?Una renta b¨¢sica para todos?
Garantizar un ingreso m¨ªnimo universal no solucionar¨¢ la brecha social
Seg¨²n el Fondo Monetario Internacional, la econom¨ªa mundial est¨¢ dando se?ales positivas de crecimiento sostenido, superando los anteriores pron¨®sticos. Para este a?o se prev¨¦ un crecimiento mundial del 3,5%, frente al 3,1% en el 2016. Parece que la econom¨ªa china est¨¢ consiguiendo absorber el estallido de la burbuja de endeudamiento, Am¨¦rica Latina sale poco a poco de la recesi¨®n, y Europa se va recuperando de las secuelas de la crisis. Espa?a destaca por la solidez de su crecimiento, el m¨¢s elevado de los pa¨ªses desarrollados que participan en el G20. Sin embargo, el FMI considera que estos resultados, por esperanzadores que sean, mejorar¨ªan notablemente si los frutos del crecimiento se repartieran de forma menos desigual.
Otras organizaciones internacionales como la OCDE o la OIT tambi¨¦n advierten que las personas con rentas altas son las que m¨¢s ganan con la expansi¨®n, lo que intensifica las desigualdades y polariza la sociedad. Buena prueba de ello ser¨ªan los resultados de los recientes comicios electorales en EE UU y el Reino Unido, y la fragmentaci¨®n del escenario pol¨ªtico en varios pa¨ªses europeos, lo que aboca a los dirigentes pol¨ªticos a gobernar con coaliciones complejas e inestables.
Para aliviar la brecha social, y as¨ª consolidar el crecimiento, algunos analistas han recomendado la creaci¨®n de una renta b¨¢sica universal. Esta renta consiste en una transferencia monetaria que se otorgar¨ªa a cada persona, sin condiciones de renta. El objetivo es aportar un ingreso m¨ªnimo que acabe con situaciones de vulnerabilidad econ¨®mica (por eso la renta es ¡°b¨¢sica¡±) y a la vez facilite la participaci¨®n en el mercado laboral. Al tratarse de una renta para todas las personas, el sistema es de gran sencillez, f¨¢cil de administrar y erradica algunos de los defectos de los sistemas tradicionales de protecci¨®n social (por ejemplo, cuando la prestaci¨®n desincentiva la b¨²squeda de empleo).
Sin duda, la idea es especialmente atractiva ante la perspectiva de una rarefacci¨®n del empleo como consecuencia de la robotizaci¨®n de la econom¨ªa. Alaska ofrece una renta b¨¢sica universal desde el 1982 y Finlandia est¨¢ experimentado un dispositivo para j¨®venes desempleados que se inspira de la renta b¨¢sica. En Espa?a tambi¨¦n se est¨¢n considerando varias propuestas al respecto.
Con todo, la renta b¨¢sica universal no parece ser la respuesta adecuada en pa¨ªses que, como los europeos, ofrecen una amplia gama de prestaciones sociales. Si la renta b¨¢sica sustituyera a toda la protecci¨®n social (paro, pensiones, contingencias familiares, etc) salvo a sanidad, su nivel alcanzar¨ªa 365 euros mensuales en Espa?a. Una cantidad que no llega al umbral de la pobreza ¨Cy lo mismo ocurrir¨ªa en otros pa¨ªses desarrollados (ver gr¨¢fico). Por lo tanto, para que la renta b¨¢sica cumpliera con sus promesas, ser¨ªa necesario aumentar significativamente las dotaciones presupuestarias y la presi¨®n fiscal, algo irrealista y que podr¨ªa debilitar el crecimiento.
Existen alternativas. Los sistemas tradiciones de protecci¨®n social deber¨ªan estar mejor focalizados para contener las desigualdades. En pa¨ªses como Espa?a no cubren adecuadamente algunos colectivos, como las familias mono-parentales, los j¨®venes sin estudios o los trabajadores en sectores en reestructuraci¨®n.
Adem¨¢s, tal y como lo reconoce el FMI, las rentas del trabajo crecen por debajo de la productividad, lo que explica en gran medida el aumento de las desigualdades. Crear empleos de calidad y restablecer el v¨ªnculo entre salarios y productividad son tareas impostergables que requieren de un mayor protagonismo de los actores sociales. Mientras que esto no se consiga, la reducci¨®n de la brecha social se deber¨¢ sustentar en la redistribuci¨®n, es decir la protecci¨®n social y la presi¨®n fiscal. Seg¨²n los datos de la OCDE, cuatro de cada 10 espa?oles ganan con su trabajo menos del 60% de la renta mediana (lo que representa un aumento importante con respecto a la situaci¨®n anterior a la crisis).
Lo mismo ocurre en todos los pa¨ªses desarrollados. Gracias a las transferencias sociales y a los impuestos, dos de cada 10 espa?oles tienen un nivel de ingresos inferior a ese umbral. Ni innovaciones como la renta b¨¢sica ni las protecciones tradicionales, por muy bien dise?adas que est¨¦n, lograr¨¢n contener la brecha social. La soluci¨®n pasa por pol¨ªticas pre-distributivas. Es decir un mayor protagonismo de las pol¨ªticas de empleo y educaci¨®n, as¨ª como la b¨²squeda de un mejor equilibro en la distribuci¨®n de la renta dentro de las propias empresas.
Raymond Torres, Director de coyuntura de Funcas, @RaymondTorres_
Comercio internacional
El comercio exterior mantiene su dinamismo. En febrero, las exportaciones de bienes se incrementaron un 8,3% con respecto al mismo mes del a?o anterior, mientras que las importaciones lo hicieron un 11,4%, fruto del encarecimiento del petr¨®leo. Excluyendo los productos energ¨¦ticos, las exportaciones aumentaron un 6,4% y las importaciones un 3,9%.
Los productos que m¨¢s han aportado al crecimiento de las exportaciones no energ¨¦ticas son los autom¨®viles, la confecci¨®n, los motores y la alimentaci¨®n. Por el lado de las importaciones no energ¨¦ticas, destacan los bienes equipo, aeronaves, hierro y acero. Por destinos geogr¨¢ficos, destaca el crecimiento de las ventas hacia China, Italia, Reino Unido y Marruecos. El repunte de las exportaciones es fruto de la recuperaci¨®n de los mercados emergentes.
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