El ¡®spinner¡¯, el nuevo juguete de moda en el patio del colegio
Este peque?o artilugio giratorio se multiplica en las estanter¨ªas de las tiendas y en Internet. En algunos colegios de EE UU lo han prohibido por distraer a los estudiantes
En un parque de Nueva York, los dedos de Edgar no paran. Tampoco los de Quentin. ¡°La cosa esa que tiene girando entre las manos los tiene locos¡±, se queja la madre del primero. La del segundo asiente y apunta que en casa hay otros de varios colores y formas. Es el nuevo juguete de moda entre los escolares. Se llama Fidger Spinner (aunque algunas marcas han popularizando nombres ligeramente distintos, siempre con el complemento spinner) y se pueden comprar por menos de cinco d¨®lares. ¡°Lo llevan hasta a clase¡±, comentan resignadas.
La tendencia ha saltado el charco y se empieza a hacer un hueco tambi¨¦n entre los escolares espa?oles. El spinner es esencialmente un trozo de pl¨¢stico o de metal que rota sobre varios ejes. Cabe en la palma de la mano y la gracia es hacerlo girar. Naci¨® como artilugio antiestr¨¦s, pero se ha popularizado en el patio de los colegios y en los kioscos y los bazares espa?oles los venden por cerca de 4 euros. Empiezan a extenderse por el boca a boca, como lo hicieron los tamagotchis, las pulseras de gomitas y tantos otros art¨ªculos que, de la noche a la ma?ana, se convierten en la ¨²ltima moda infantil.
Las redes sociales est¨¢n repletas de v¨ªdeos tutoriales con trucos. El juguete convertido en fen¨®meno de masas emergi¨® como de la nada en los parques y recreos con la llegada de la primavera, cuando los ni?os empezaron a quitarse los guantes. Haciendo una b¨²squeda por Google se puede comprobar que casi no hay referencias al artilugios antes de la Navidad. Ahora cuenta hasta con su propio foro en Reddit.
El neoyorquino Edgar tiene 13 a?os. Quentin, ocho. La obsesi¨®n llega a tal punto que lo han sustituido por los juegos en el m¨®vil. ¡°No se trata solo de hacerlo girar lo m¨¢s r¨¢pido posible¡±, explica el tendero de West Side Kids, ¡°hacen equilibrios coloc¨¢ndolo en la punta del dedo, la nariz o la frente¡±. En Estados Unidos los Spinners se venden por todas partes, desde las parafarmacias de Walgreens, pasando por los hipermercados de la cadena Walmart. El portal Etsy tiene versiones con dise?os m¨¢s art¨ªsticos, fabricados en madera, cobre y otros metales que se pueden comprar por unos 75 d¨®lares. Amazon tiene miles de entradas y los ofrece desde un par de d¨®lares hasta 460 d¨®lares. Hay que se iluminan.
Y aunque la locura sea nueva, el artilugio en realidad fue inventado hace ya dos d¨¦cadas para ayudar a personas que necesitan tocar o jugar con algo para aliviar la ansiedad, en lugar de comerse las u?as. Es como dar vueltas a un l¨¢piz entre los dedos, pero a gran velocidad. El Spinner, supuestamente, tambi¨¦n puede tener una utilidad terap¨¦utica para ni?os muy activos o que padecen de autismo, porque les ayuda a liberar energ¨ªa y relajarse.
Nuevas empresas con el 'boom'
Joe Garritano es el fundador de Steampunk Spinners. Vio el fil¨®n en octubre y empez¨® a fabricarlo por encargo. Las ventas, dice este asesor en publicidad convertido a empresario, se triplicaron desde final de enero. La mitad de sus clientes son adultos y la otra mitad ni?os. "La gente los quiere con su nombre grabado, formas especiales y metales raros¡±, explica, "tuve que patentar los dise?os". Cuenta que no da abasto, con pedidos que le llegan incluso de Espa?a y de pa¨ªses latinoamericanos.
GoSpinner empez¨® a vender los suyos el pasado mes de diciembre, con un solo modelo. El boca a boca fue tan r¨¢pido que introduce nuevos estilos cada semana. Pero como se?ala Garritano, hay una gran diferencia entre los modelos m¨¢s baratos y los que tienen un precio de unos 12 d¨®lares. La calidad, explica, es importante para la velocidad y tambi¨¦n para la durabilidad de los rodamientos. "Cuando se rompen los modelos de pl¨¢stico tienden a comprar despu¨¦s uno de metal", explica.
Los ni?os, como dice la madre de Edgar, "lo han tomando como un juego". Su uso empieza a crear controversia. La locura llega a tal extremo que los colegios en Nueva york est¨¢n empezando a prohibirlos, porque la situaci¨®n se est¨¢ yendo de las manos. La directora de un colegio p¨²blico en el Upper West Side explica que en lugar de ayudar a mejorar la concentraci¨®n se est¨¢ convirtiendo en una distracci¨®n para los estudiantes. En algunas escuelas de Minnesota, donde tiene su sede la empresa de Garritano, tambi¨¦n los han vetado.
¡°Los ni?os no est¨¢n usando los spinners con la intenci¨®n que fueron inventados¡±, opinan los profesores del centro de ense?anza primaria al que acude Quentin, en Manhattan. Al ser tan compactos, los pueden llevar en los bolsillos sin que los vean. Hay otros colegios que no van tan lejos y los permiten, aunque dejan la decisi¨®n final a los profesores, en base a las necesidades que tengan sus alumnos.
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