Un cami¨®n para impulsar la conciencia energ¨¦tica
El Energytruck de la Fundaci¨®n Gas Natural Fenosa recorre Espa?a educando sobre el uso de la energ¨ªa
La imaginaci¨®n de los escolares echa chispas cuando suben al Energytruck para aprender sobre energ¨ªa y c¨®mo usarla responsablemente. Lanzan sus preguntas a la velocidad de la luz: ?Por qu¨¦ no se puede generar energ¨ªa aprovechando los rayos?, ?Por qu¨¦ no hay fuente de energ¨ªa que no se agote nunca y no contamine? ?C¨®mo sale la luz por los agujeritos de la pared? El educador del Energytruck, el cami¨®n itinerante de la Fundaci¨®n Gas Natural Fenosa, explica entonces que la electricidad no se puede almacenar, que a¨²n no se ha encontrado esa energ¨ªa milagro que salve a la humanidad y los detalles de c¨®mo se enciende una bombilla.
"Muchos est¨¢n concienciados, porque viven rodeados de aparatos electr¨®nicos", explica Adri¨¢n Buz¨®n, uno de los educadores que recorre Espa?a hablando de fuentes de energ¨ªa y eficiencia a estudiantes de entre 4 y 17 a?os. Otros alumnos no est¨¢n tan familiarizados con este mundo. ¡°Hay muchos ni?os de cuarto o quinto de Primaria, que con 9 o 10 a?os no han o¨ªdo hablar de las energ¨ªas renovables", a?ade. En estos casos comienza sus lecciones desde cero, especificando qu¨¦ materias primas pueden usarse para generar energ¨ªa. "Es un tiempo bien invertido porque consigo que salgan sabiendo lo m¨ªnimo para que empiecen a pensar", agrega.
Hay muchos ni?os de 9 o 10 a?os que no han o¨ªdo hablar de las energ¨ªas renovables
En el Energytruck han atendido m¨¢s de 23.000 alumnos de Primaria, Bachillerato y Formaci¨®n Profesional, en los ¨²ltimos doce meses. Las actividades del cami¨®n est¨¢n adaptadas a cada tramo de edad. Los m¨¢s peque?os aprenden sobre c¨®mo ahorrar energ¨ªa en casa mediante gui?oles o juegos, lo mayores se instruyen sobre el complejo sistema de generaci¨®n y distribuci¨®n de la electricidad mediante un simulador virtual, que "suscita intensos debates ¨¦ticos sobre el uso de unas fuentes u otras", apunta Buz¨®n.
Mediante tabletas, o sobre una gran pantalla t¨¢ctil instalada dentro del cami¨®n, los estudiantes juegan a ser los responsables de suministrar electricidad a los habitantes de un pa¨ªs llamado Countryland. Para lograrlo deben controlar la producci¨®n de energ¨ªa de las centrales de combustibles f¨®siles y renovables para minimizar los gastos y, sobre todo, reducir las emisiones contaminantes. El simulador suele crear divisiones entre los estudiantes. "Como en la vida real", puntualiza Buz¨®n. Algunos optan por las energ¨ªas f¨®siles, mientras que otros apuestan ¨²nicamente por las renovables.
¡°Cada opci¨®n tiene sus ventajas e inconvenientes, lo que est¨¢ claro es que gestionando t¨² mismo la producci¨®n el¨¦ctrica y las emisiones contaminantes entiendes mejor la importancia de la eficiencia en la producci¨®n energ¨¦tica¡±, explica Eva Buch, directora del Museo del Gas de la Fundaci¨®n Gas Natural Fenosa, instituci¨®n de la que depende el cami¨®n.
El cami¨®n, que funciona con un motor dual de di¨¦sel y gas natural, tambi¨¦n est¨¢ abierto al p¨²blico. Desde enero de 2016, m¨¢s de 61.000 personas se han subido a ¨¦l. Adem¨¢s de ofrecer charlas, el veh¨ªculo multimedia transporta una muestra de lo que se puede ver, y experimentar, en el Museo del Gas, ubicado en Sabadell (Barcelona). Sus pantallas interactivas y paneles explicativos narran la historia del gas y su llegada a los hogares, anterior a la instalaci¨®n del agua corriente. ¡°Las calles de las ciudades se abrieron para introducir las tuber¨ªas de gas cuando a¨²n hab¨ªa que ir a la fuente a por agua¡±, explica Buch.
Ese gas canalizado desbanc¨® al aceite como fuente de iluminaci¨®n callejera. A mediados del siglo XIX, Barcelona se convirti¨® en la primera ciudad espa?ola alumbrada con gas. Poco despu¨¦s conquist¨® las farolas de Madrid. ¡°La noche se desvel¨®¡±, explica Buch. Esta nueva luz nocturna transform¨® los h¨¢bitos de los ciudadanos: el comercio, el ocio y otras actividades pod¨ªan realizarse por la noche con m¨¢s claridad que antes.
