Un pilar del crecimiento de Porsche
La f¨¢brica de Leipzig, al este de Alemania, es un modelo del futuro desarrollo del grupo automotor
En Leipzig, al este de Alemania, cerca de la frontera con Polonia y la Rep¨²blica Checa, se encuentra la planta m¨¢s avanzada de Porsche, su factor¨ªa 4.0. Inaugurada en 2002, es la cuna de sus ¨²ltimos modelos de gran ¨¦xito: los todoterrenos Cayenne y Macan y la superberlina Panamera. Pero de sus puertas han salido tambi¨¦n aut¨¦nticas joyas mec¨¢nicas, como las 1.270 unidades del GT. Todos ellos han contribuido a convertir la marca alemana en una de las m¨¢s rentables del mundo en el sector.
Pero hay un antes y un despu¨¦s en Porsche. Y la fecha clave es la entrada en producci¨®n del Cayenne, en 2002. En el a?o fiscal anterior, la marca alemana era un fabricante de deportivos (el legendario 911 y el nuevo Boxster) que hab¨ªa vendido 54.234 unidades con 829 millones de euros de beneficios (antes de impuestos). En 2015 las ventas han aumentado un 415% hasta 225.121 unidades, con nada menos que 80.216 Macan y 73.119 Cayenne. Cada uno supera ya individualmente las ventas totales de entonces. Y los beneficios se han disparado hasta 3.382 millones, un 408% m¨¢s.
Un aumento tan agresivo de la producci¨®n sin sacrificar la calidad exige esfuerzos coordinados. Y ha convertido la factor¨ªa de Leipzig en el centro neur¨¢lgico de la marca, su planta estrat¨¦gica y de referencia en producci¨®n. Aqu¨ª, la ¨²ltima tecnolog¨ªa y el saber hacer de los t¨¦cnicos de Pors?che se han dado la mano para crear los exquisitos modelos con los que sue?an sus clientes. Y para alcanzar la atenci¨®n al detalle que exigen hacen falta instalaciones a la altura. Por eso, aparte de la factor¨ªa, el complejo re¨²ne un centro para visitantes y un circuito que reproduce las curvas m¨¢s famosas de los trazados de todo el mundo, donde los propietarios pueden disfrutarlos.
El Panamera se conecta al mundo
La tecnolog¨ªa se ha convertido en un pilar clave del autom¨®vil y el nuevo Panamera lo confirma. La superberlina alemana estrena la ¨²ltima versi¨®n del PCM (Porsche Communication Management) y el cambio se aprecia al instante, porque el interior anal¨®gico del modelo anterior ha dado paso a un ambiente de superficies limpias, paneles t¨¢ctiles y pantallas. El cuadro de instrumentos mantiene en el centro el cuentarrevoluciones cl¨¢sico, pero flanqueado por dos pantallas de siete pulgadas. Y la consola central aloja otra, la principal, de 12,3 pulgadas, para acceder a sus sistemas de infoentretenimiento. Est¨¢n unificados en el PCM, que gestiona la navegaci¨®n, el audio y la comunicaci¨®n, y se pueden manejar con los paneles t¨¢ctiles, que sustituyen a los botones, o con ¨®rdenes de voz para evitar distracciones. El men¨² principal de la pantalla es configurable a medida con enlaces directos a las aplicaciones favoritas. Combinado con el m¨®dulo Porsche Connect Plus, da acceso online a informaci¨®n de tr¨¢fico en tiempo real y Google Maps con Street View incluida, y permite compartir las apps del smart?phone. Adem¨¢s, al ser un Porsche de cuatro plazas, los pasajeros de atr¨¢s disfrutan tambi¨¦n la tecnolog¨ªa: llevan en medio una pantalla para acceder a la climatizaci¨®n cuatro zonas, etc¨¦tera.
Al margen de la parte l¨²dica, la planta alemana no ha dejado de crecer en su corta vida. Y tras cuatro ampliaciones y 1.300 millones de euros de inversi¨®n total, ahora puede fabricar en la ¨²nica l¨ªnea de montaje existente el Panamera y los Macan y Cayenne. Todo un reto para coches tan diferentes que cada d¨ªa resuelven 200 empleados por turno y 475 robots.
Dejando aparte unas instalaciones que parecen m¨¢s un quir¨®fano que una f¨¢brica, lo que m¨¢s sorprende es la gesti¨®n de la log¨ªstica. Gracias a la digitalizaci¨®n, el sistema almacena en la nube el lugar exacto de cada veh¨ªculo y los componentes que lleva ya montados en esa l¨ªnea ¨²nica. Cada pieza tiene su c¨®digo, que se escanea para el seguimiento de todo el proceso. Y as¨ª se logra que cada nuevo componente llegue en el momento exacto en que lo van a montar los robots. Las m¨¢quinas podr¨ªan hacer el veh¨ªculo completo con la supervisi¨®n de un pu?ado de t¨¦cnicos. Pero con carencias, porque no tienen el tacto para corregir las ligeras imperfecciones de la carrocer¨ªa antes de pintar o para que todo encaje al mil¨ªmetro en sus exclusivos interiores.
Ahorro energ¨¦tico
A diferencia del anterior Panamera, que se ensamblaba en la planta de Volkswagen en Hanover y se terminaba en Leipzig, el nuevo se hace ¨ªntegramente en la segunda ciudad mencionada, lo que reduce el gasto energ¨¦tico. La conservaci¨®n de los recursos, el uso eficiente de la energ¨ªa y la reducci¨®n de las emisiones de di¨®xido de carbono y los residuos son prioritarios y todos los procesos de fabricaci¨®n se someten a ellos ¡ªuna pr¨¢ctica que avanza en todas las grandes marcas del mundo, no solo en Porsche¡ª. La cubierta de la planta de ensamblaje integra paneles fotovoltaicos que generan hasta cuatro megavatios a la hora. En el interior, la iluminaci¨®n LED y los robots se programan para bajar al m¨ªnimo el gasto energ¨¦tico. Y los nuevos sistemas de recuperaci¨®n del calor en la soldadura ahorran m¨¢s de 365.000 kilovatios hora al a?o. Fuera, la iluminaci¨®n, tambi¨¦n LED, se funde con los 650 ¨¢rboles plantados en la ¨²ltima ampliaci¨®n y la lluvia se utiliza en procesos que no exijan agua potable.
Otra prioridad de esta factor¨ªa 4.0 es el equipo humano, imprescindible para alcanzar la m¨¢xima calidad. Con m¨¢s del 25% de la plantilla con edades entre 25 y 30 a?os, su salud es clave e implica la m¨¢xima atenci¨®n a la ergonom¨ªa de los puestos de trabajo. Los empleados nuevos hacen un curso para aprender a moverse sin forzar el cuerpo en la l¨ªnea de montaje. Y los primeros meses son supervisados por compa?eros veteranos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.