Bruselas rescata la agenda social contra los ultras y el eurodesencanto
La Comisi¨®n Europea presenta una bater¨ªa de directivas e iniciativas legislativas para dar un ¡®giro social¡¯ que contenga a los populismos
La crisis como m¨¢quina de contar historias. Cuando la Gran Recesi¨®n lleg¨® a Europa, Bruselas, Fr¨¢ncfort y Berl¨ªn impusieron el relato de la austeridad, los recortes y el sacrificio. Una d¨¦cada despu¨¦s, la econom¨ªa mejora, pero la crisis es ya indiscutiblemente pol¨ªtica; los ultras asoman en Par¨ªs. A apenas unos d¨ªas de la segunda vuelta de las elecciones francesas y con el Brexit a¨²n en el horno, Bruselas rescat¨® este mi¨¦rcoles la olvidada agenda social con una bater¨ªa de medidas para contener la oleada populista y frenar un eurodesencanto que echa ra¨ªces en el continente.
Europa pasa de la agenda liberal a la agenda socioliberal: a pesar de las inevitables protestas de las patronales y de las reivindicaciones de la izquierda, que pide m¨¢s ambici¨®n, la Comisi¨®n present¨® con la fanfarria de las grandes ocasiones una bater¨ªa de directivas, iniciativas legislativas y no legislativas para presentar su giro social. Se trata de rescatar, al menos en parte, un modelo que un d¨ªa fue bautizado como ¡°econom¨ªa social de mercado¡±, y que ha quedado muy deslucido por una d¨¦cada de crisis y una respuesta ideol¨®gica que cristaliz¨® en las pol¨ªticas de austeridad, defendidas por Bruselas hasta hace poco. El brazo ejecutivo de la UE reacciona as¨ª al profundo malestar que procede del aumento de la desigualdad, los riesgos de pobreza, la precarizaci¨®n del empleo, el alto nivel de paro que persiste en varios pa¨ªses, los efectos secundarios de la globalizaci¨®n y, en fin, se activa ante las imprevisibles consecuencias de que una generaci¨®n de j¨®venes europeos pueda vivir peor que sus padres.
Divergencia social en la UE
Los que m¨¢s gastan. Finlandia, Francia, Dinamarca, Austria, Italia, Suecia, Grecia y B¨¦lgica son los Estados miembros que dedican a la protecci¨®n social una proporci¨®n m¨¢s amplia respecto al tama?o de su econom¨ªa. Todos ellos destinan al menos el 20% de su PIB.
Los m¨¢s desiguales. Ruman¨ªa, Lituania, Bulgaria, Letonia, Chipre, Estonia e Italia tienen los mayores ¨ªndices de desigualdad de los Veintiocho, si bien a nivel global la Uni¨®n Europea es una de las sociedades donde hay menos disparidades econ¨®micas.
De pronto, ha adquirido una visibilidad pol¨ªtica mucho mayor la gente que se siente perjudicada por las pol¨ªticas de liberalizaci¨®n de los ¨²ltimos a?os. Esa gente ha empezado a echarle la culpa a la UE. Y Bruselas responde a esas cr¨ªticas ¡ªa una especia de crisis de legitimidad¡ª con un paquete de medidas para conciliar la vida laboral y familiar, para mejorar las condiciones sociolaborales y para mejorar la protecci¨®n social, principalmente en la zona euro.
La Comisi¨®n propone dar 10 d¨ªas de permiso de paternidad, en una UE en la que Holanda, uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos, acaba de rechazar elevar de dos a cinco d¨ªas un permiso que en otros pa¨ªses ni siquiera existe. Planea dar cinco d¨ªas remunerados al a?o a los padres para cuidar de sus hijos cuando est¨¦n enfermos. Y en la que quiz¨¢ es la medida de mayor calado ¡ªadelantada por este diario¡ª, proyecta poner en marcha un permiso parental retribuido de cuatro meses para que tanto padres como madres puedan tomarse un tiempo para cuidar a sus hijos hasta cumplir los 12 a?os. Ese permiso exist¨ªa ya, pero era una excedencia sin sueldo. Si los Estados miembros y la Euroc¨¢mara apoyan a Bruselas, esa excedencia ¡ªno transferible entre los progenitores¡ª ser¨¢ posible con una retribuci¨®n similar a la de las bajas por enfermedad. Esa medida permitir¨ªa elevar la tasa de empleo femenina y, a la vez, la natalidad, y con ello reducir¨ªa la necesidad de atraer inmigraci¨®n que tiene la UE, a pesar del discurso ultra.
