Dijsselbloem: tu religi¨®n no te exculpa
El calvinismo no super¨® al catolicismo en esp¨ªritu capitalista, seg¨²n los ¨²ltimos estudios
Escupi¨® el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que los del Sur se fueron de farra con mujeres y alcohol, y luego, cuando lleg¨® la crisis, pidieron que el Norte se la subvencionase. Se escud¨® en que ese aserto "puede ser explicado desde una cultura holandesa, calvinista estricta". Y acaba de zafarse, ante la reprobaci¨®n general, de acudir al Parlamento Europeo a explicar sus insultos.
Lo m¨¢s curioso de su p¨¢jara es la apelaci¨®n al argumento religioso para justificar su racismo norte?o. El calvinismo, como tantas otras religiones y sectas, es supremacista. Se basa en la doctrina de la predestinaci¨®n. "Por designio divino y por la manifestaci¨®n de su gloria, unos hombres est¨¢n predestinados a la vida eterna y otros, a la muerte eterna" (cap¨ªtulo 3 de la Confesi¨®n de Westminster de 1647).
Y "considerarse a s¨ª mismo como elegido es sencillamente un deber, [el propio de los] santos seguros de ellos mismos¡±, que alcanzan esa seguridad "mediante la insistencia en la necesidad de un trabajo profesional incesante", como destrip¨® Max Weber en 1904 (L'¨¨tica protestant i l'esperit del capitalisme, Edicions 62). O sea, eres elegido no por tus obras, sino por voluntad divina, pero a cambio debes confirmar esa elecci¨®n arbitraria mediante una conducta: la "beruf", o profesi¨®n productiva. O sea, trabajar, hacer dinero.
Weber sostuvo, brillante, que los protestantes, con su ¨¦tica del trabajo, su actitud proempresa, su admisi¨®n del lucro, su asunci¨®n del inter¨¦s financiero, su negaci¨®n de que este desemboque en usura, su querencia educativa, y en suma, con su "particular propensi¨®n al racionalismo econ¨®mico" fueron lanzadera del esp¨ªritu y el desarrollo capitalista.
Si Weber ten¨ªa raz¨®n, quiz¨¢ la idea supremacista de Dijsselbloem ¡ªnunca sus humillantes vulgaridades¡ª tendr¨ªa un pase.
Pero Weber no acert¨®. Su estudio doctrinal ha sido desmentido un siglo despu¨¦s. "No encuentro un efecto positivo del protestantismo sobre el crecimiento econ¨®mico a largu¨ªsimo plazo (1300-1900); de hecho, el comportamiento de las ciudades y regiones cat¨®licos y protestantes son indistinguibles", concluye el trabajo emp¨ªrico de Harvard elaborado por Davide Cantoni (The economic effects of the protestant reformation: testing the Weber hypothesis in the German lands, 10/11/2009).
Cantoni recopil¨® datos exhaustivos de 272 ciudades alemanas, de poblaci¨®n superior a 5.000 habitantes (en el umbral de 1.800), correspondientes a siete siglos. El principal de ellos, el aumento de su tama?o, como s¨ªntoma del incremento de su productividad. Junto a otros factores, como la proporci¨®n de estudiantes/maestros en la escuela primaria; el capital acumulado seg¨²n datos de los seguros antiincendios; la actividad econ¨®mica detectada por los registros fiscales a los negocios; y hasta la calidad de las viviendas, diferenci¨¢ndolas entre las de piedra y las construidas en madera. Los cruz¨® y los someti¨® a regresiones y contra-pruebas.
No solo argument¨® num¨¦ricamente la "ausencia de diferencia alguna" entre el desarrollo econ¨®mico de las zonas cat¨®licas de las protestantes. Tampoco dentro de estas: "no hay un modelo de crecimiento diferenciado entre las distintas ciudades reformadas". Al cabo, "las ciudades, con su variada poblaci¨®n de artesanos, comerciantes y estudiantes, pod¨ªan ser tan cosmopolitas y abiertas a las nuevas pr¨¢cticas econ¨®micas tanto en ¨¢reas cat¨®licas como protestantes", concluye. Con datos.
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