C¨®mo tapar las ¡®tarjetas black¡¯
A Narc¨ªs Serra, el peor pagado de los cajeros, le atacan por aplicar a los directivos ?el convenio!
?C¨®mo tapar el esc¨¢ndalo de las tarjetas black? Inventando otro, incluso artificial. Buscando en otro vice (Narc¨ªs Serra) la contrafigura del vice (Rodrigo Rato) que nos fall¨®. Lo est¨¢n bordando el verdadero fiscal general del Estado, Rafael Catal¨¤, y sus empleados.
La acusaci¨®n fiscal a Serra del d¨ªa 15 es uno de los documentos-basura m¨¢s vergonzosos de la democracia. L¨¦anlo. Imputa a Serra dos delitos de ¡°administraci¨®n desleal¡±. Uno, por haber encabezado en 2010 un Consejo de Caixa Catalunya, que subi¨® el sueldo variable al director general Adolf Tod¨® de un 35% al 50%, cuando la entidad capotaba. El otro, por aumentarles el 1,5% del sueldo fijo... en ?aplicaci¨®n del convenio colectivo! Y dice que eso acab¨® por hundir a la entidad.
Del aumento del variable apenas cobr¨® una parte, porque se condicion¨® a una serie de requisitos (reducir la morosidad, aumentar dep¨®sitos...) que no logr¨® cumplir.
Ergo el aumento no pon¨ªa en peligro nada, pues solo se perfeccionar¨ªa si generaba grandes mejoras (que lo absorber¨ªan largamente).
Del fijo, baste retener que Tod¨® pas¨® de cobrar 800.481 euros en 2010 a 812.501 en 2011. Un aumento obligado legalmente y, adem¨¢s, de cifras ¡°diminutas¡± e ¡°irrisorias¡±, en opini¨®n certificada del Banco de Espa?a.
Da igual. El escrito ignora esos detalles clave. Oculta con mala fe que Serra fue a contratar a Tod¨® y a Jaume Massana, los m¨¢s exitosos ejecutivos de una caja catalana (Manresa), justo para que salvasen la que mal hab¨ªa heredado: y lo hizo en enero de 2008, antes de Lehman, antes que cualquiera otra entidad de ahorro reaccionase ante la inminente crisis. Pagar¨ªa quiz¨¢ mucho, pero era la media de lo que se pagaba, como consta en autos.
Todo eso no es lo m¨¢s alucinante. A Narc¨ªs Serra solo se le acusa concretamente de esas subidas de sueldos, seguro que inoportunas, pero obligadas y validadas por la supervisi¨®n. Pero en cambio le embarran, sin elevar el barro a calificaci¨®n delictiva, por la presunta conducta de utilizar los fondos de la entidad ¡°en beneficio propio y con claro perjuicio para la entidad, lo cual contribuy¨® a aumentar su grave crisis financiera¡±. Esta frase de la p¨¢gina 11 del escrito la usan los voceros del poder para equiparar al exvicepresidente de Felipe Gonz¨¢lez con quienes se metieron el dinero p¨²blico en su bolsillo privado.
Pero es falsa, seg¨²n los datos que aporta el propio fiscal. Serra no obtuvo ning¨²n beneficio propio: entre 2008 y 2010 su remuneraci¨®n ?se redujo cada a?o! No eran ¡°elevados emolumentos¡±, como aduce sin base comparativa el acusador. Su sueldo base eran 175.000 euros, los mismos que el presidente de la caja catalana peor retribuido (Girona), y bastante menos que los 2,7 millones del mejor remunerado. Y las dietas por consejos, las frecuentes en una gran empresa, que CaixaCat lo era.
F¨ªjense en si las insinuaciones ¡ªde estar por encima del mercado¡ª son mal¨¦volas: al sucesor de Serra, el catedr¨¢tico Fernando Casado, se le prometieron 600.000 euros (no 175.000) de sueldo. No se los dieron y se larg¨®.
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