Una revoluci¨®n en los almendros
La modernizaci¨®n de este cultivo con vistas a aumentar la producci¨®n en Espa?a permite a la multinacional Suez promocionar sus programas de gesti¨®n inteligente del agua
En un terreno azotado por el viento cerca de Men¨¤rguens (Lleida), los almendros, cuidadosamente etiquetados, se alinean en trincheras cubiertos por una peque?a capa de esti¨¦rcol. ¡°Cuando llegamos aqu¨ª, hace seis a?os, se dec¨ªa que esta finca solo serv¨ªa para hacer botijos, era la peor de la comarca¡±, apunta el responsable del terreno, se?alando a las manchas blancas en el suelo, se?al de una tierra cargada de sal. ¡°Los payeses nos dec¨ªan: ¡®?Qu¨¦ pens¨¢is hacer vosotros con almendros aqu¨ª?¡±.
Pero el programa llevado a cabo por la multinacional francesa Suez (que en 2014 se hizo con la antigua Aguas de Barcelona, promotora inicial del proyecto) en esta localidad de la comarca de la Noguera y en otros terrenos de la plana de Urgell se ha convertido en la punta de lanza de las ambiciones de la compa?¨ªa por hacerse una posici¨®n en el mercado de la gesti¨®n del agua para la agricultura y, de paso, encabezar un movimiento que espera revolucionar el mercado espa?ol de la almendra en los pr¨®ximos 10 a?os.
El almendro (Prunus dulcis) es un pariente pr¨®ximo del melocot¨®n, al que se asemeja por su drupa (semilla) rugosa. Los melocotones, como las peras, las ciruelas y las nectarinas siempre han sido una fortaleza de la huerta leridana. Aqu¨ª, en estos terrenos hist¨®ricamente de regad¨ªo, el almendro nunca ha contado demasiado en los c¨¢lculos de los payeses; se ha visto siempre como un cultivo marginal, de secano, que se usa para sujetar la tierra en los bancales y se?alar las lindes. Y, de hecho, en el nuboso paisaje de febrero, por aqu¨ª y por all¨ª se ven los mechones blancos de las copas floridas.
Un abanico de servicios
Negocios agr¨ªcolas como el de Lleida representan una parte peque?a del negocio de Suez (un gigante del agua y de la energ¨ªa que en 2016 factur¨® 15.300 millones de euros y gan¨® 622 millones). La expansi¨®n de la compa?¨ªa en los productos y servicios rurales se sostiene en tres pilares, como enumera Coral Robles, directora de desarrollo de negocio de la empresa en Espa?a. ¡°No solo continuamos con el negocio m¨¢s tradicional de proyectos de dise?o, construcci¨®n y mantenimiento de estructura hidr¨¢ulica¡±, explica; ¡°tambi¨¦n tenemos agrogesti¨®n, ofertas de valor directas a las comunidades de regantes, que mantiene la propiedad y el trabajo; ah¨ª el objetivo es que se sientan part¨ªcipes de la gesti¨®n, con nosotros haciendo todo el acompa?amiento. Y por ¨²ltimo ofrecemos servicios de smart agro, m¨¢s enfocadas al agricultor individual o empresas productoras¡±.
Pero el almendro es, de los cultivos tradicionales mediterr¨¢neos de secano, el m¨¢s agradecido cuando se le da agua. ¡°En Espa?a, la productividad media del almendro de secano es de 150 a 200 kilos en grano [es decir, sin la c¨¢scara, que representa unos dos tercios del peso del fruto] por hect¨¢rea¡±, explica Ram¨®n Gras, director de infraestructuras de agua para Europa de Suez. ¡°La productividad en regad¨ªo es de alrededor de 2.000 kilos por hect¨¢rea¡±.
Los cultivadores de almendra del Estado de California (EE UU) fueron los pioneros en utilizar el regad¨ªo para mejorar sus cosechas y, gracias a ello, han obtenido un liderazgo extraordinario en el mercado internacional: en 2014, un 57% de la producci¨®n global sali¨® de Estados Unidos, seg¨²n las estimaciones de la FAO. Es una posici¨®n que, adem¨¢s, les permite manejar el mercado a su antojo. ¡°Ellos obtienen productividades de entre 3.000 y 4.000 kilos por hect¨¢rea, pero utilizan much¨ªsima agua¡±, lamenta Gras. Seg¨²n datos del Departamento de Agricultura de California y un estudio de la Universidad de Irvine, el cultivo se lleva de media 5.700 metros c¨²bicos de agua por hect¨¢rea cultivada al a?o.
