Hay vida aunque se agote la ¡®hucha de las pensiones¡¯
El final del Fondo de Reserva no significa la quiebra del sistema en tanto que se pueda financiar en los mercados
Las alarmas han sonado. Seg¨²n todas las previsiones, queda poco m¨¢s de un a?o para que se acabe el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la llamada hucha de las pensiones que lleg¨® a alcanzar los 66.814 millones de euros al cierre de 2011. Dos veces al a?o, los ingresos por cotizaciones no son suficientes para afrontar el esfuerzo de tener que desembolsar una paga extra de pensiones adem¨¢s de la n¨®mina mensual. De modo que el Gobierno tiene que acudir a la hucha y tomar ese dinero para abonarla. En la actualidad, restan 24.616 millones. A raz¨®n de unos 9.000 millones cada vez que hay una paga extra, el Fondo de Reserva se habr¨¢ agotado a finales de 2017. Eso s¨ª, siempre que el Congreso siga permitiendo las disposiciones adicionales del Fondo.
?Deber¨ªa ser esto un motivo de p¨¢nico? ?Peligra acaso el pago de las prestaciones? La respuesta es no. Si se agota la hucha, eso no significa que se acabe el dinero para pagar las pensiones. Y, desde luego, no implica la quiebra del sistema, aunque s¨ª que exista un problema para afrontar el d¨¦ficit a largo plazo.
De entrada, no hay peligro de quiebra inminente porque la Seguridad Social recauda unos 8.400 millones de euros al mes solo en cotizaciones, aproximadamente lo que cuesta la n¨®mina mensual. Ahora tan s¨®lo sufre problemas de liquidez cuando llegan las pagas extra. Y eso solo ocurre en junio y diciembre. As¨ª que a corto y medio plazo esas dos mensualidades se pueden financiar sin demasiadas dificultades. En lugar de tomarlo del Fondo de Reserva, el Estado podr¨ªa acudir a los mercados para conseguir el dinero. Por dar una idea, ¨²nicamente habr¨ªa que financiar unos 18.000 millones al a?o, relativamente poca cosa en comparaci¨®n con los 250.000 millones que hay que refinanciar cada a?o de la deuda espa?ola. Mientras siga la confianza en Espa?a, el Estado podr¨¢ recurrir a los inversores y no habr¨¢ problemas para sufragar las pagas extra, insisten fuentes de la Seguridad Social.
Es m¨¢s, el BCE est¨¢ permitiendo que el Estado se financie con un coste baj¨ªsimo. "Cosa distinta ser¨ªa que se repitiesen las tensiones en los mercados. Entonces la financiaci¨®n se encarecer¨ªa mucho y vendr¨ªa muy bien tener a mano una hucha de las pensiones para evitar ir al mercado", explica el economista Jos¨¦ Carlos D¨ªez.
Curiosamente, en la UE pocos pa¨ªses han recurrido a estructuras similares de reservas: Alemania y Francia tienen unos fondos dotados con 30.000 millones cada uno. Pero en proporci¨®n esas cantidades son m¨¢s peque?as que las que guarda el Fondo espa?ol. S¨®lo Suecia y Noruega acumulan cifras superiores, destacan fuentes de la Seguridad Social.
Se suele pensar que las cantidades del Fondo de Reserva son un dinero que se meti¨® en una hucha y que se puede recuperar como si fuesen los ahorros de un pensionista. Pero en realidad dista de funcionar as¨ª: el dinero del Fondo se lo qued¨® el Estado como un activo financiero en propiedad que redujo su deuda. Cuando el Estado retira dinero del Fondo para sufragar la paga extra simplemente pierde una parte de ese activo y, por lo tanto, sube la deuda neta del Estado, exactamente igual que cuando acude al mercado a financiarse. De hecho, el dinero incluso est¨¢ ya invertido en deuda espa?ola. A efectos de las cuentas que se presentan en Bruselas, da igual que se acabe el Fondo: para el Estado es casi lo mismo endeudarse que tomarlo de ah¨ª. "Se trata de un ingenio contable con garant¨ªa del Estado. Y la evoluci¨®n demogr¨¢fica convertir¨¢ el problema en algo insoluble a menos que se hagan reformas", comenta Lorenzo Bernaldo de Quir¨®s, presidente de la consultora Freemarket.
Aunque se pueda financiar el desfase a corto plazo, el problema de largo recorrido estriba en el d¨¦ficit, esto es: la diferencia que existe entre los ingresos por cotizaciones y los gastos en prestaciones, el cual se suma todos los a?os a la deuda. Este ya se encuentra contabilizado en el 5% de d¨¦ficit que presenta el conjunto de las Administraciones y que hay que recortar para sanear las cuentas y cumplir con los compromisos adquiridos con Bruselas. Al cierre de 2016, el agujero de las pensiones probablemente repunte un poco y acabe en el entorno de los 17.000 millones, tal y como reconoci¨® el Gobierno en su plan presupuestario. Pero lo m¨¢s probable es que el a?o que viene deje de aumentar. Por el lado de los gastos, el desembolso en prestaciones engorda a un ritmo del 3% anual. Por el de los ingresos, se espera que la recaudaci¨®n por cotizaciones suba en 2017 pr¨¢cticamente lo mismo que la n¨®mina de prestaciones. Gracias a un ligero repunte de los salarios y el crecimiento del empleo, el d¨¦ficit del sistema de pensiones podr¨ªa dejar de crecer. Pero seguir¨¢ habiendo durante mucho tiempo un d¨¦ficit que superar¨¢ de largo los 10.000 millones y que todos los a?os habr¨¢ que financiar, lo que a su vez aumentar¨¢ a¨²n m¨¢s una deuda que ya ronda el 100% del PIB, lejos del 60% que exige Bruselas y que se considera sostenible.
La necesidad de reformas
A pesar de que el crecimiento rebajar¨¢ una parte de ese d¨¦ficit, la Autoridad Fiscal Independiente (Airef) advierte de que una parte sustancial del entorno del 1% del PIB no se podr¨¢ reducir. Y eso implica que el resto de Administraciones ¡ªEstado central, Ayuntamientos y comunidades¡ª tienen que mantener el d¨¦ficit a cero o incluso lograr un cierto super¨¢vit para compensar los desfases del sistema de pensiones.
Por otra parte, conforme corra el tiempo, las reformas ya emprendidas surtir¨¢n m¨¢s efecto. La de 2011 de retrasar la edad de jubilaci¨®n no tendr¨¢ un impacto pleno hasta el 2027. Y la de 2013 empezar¨¢ a notarse m¨¢s en 2019, cuando se tenga en cuenta la esperanza de vida a la hora de calcular la pensi¨®n inicial. Lo que implica que poco a poco las pensiones ir¨¢n reduciendo su cuant¨ªa inicial respecto al salario medio.
Existe la posibilidad de destinar o subir impuestos para sufragar las pensiones como plantean los partidos, aunque los expertos indican que por esa v¨ªa hay poco margen sin da?ar la actividad como se?ala en un documento reciente Rafael Domenech, economista de BBVA y miembro del comit¨¦ de expertos que perge?¨® el factor de sostenibilidad en 2013. "El d¨¦ficit pone de relieve la necesidad de avanzar en las reformas, porque si no estaremos abocados a una cuasicongelaci¨®n permanente de las prestaciones", a?ade Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz, miembro del comit¨¦ de 2013 y autor de ?Qu¨¦ pasar¨¢ con mi pensi¨®n?
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