Nada m¨¢s subir al museo m¨®vil, el visitante encuentra una p¨¦rtiga como las que usaban los faroleros para encender las l¨¢mparas callejeras, un calentador de agua peque?o, una estufa con forma de chimenea, un par de hornillas, una l¨¢mpara y un rizador de pelo. Este ¨²ltimo elemento es el que m¨¢s curiosidad despierta. Pocos imaginan los hombres utilizaban el artefacto para dar forma a su vello facial. "Los caballeros que pintaban los modernistas Ram¨®n Casas o Santiago Rusi?ol lucen bigotes frondosos que seguramente moldeaban con este utensilio¡±, a?ade la directora.
La eficiencia en el uso de la energ¨ªa, aplicada al consumo dom¨¦stico, es el n¨²cleo de muchas actividades
Con la llegada del nuevo siglo, la electricidad fue ganando terreno al gas y el hombre se volvi¨® a¨²n m¨¢s dependiente de la energ¨ªa. "Hemos ido deshaci¨¦ndonos de la necesidad de usar nuestra propia energ¨ªa, por eso hemos perdido buena parte de nuestro vello corporal, porque ya no nos hace falta para conservar el calor¡±, comenta el educador a bordo del Energytruck. Lo dice frente a un mural, situado al fondo del cami¨®n, que muestra la evoluci¨®n humana en paralelo al uso que ha hecho de la energ¨ªa: del fuego a las renovables, pasando por el carb¨®n y el uranio.
Una c¨¢mara t¨¦rmica registra las variaciones de temperatura de todo el que se coloca delante del mural y las refleja en tiempo real en un monitor. "Este juego nos sirve para ense?ar a los visitantes que tenemos energ¨ªa en forma de calor¨ªas para pensar y movernos". Las figuras humanas est¨¢n representadas, sobre la pantalla, por distintos tonos de amarillo y rojo, que identifican los puntos de mayor temperatura, sobre un fondo azul y morado, que se?alan las partes m¨¢s fr¨ªas. "Nuestro cuerpo usa la energ¨ªa de manera eficiente, la conserva o la consume seg¨²n sus necesidades".
Esa eficiencia en el uso de la energ¨ªa, aplicada al consumo dom¨¦stico, es el eje central de casi todas las actividades. ¡°La demanda de energ¨ªa es cada vez mayor y la capacidad de generaci¨®n se est¨¢ volviendo m¨¢s diversa, por eso es importante que sepamos utilizarla bien, no solo para nuestros bolsillos, sino para el medio ambiente¡±, explica Eva Buch. Entre el relampagueo de preguntas, los alumnos comparten con los educadores buenos h¨¢bitos de consumo energ¨¦tico. Elegir una bombilla de bajo consumo, desenchufar los cargadores o las videoconsolas mientras no se usen o instalar un buen cerramiento para ventanas y puertas, son peque?as costumbres, que dentro del complejo proceso de la electricidad al que pertenecen, pueden marcar la diferencia porque, para la directora del Museo del Gas, la eficiencia es la clave para afrontar el futuro energ¨¦tico.
Un museo energ¨¦tico
Cuenta Eva Buch, directora del Museo del Gas, que es importante proteger, y dar a conocer, el patrimonio industrial de Espa?a, de la misma manera que se da a conocer el art¨ªstico. ¡°Toda la tecnolog¨ªa que ha desarrollado el hombre nos define y debemos preservarla¡±. Esa es una de las razones por las que la Fundaci¨®n Gas Natural Fenosa cre¨® el museo, el ¨²nico de esta naturaleza en Espa?a seg¨²n Buch, en una antigua f¨¢brica que produc¨ªa electricidad a partir de motores de gas en Sabadell (Barcelona). ¡°Al restaurar el edificio recuper¨¢bamos parte de nuestro patrimonio y aport¨¢bamos m¨¢s valor a la exposici¨®n¡±, argumenta. La otra raz¨®n es transmitir el impacto que la energ¨ªa ha tenido en el desarrollo de la Humanidad. ¡°Reflexionamos sobre el pasado, el presente y el futuro de las energ¨ªas que nos hacen movernos¡±.
El museo exhibe 900 piezas relacionadas con el gas y la electricidad, seleccionadas entre las 3.000 que tienen catalogadas. Entre ellas hay aparatos que parecen sacados de otro planeta. ¡°Tenemos un secador de peluquer¨ªa en el que hoy no nos atrever¨ªamos a meter la cabeza¡±, confiesa la directora. Una especie de casco con una manivela, accionada por la peluquera, que pon¨ªa en marcha un ventilador para distribuir el calor¡±.
En el s¨®tano del museo se encuentran los archivos de la fundaci¨®n. En ¨¦l se guardan contratos, acciones y otro tipo de documentos relacionados con la compa?¨ªa que ¡°ocupar¨ªan unos tres kil¨®metros de estanter¨ªas si coloc¨¢ramos todos los archivos en fila. No en vano, llevamos m¨¢s de 170 a?os en el negocio¡±.
Esta noticia, patrocinada por Gas Natural Fenosa, ha sido elaborada por un colaborador de EL PA?S.
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