Las medidas persiguen tambi¨¦n reducir la dram¨¢tica brecha de g¨¦nero
Ese conjunto de propuestas persigue en ¨²ltima instancia reducir la dram¨¢tica brecha de g¨¦nero europea: la tasa de empleo de las mujeres est¨¢ 11 puntos por debajo de la de los hombres (eso supone una merma de PIB de 370.000 millones anuales en la UE, seg¨²n Bruselas); el sueldo medio de la mujer es un 16% inferior al del hombre; la pensi¨®n, un 40% m¨¢s baja, y el riesgo de pobreza muy superior. Todas esas medidas, eso s¨ª, no son directamente aplicables: requerir¨¢n legislar posteriormente. Y no tienen coste directo para el presupuesto de la UE.
Pero junto con ese paquete hay tambi¨¦n un giro m¨¢s ret¨®rico. La Comisi¨®n anuncia planes para afilar la directiva de tiempo de trabajo (que armoniza los est¨¢ndares de salud y seguridad). Propone una recomendaci¨®n para que en todos los pa¨ªses los contratos de trabajo incluyan la informaci¨®n fundamental sobre los derechos de los empleados, algo que no ocurre en varios Estados. Y quiere ampliar los est¨¢ndares de protecci¨®n social a los aut¨®nomos y a los nuevos trabajos de la denominada econom¨ªa circular, desde los conductores de Uber hasta los trabajadores que reparten comida en bicicleta.
Se quiere ampliar la protecci¨®n social a los aut¨®nomos y a los nuevos trabajos de la? 'econom¨ªa circular'
Francia entre ceja y ceja
Bruselas ha elegido cuidadosamente el tempo de la presentaci¨®n de ese giro social: cuando est¨¢ a punto de arrancar la negociaci¨®n del Brexit ¡ªReino Unido ha sido uno de los grandes enemigos de la agenda social europea¡ª y entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, que llevar¨¢n al El¨ªseo a un socioliberal reformista (Emmanuel Macron) o una ultra ferozmente proteccionista y nacionalista (Marine Le Pen). La Comisi¨®n del socialcristiano Jean-Claude Juncker se alinea ostensiblemente con Macron. Y el soniquete de sus propuestas sonar¨¢ familiar en Par¨ªs. ¡°Miren lo que ha pasado en Francia durante la campa?a electoral: la pol¨ªtica social es una de las prioridades de la gente y las instituciones estamos obligadas a recuperar su confianza¡±, dijo la comisaria Marianne Thyssen. Junto con Francia, Bruselas necesita que esas ideas calen en Berl¨ªn, pendiente de las elecciones parlamentarias del 24 de septiembre. Los l¨ªderes europeos deber¨ªan apoyar los planes de la Comisi¨®n en diciembre.
¡°En los ¨²ltimos a?os, Europa ha estado muy ocupada luchando contra el fuego, respondiendo a una crisis tras otra. Llega el momento de abrir un nuevo cap¨ªtulo¡±, apunta la Comisi¨®n en un documento que admite que las cosas no van bien. La convergencia econ¨®mica y social se ha acabado. La globalizaci¨®n, el cambio tecnol¨®gico y el envejecimiento ejercer¨¢n una enorme presi¨®n sobre el modelo europeo en los pr¨®ximos a?os. El legado de la crisis sigue pesando, y la amenaza ultra est¨¢ muy presente: ¡°La agenda social es un imperativo para la UE¡±, resumi¨® el vicepresidente Valdis Dombrovskis.
Las patronales no han tardado? en poner el grito en el cielo
Las patronales no tardaron en poner el grito en el cielo. El pilar social ¡°es la pol¨ªtica adecuada¡±, apunt¨® Business Europe, ¡°pero el planteamiento de la Comisi¨®n no es el adecuado¡±. La organizaci¨®n empresarial critic¨® el permiso parental retribuido: ¡°Ir m¨¢s lejos de lo que pactaron los agentes sociales en 2010 [una excedencia de cuatro meses, pero no retribuida] reduce la competitividad e impone unas cargas que muchos pa¨ªses no se pueden permitir¡±, explic¨® su presidenta, Emma Marcegaglia. Los socialistas espa?oles criticaron las propuestas, aunque por el flanco contrario: falta de ambici¨®n. ¡°Juncker prometi¨® poner en macha el pilar social y lo que presenta es un cascar¨®n vac¨ªo, con la percha de los permisos parentales. No es lo que hab¨ªa prometido¡±, asever¨® el eurodiputado socialista Sergio Guti¨¦rrez.
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