Adaptabilidad
Fue esa adaptabilidad del almendro al uso inteligente del agua lo que llam¨® la atenci¨®n de Suez. Al contrario que otros frutales de la regi¨®n, el ¨¢rbol es capaz de resistir a un estiaje fuerte sin da?os permanentes a largo plazo; la ¨²nica consecuencia es una disminuci¨®n de la producci¨®n, que se recupera en el momento en el que el agua vuelve a la normalidad. En consecuencia, es el ejemplo ideal para vender equipos de gesti¨®n inteligente del agua.
Pero no solo el uso responsable del l¨ªquido elemento marca la diferencia de esta revoluci¨®n del almendro, como demuestra otra finca situada al lado de la primera. Aqu¨ª, en un suelo igual de malo y tambi¨¦n en trincheras cubiertas de esti¨¦rcol, los ¨¢rboles se alinean separados por solo 80 cent¨ªmetros, frente a los cinco metros de la huerta vecina. Sostenidos por un cord¨®n, y en perfectas hileras orientadas norte y sur, el objetivo es crear un ¡°muro de ¨¢rboles¡± de una altura limitada que permita la mecanizaci¨®n. ¡°Aqu¨ª la recogida la hace una m¨¢quina que cabalga el muro y sacude cada ¨¢rbol¡±, explica el encargado de la finca. ¡°Nuestros m¨¦todos de cosecha son mejores que los que hay en Estados Unidos, donde las almendras se recogen del suelo, a veces abiertas, lo que da?a su calidad. Es un sistema que, adem¨¢s, no permite el cultivo ecol¨®gico, que es un mercado en auge¡±.
Y es en la calidad donde est¨¢ la diferencia. ¡°Las variedades que cultivan en California no saben a nada¡±, se?ala Gras. ¡°Las tienen que mezclar con el producto mediterr¨¢neo para darle algo de gusto. Tenemos nueve variedades en producci¨®n y estamos experimentando con otras 20. Apostamos por plantas autof¨¦rtiles, que permiten cultivos enteros de una ¨²nica variedad (cuyo producto es m¨¢s consistente), y por variedades tard¨ªas y extratard¨ªas, que florecen m¨¢s tarde y, en consecuencia, pueden resistir mejor las heladas¡±. Adem¨¢s, las explotaciones incorporan todas las ¨²ltimas novedades en gesti¨®n inteligente, como estaciones meteorol¨®gicas interconectadas, supervisi¨®n por drones y riego de precisi¨®n acorde con las condiciones de temperatura y humedad.
En una meseta entre Alam¨²s y Torregrossa, junto a una granja de terneros que, de paso, facilita esti¨¦rcol para la explotaci¨®n, crecen las mudas que construir¨¢n la siguiente fase del proyecto de Suez. ¡°Los primeros tres a?os lo que se tiene que desarrollar es el tronco¡±, se?ala el responsable de la instalaci¨®n, mientras muestra las primeras hojas de la muda, podada con esmero para dejar ¨²nicamente las ramas m¨¢s fruct¨ªferas. ¡°Si empezamos con la peor tierra de la regi¨®n, ¨¦sta es la mejor¡±, relata. ¡°Ahora sabemos mucho m¨¢s, y podemos llegar a productividades de 3.000 o 3.500 kilos por hect¨¢rea¡±.
Espa?a, gracias a su inconquistable amor por los dulces hechos con el fruto seco (en especial, en las fiestas navide?as), ha sido hist¨®ricamente un mercado deficitario en almendra: mientras que las variedades aut¨®ctonas se utilizan para el consumo al natural (o se derivan a la exportaci¨®n), la industria es el gran consumidor de los frutos procedentes de las plantaciones industriales de California. Si todo pasa como sue?an en estas huertas de Lleida, en una d¨¦cada la dependencia de la fruta extranjera ser¨¢ cosa del pasado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.