Canada Goose calienta Wall Street
La ic¨®nica marca de ropa de abrigo debuta en el parqu¨¦ neoyorquino para financiar su expansi¨®n internacional
Dani Reiss aspiraba a vivir escribiendo relatos de ficci¨®n tras graduarse en literatura inglesa. De vez en cuando trabajaba en el negocio de su padre para sacarse un dinero con el que pagar sus viajes. Lo que nunca imagin¨® es que el destino le llevar¨ªa dos d¨¦cadas despu¨¦s al balc¨®n de la Bolsa de Nueva York para celebrar el estreno burs¨¢til de su compa?¨ªa, el fabricante de chaquetas Canada Goose.
Este empresario de 43 a?os es el heredero de un negocio que se remonta a tres generaciones. La sociedad la fund¨® su abuelo Sam Tick en 1957, en un peque?o almac¨¦n bajo el nombre Metro Sportswear. En el origen se especializ¨® en monos para motos de nieve, chubasqueros y chaquetas de lana. La gran revoluci¨®n lleg¨® tres d¨¦cadas despu¨¦s, al desarrollar un abrigo para los cient¨ªficos que iban al ?rtico.
El modelo big red se convirti¨® en el est¨¢ndar de las prendas de alto rendimiento que se utilizan en los lugares m¨¢s g¨¦lidos del planeta. El monta?ero canadiense Laurie Skreslet la llev¨® hasta la cima del Everest en 1982. La misma chaqueta que protegi¨® del fr¨ªo extremo a Ray Zahab en su traves¨ªa a pie del Polo Sur se col¨® en la gran pantalla en filmes como El D¨ªa de Ma?ana o National Treasure.
El distintivo logo con el mapa del Polo Norte apareci¨® tambi¨¦n en Spectre, la ¨²ltima secuela de James Bond. La marca se convirti¨® as¨ª en uno de los s¨ªmbolos corporativos m¨¢s distintivos de Canad¨¢ gracias a que fue capaz de crear una comunidad muy s¨®lida de clientes. Las chaquetas, adem¨¢s de su autenticidad y calidad, son lo suficientemente vers¨¢tiles como para ser utilizadas en un ambiente urbano.
Historia del ganso
En 1957, el inmigrante polaco Sam Tick fund¨® Metro Sportswear Ltd. Metro hizo chalecos de lana, impermeables y trajes de motos de nieve. En 1972, el yerno de Tick, David Reiss, se uni¨® a la compa?¨ªa y tom¨® las riendas. Metro se enfoc¨® en la fabricaci¨®n de abrigados para los guardabosques canadienses y la polic¨ªa de Ontario, entre otros. En 1985, la compa?¨ªa comenz¨® a producir prendas de vestir bajo su propia marca Snow Goose, pero para Europa cambi¨® el nombre a Canada Goose. El hijo de David Reiss, Dani Reiss, se uni¨® a la compa?¨ªa en 1997 y bajo su liderazgo la marca comenz¨® a expandirse internacionalmente. En 2010 abri¨® una oficina en Estocolmo para sus operaciones europeas.
Los chaquetones de esquimal de Canada Goose se pagan por encima de los 1.000 d¨®lares, lo que lo convierte t¨¦cnicamente en una prenda en la categor¨ªa de lujo. Reiss, que tom¨® las riendas de la compa?¨ªa como consejero delegado en 2001, dice con orgullo que sigue siendo seis d¨¦cadas despu¨¦s de su fundaci¨®n un producto made in Canada. La sede global de la compa?¨ªa permanece en Toronto.
La mayor parte del capital pertenece al fondo Bain, que tiene un 57%. Tras la salida a Bolsa (en Nueva York y Toronto), que valor¨® Canada Goose en 1.720 millones de d¨®lares (una apreciaci¨®n del 30% respecto al precio de salida), el paquete accionarial del fondo de inversi¨®n ascendi¨® a m¨¢s de 980 millones. Nada mal si se compara con los 250 millones que hab¨ªa invertido, cuatro a?os antes, para hacerse con el 70% de la empresa. El nieto del fundador conserva tras la salida a Bolsa el 24% de la sociedad.
La cifra de negocio de Canada Goose creci¨® un 38% de media los ¨²ltimos tres a?os, especialmente gracias al boca a oreja, la visibilidad que le dan las celebridades y a la buena relaci¨®n con Hollywood. Dos tercios de las ventas se concentran, adem¨¢s, en Canad¨¢ y Estados Unidos. Por eso necesita m¨¢s. El a?o pasado abri¨® sus primeras dos tiendas, una en Toronto y otra en Nueva York. Para mantener este ritmo debe expandirse tambi¨¦n por Europa y Asia. La intenci¨®n es abrir tres tiendas m¨¢s el a?o que viene en grandes ciudades, con vistas a llegar a la veintena a largo plazo. Para Reiss, operar sus propios locales es importante para establecer un canal directo con el consumidor y ayudarle a conocer la marca. En paralelo, va a seguir invirtiendo en el ¨¢mbito digital.
Solidez financiera
Canada Goose da el salto en el parqu¨¦ en una situaci¨®n financiera s¨®lida. Los 290,8 millones de d¨®lares canadienses (casi 220 millones de d¨®lares EE UU) ingresados en el ¨²ltimo ejercicio fiscal le aportaron un beneficio neto de 26,5 millones. Es una mejora de casi el 200% en el mismo periodo de referencia de tres a?os, de acuerdo con la informaci¨®n facilitada a los inversores en el marco de la oferta p¨²blica.
La colocaci¨®n permiti¨® a la sociedad recaudar 255 millones. Ese dinero lo utilizar¨¢n para financiar el plan de expansi¨®n a corto plazo en pa¨ªses como Alemania, Italia y Escandinavia. Pero como se?alan los analistas del sector del comercio minorista, Canada Goose va a necesitar invertir m¨¢s para sostener su crecimiento y eso, se?alan, afectar¨¢ al beneficio y los obligar¨¢ a controlar el gasto.
Los chaquetones se venden ya en 35 mercados. Sus clientes son muy leales. El 84% dice que est¨¢ dispuesto a comprar otra prenda. Pero es un producto asociado al invierno y necesita innovar para que no se cansen, por eso quiere aprovechar la visibilidad que tiene la marca para diversificar su oferta con otros art¨ªculos, como el calzado, y colecciones para la primavera y oto?o.
Heiss, sin embargo, deja claro que no quiere ir demasiado r¨¢pido. ¡°Aqu¨ª no se trata de poner nuestro logo en cualquier cosa¡±, insiste, ¡°cada producto que hagamos necesita ser el mejor en su clase¡±. As¨ª quiere evitar que se diluya la imagen de marca y su prestigio. El mercado, adem¨¢s, est¨¢ muy fragmentado y se lo reparten numerosos competidores, como Moncler, Bear o North Face. Aparte de estos dos riesgos para los inversores de Canada Goose, hay un tercero: el d¨ªa del estreno en Bolsa, defensores de los animales realizaron una protesta bajo las columnas de Wall Street para denunciar que la compa?¨ªa utiliza piel de coyote y plumas de ganso en sus prendas m¨¢s caras. Los activistas, adem¨¢s, compraron t¨ªtulos para llevar su reivindicaci¨®n a las juntas de accionistas de la compa?¨ªa.
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