Supermercados de Reino Unido racionan las lechugas espa?olas
La oferta de hortalizas espa?olas se ha reducido por el impacto de la ola de fr¨ªo sobre las grandes ¨¢reas productoras
"Debido a los continuados problemas de clima en Espa?a, hay escasez de existencias de lechugas iceberg y nos vemos obligados a limitar su compra a tres piezas por persona". As¨ª reza el cartel con el que se topa la clientela de los supermercados Tesco estos d¨ªas en Londres. Esta popular cadena de supermercados es una de las que han impuesto el racionamiento de esa y otras hortalizas en el Reino Unido ante la imposibilidad de sus proveedores de cubrir la demanda. Los productos frescos procedentes del sur de Europa, y principalmente de tierras espa?olas, son m¨¢s dif¨ªciles de conseguir y se pagan m¨¢s caros. Adem¨¢s, la ola de fr¨ªo que salpic¨® Espa?a a principios de a?o ha lastrado las producciones hort¨ªcolas en tres de las principales zonas productoras de Espa?a: Comunidad Valenciana, Murcia y Andaluc¨ªa.
Otra de las grandes multinacionales del sector, Morrisons, ha seguido la pol¨ªtica de Tesco. Pero rebajan el l¨ªmite a dos lechugas y el br¨®coli lo limita a tres paquetes por comprador. En su caso la medida la justifica este supermercado ante la avalancha de clientes ¡ªno s¨®lo brit¨¢nicos de a pie, sino tambi¨¦n bares y restaurantes¡ª que no encuentran esos productos en otras tiendas. Su principal competidor en la franja m¨¢s econ¨®mica de los supermercados, Lidl, todav¨ªa no ha dado ese paso, pero s¨ª ha encarecido 42 peniques ¡ªcasi 0,5 euros¡ª (hasta 1,19 libras) el precio de cada paquete de lechuga. La cadena Asda ha tenido que disculparse por la falta de calabacines y berenjenas en su oferta.
Las ansias de un consumidor brit¨¢nico habituado en los ¨²ltimos a?os a incorporar a sus men¨²s los productos verdes de la dieta Mediterr¨¢nea ya se ha traducido en un mercado negro que los vende a precio de oro en diferentes puestos de la geograf¨ªa brit¨¢nica. Tenemos un "problema". Esa ha sido la reacci¨®n del Gobierno de Theresa May, cuyo Departamento de Medio Ambiente y Alimentaci¨®n no puede hacer m¨¢s que prometer un "seguimiento" al problema de escasez de ciertos productos.
Mientras los usuarios cuelgan fotograf¨ªas de las estanter¨ªas racionadas en las redes sociales, los supermercados se han movilizado para buscar proveedores en otros lugares como Estados Unidos. "Es la primera vez en 11 a?os que pongo a la venta lechugas americanas", ha explicado un perplejo comerciante a la BBC.
La llegada de productos cultivados en granjas estadounidenses (lo que supone un viaje miles de kil¨®metros que cuestiona su frescura) ha sido necesaria ante los problemas por temporales y cambios bruscos de clima que se viven en pa¨ªses como Grecia o Italia ¡ªdonde han ca¨ªdo nevadas sobre los cultivos¡ª, y principalmente en un punto concreto de la pen¨ªnsula espa?ola, Murcia, que procura el grueso de las verduras que se consumen en el Reino Unido.
Esta crisis de suministro de verdura y hortalizas en las islas coincide con un momento especialmente sensible para la cesta de la compra brit¨¢nica, que en los ¨²ltimos meses viene resinti¨¦ndose por un aumento encubierto del precio de varios productos ante las incertidumbres econ¨®micas que plantea el Brexit. Al poco de celebrarse el refer¨¦ndum de junio, en el que la mayor¨ªa de los brit¨¢nicos votaron a favor de la salida de la UE, el fabricante brit¨¢nico-holand¨¦s de la popular Marmite (una pasta negra a base de extracto de levadura privilegiada en muchos desayunos) intent¨® subir el precio aduciendo las tensiones inflacionistas sobre la libra que encarec¨ªan las materias primas. Tambi¨¦n Toblerone se vio envuelto en una pol¨¦mica por la reducci¨®n del tama?o de sus chocolatinas para ahorrar. Y hoy mismo la prensa advert¨ªa que la marca m¨¢s popular de baritas de pescado congelado ha reducido el peso de sus paquetes, un truco sencillo para que el consumidor no vea un cambio de precio pese a que paga lo mismo por menos cantidad de producto.
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