Volvemos al capitalismo de casino
La contrarrevoluci¨®n de Trump rompe el control financiero del G-20 y desmantela la ley Dodd
Espa?a ultima con m¨¦rito reglas para proteger al consumidor bancario. Donald Trump lanza a EE UU a la contrarrevoluci¨®n financiera. Esto es, a la barra libre para los que especularon con las hipotecas basura y desataron la Gran Recesi¨®n de 2008. A la eliminaci¨®n de controles, a la supresi¨®n de agencias de defensa del cliente y del contribuyente.
Para devolvernos al estado salvaje del capitalismo, cuando volv¨ªamos a domesticarlo, prepara el acoso a las instituciones de vigilancia financiera pactadas con la UE y el G-20.
As¨ª, pretende cortarle las u?as al acuerdo Basilea-IV en ciernes, que busca aumentar la cantidad y calidad del capital de los bancos para responder de sus pr¨¦stamos, y pues, aumentar su solvencia. Al Comit¨¦ de Basilea que fabrica esos pactos y coordina las regulaciones de distintos pa¨ªses. Al Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) que ausculta y diagnostica las flaquezas del sector.
Esas pretensiones, iniciadas con la presi¨®n a la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, para que deje de asistir a las reuniones de las entidades de coordinaci¨®n, amenazan con desmochar la separaci¨®n entre banca comercial y banca de inversi¨®n (en perjuicio del cliente tradicional y menos ducho, al que le colocaban los peores activos), lograda tras la crisis, en distinto grado, en EE UU y en la UE.
Tambi¨¦n buscan congelar las nuevas exigencias de capital, con lo que los bancos ser¨¢n m¨¢s d¨¦biles, multiplicar¨¢n sus conductas arriesgadas y quebrar¨¢n m¨¢s f¨¢cilmente. Y dificultar¨¢n la tasa Tobin contra la inversi¨®n cortoplacista de corte especulativo en Europa.
La otra t¨¢ctica es desmantelar la ley Dodd-Frank. Es la norma firmada por Barack Obama en 2010, que at¨® corto los abusos del sector; cre¨® distinas agencias y procedimientos de protecci¨®n al consumidor; descart¨® el rescate a cargo de los contribuyentes de los bancos too big to fail, demasiado grandes para caer; e impuso la regla Volcker, que separaba los distintos negocios, imped¨ªa especular con las acciones propias y restring¨ªa las inversiones en hedge funds, los fondos de alto riesgo.
La excusa es que si no se libera a los bancos de esos controles ¡°muchos amigos [de Trump] con magn¨ªficos negocios¡±, ¡°no pueden pedir dinero prestado ya que los bancos no se lo dan¡±. ?Aciertan, si son opacos o ruinosos como los del magnate que promet¨ªa a los incautos arremeter contra la oligarqu¨ªa!
Y que ha encargado de laminar la Dodd-Frank a los boys de Goldman Sachs. Al nuevo jefe del Consejo Econ¨®mico Nacional, Gary Cohn, ¡°el perro de presa¡± de Lloyd Blankfein, el agresivo patr¨®n de la casa. A su exs¨²bdito, el pr¨®ximo secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. Al nuevo patr¨®n de la SEC (el regulador del mercado de valores), Jay Clayton, abogado de Goldman. Aquel banco que expandi¨® ¡°el casino¡± de los CDO; ¡°multiplic¨® los efectos del colapso de las hipotecas basura¡±; y ¡°contribuy¨® a las quiebras de entidades sist¨¦micas en la crisis¡±. As¨ª lo dictamin¨® el Inquiry Report de la Comisi¨®n sobre la crisis, que presidi¨® Phil Angelides (Public Affairs, New York, 2011).
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