar¨ªa la falta de unos 5.500 millones de euros para alcanzar el objetivo fijado.
Sin duda, este importante desv¨ªo es fruto de una m¨¢s que arriesgada pol¨ªtica de reducci¨®n de ingresos llevada a cabo estos dos ¨²ltimos a?os. Dada esta circunstancia, y para que el ajuste perjudique lo menos posible a la econom¨ªa, los esfuerzos deber¨ªan descansar principalmente sobre la recaudaci¨®n. Por ejemplo, en materia de impuestos especiales como los que gravan los hidrocarburos, y la eliminaci¨®n de las reducciones de cuotas a la seguridad social que resultan especialmente costosas. Otra opci¨®n ser¨ªa renegociar con las autoridades comunitarias una senda m¨¢s realista de contenci¨®n del d¨¦ficit.
La situaci¨®n del sistema de pensiones requiere una atenci¨®n urgente. La financiaci¨®n mediante cotizaciones sociales es claramente insuficiente en vista del aumento tendencial de las prestaciones y del envejecimiento de la poblaci¨®n. Se trata pues de una cuesti¨®n menos controvertida que otras reformas y para la cual parece emerger cierto consenso, que podr¨ªa resultar en un nuevo pacto entre partidos pol¨ªticos, sindicatos y empresarios.
Sin embargo, la cohesi¨®n social presenta desaf¨ªos a¨²n m¨¢s complejos. El desempleo est¨¢ cayendo con fuerza. Pese a ello las desigualdades persisten. Cerca de un mill¨®n y medio de familias tienen a todos sus miembros en el paro y a d¨ªa de hoy, 1,8 millones de personas siguen buscando empleo desde hace m¨¢s de dos a?os. Sin duda, consecuencia de unas pol¨ªticas activas de empleo d¨¦bilmente articuladas y de impacto relativo, que llevan a muchos parados al des¨¢nimo y a la salida del mercado laboral y por ende a la ca¨ªda de la poblaci¨®n activa.
Las reformas laborales no han tenido ¨¦xito en atajar la dualidad en el mercado laboral. El empleo con contratos indefinidos descendi¨® durante el tercer trimestre, mientras que el empleo temporal y los contratos de muy corta duraci¨®n aumentan de forma imparable. Todo ello repercute directamente sobre la distribuci¨®n de la renta, m¨¢s desigual, y contribuye al estancamiento de la productividad.
Las desigualdades entre comunidades aut¨®nomas tambi¨¦n se han ampliado. La crisis ha castigado con especial dureza a las comunidades con renta per c¨¢pita m¨¢s baja. Y la brecha no se ha cerrado durante la recuperaci¨®n. Esta situaci¨®n, que contrasta con el proceso de convergencia experimentado antes de la crisis, amenaza a la cohesi¨®n territorial. De esta manera, la financiaci¨®n auton¨®mica deber¨ªa distinguir con mayor racionalidad entre el objetivo de solidaridad y la necesidad de invertir en las zonas pr¨®speras, evitando cuellos de botella.
En suma, el pa¨ªs se est¨¢ recuperando y las perspectivas econ¨®micas son favorables en comparaci¨®n con la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos. Pero las cicatrices de la crisis no se han cerrado. Los niveles de endeudamiento dejan poco margen para reaccionar ante aumentos de primas de riesgo o accidentes del mercado. La persistencia de un elevado paro de larga duraci¨®n y la precarizaci¨®n del empleo socavan la cohesi¨®n social. Y las disparidades regionales generadas por la crisis se mantienen. Hace falta un nuevo impulso reformista.
Raymond Torres (@RaymondTorres_) es director de Coyuntura de FUNCAS.
Crecimiento y empleo
En el tercer trimestre el PIB present¨® un crecimiento trimestral del 0.7%, una d¨¦cima menos que en el trimestre anterior. En base anual, se estima que la econom¨ªa ha crecido un 3,2%, confirmando las previsiones de una leve desaceleraci¨®n. El empleo aument¨® en 226.500 personas durante el tercer trimestre y en 478.800 personas durante los doce ¨²ltimos meses, lo que supone un avance anual del 2,65% frente, dos d¨¦cimas m¨¢s que para el trimestre anterior.
Todos los sectores, en especial los servicios, experimentan una subida anual de la ocupaci¨®n. Asimismo, en el ¨²ltimo a?o el empleo sube en todas las comunidades aut¨®nomas, sobre todo en aquellas situadas en el arco mediterr¨¢neo, as¨ª como Cantabria y Pa¨ªs Vasco. Crece el empleo aut¨®nomo y el n¨²mero de asalariados con contratos temporales, mientras caen los asalariados con contratos indefinidos. La tasa de paro se sit¨²a en el 18,9%, un punto menos que en el segundo trimestre, fruto del aumento del empleo y de una reducci¨®n de la poblaci¨®n activa.
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