CEOE alerta de que la subida fiscal se concentra en 15.500 empresas

Seg¨²n el documento al que ha tenido acceso EL PA?S, el Real Decreto Ley 3/2016 de cambios en el impuesto de sociedades presenta serios problemas por dos medidas: una es el l¨ªmite a las compensaciones de bases imponibles negativas, es decir, se restringe la capacidad de las empresas para desgravarse p¨¦rdidas acumuladas durante la crisis. Y la otra consiste en la reversi¨®n de las p¨¦rdidas deducidas por el deterioro de inversiones en cartera. O lo que es lo mismo, se obliga a las empresas a devolver el dinero que se dedujeron porque una participaci¨®n que ten¨ªan en otra sociedad hab¨ªa perdido valor.

Respecto a la primera, explica que antes una compa?¨ªa pod¨ªa deducirse sin l¨ªmites p¨¦rdidas por valor de hasta un mill¨®n de euros. A partir de esa cifra, s¨®lo se pod¨ªa aplicar un m¨¢ximo de un 60% de la base imponible. Pero el decreto del 2 de diciembre suprime ese mill¨®n de euros que se pueden compensar sin l¨ªmites para las empresas que facturan m¨¢s de 20 millones de euros. Adem¨¢s, se recorta lo que se pueden desgravar las empresas grandes: cuando la cifra de negocio se sit¨²e entre los 20 y 60 millones, s¨®lo se pueden compensar p¨¦rdidas hasta el 50% de la base imponible en lugar del 60%. Si la empresa registra una facturaci¨®n de 60 millones o superior, la compensaci¨®n de p¨¦rdidas se limita al 25% de la base.

A modo de ejemplo, se cita el caso de una empresa con una base imponible de 12 millones y base negativas disponibles de 10 millones. Con la anterior legislaci¨®n, podr¨ªa haberse compensado 8,2 millones. En cambio, con la nueva norma s¨®lo podr¨ªa rebajarse la factura fiscal en 3 millones. Es decir, la declaraci¨®n le subir¨ªa en 5,2 millones de euros. Hacienda estima que con esta medida puede ingresar unos 2.000 millones, seg¨²n consta en el plan presupuestario remitido a Bruselas. ¡°La medida afectar¨ªa a unas 15.500 empresas, dificultando la recuperaci¨®n de estas entidades en el momento en que pueden estar empezando a superar sus problemas financieros¡±, concluye el an¨¢lisis sobre este cambio tributario.

En cuanto a la reversi¨®n de p¨¦rdidas en participadas, la patronal se muestra incluso m¨¢s dura. La nota desgrana c¨®mo hasta el a?o 2013 una empresa pod¨ªa deducirse la p¨¦rdida de valor de una participaci¨®n en una empresa: ¡°Supongamos una empresa matriz que tiene una inversi¨®n en una filial por la que ha pagado 200 millones de euros. En el momento de la compra, la filial tiene unos fondos propios de 100 millones de euros. En el a?o siguiente a la compra, la filial ha sufrido p¨¦rdidas de 10 millones, por lo que sus fondos propios han bajado a 90 millones. En este ejemplo, la empresa matriz podr¨ªa dar una p¨¦rdida por deterioro de participaci¨®n de 110 millones de euros (100 millones por el menor valor de los fondos propios respecto a su precio de compra y 10 millones por la variaci¨®n de los fondos propios de la filial que se corresponden con sus p¨¦rdidas del a?o)¡±. Y esas p¨¦rdidas de 110 millones antes se pod¨ªan deducir de la factura fiscal sin necesidad de que estuviesen imputadas contablemente en la cuenta de resultados porque la p¨¦rdida todav¨ªa no se hab¨ªa materializado vendiendo la participaci¨®n.

¡°Fue una gran ventaja fiscal que ayud¨® a la expansi¨®n internacional de las multinacionales espa?olas, pero que tuvo un elevado coste recaudatorio, lo que llev¨® a su eliminaci¨®n en 2013¡±, explica el informe de la patronal. Seg¨²n datos de la Agencia Tributaria, gracias a esta medida las empresas se dedujeron hasta entonces unos 4.000 millones de media al a?o.

Rentas que no existen

Sin embargo, el nuevo decreto obliga a devolver el dinero que las empresas se dedujeron a raz¨®n de un 20% cada a?o durante un lustro. Y esto se impone aunque no haya habido ninguna mejora en el a?o anterior, ni en el valor ni en los beneficios. Es decir, Hacienda fuerza a las empresas a tributar por rentas que no existen.

¡°Con esta obligaci¨®n de reversi¨®n m¨ªnima, se est¨¢, en la pr¨¢ctica, haciendo tributar una renta que no se ha producido ni desde un punto de vista contable, ni desde un punto de vista econ¨®mico, ya que la participaci¨®n cuyo deterioro se revierte no ha tenido un incremento de fondos propios, ni ha llevado a cabo una distribuci¨®n de dividendos. En este sentido, se podr¨ªa estar atentando contra el principio de capacidad econ¨®mica¡±, sostiene CEOE.