Revoluci¨®n silenciosa en TAP
La privatizaci¨®n de la aerol¨ªnea de bandera portuguesa le permite expandirse con 53 nuevos aviones
Por breve que sea el vuelo, TAP obsequia al pasajero con un detalle, aunque sea una palmerita de hojaldre. La l¨ªnea portuguesa de bandera lo ha pasado mal en los ¨²ltimos a?os por la falta de inversi¨®n, pero nunca se ahorr¨® ese gui?o al cliente. ¡°Nunca lo dejaremos de hacer, aunque se vuele en low cost; forma parte de nuestra identidad¡±. La promesa es de Fernando Pinto, que tiene autoridad para que ¡°nunca¡± tenga aut¨¦ntico valor. Este ingeniero brasile?o lleva desde octubre de 2000 como presidente ejecutivo de la compa?¨ªa, as¨ª que ha pasado por todo y eso es bastante. ¡°Ahora vivimos una gran transformaci¨®n¡±, anuncia.
TAP, sigla de Transportes A¨¦reos Portugueses, era 100% p¨²blica hasta noviembre de 2015. Un mes antes de dejar el poder, el Gobierno de centroderecha privatiz¨® el 66% de la empresa: un 5% para los empleados y el 61% para un consorcio formado por el empresario Humberto Pedrosa (que aprovech¨® las privatizaciones de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas para convertir su empresa en el mayor grupo de transportes de Portugal) y el norteamericano-brasile?o David Neeleman, fundador de compa?¨ªas a¨¦reas como JetBlue y Azul. Un mes despu¨¦s de la firma, el Gobierno cambi¨® de color y de ideas. TAP volver¨¢ a ser mayoritariamente p¨²blica dentro de una semanas: el Estado recuperar¨¢ el 50%, los empleados seguir¨¢n con el 5% y los socios privados se quedan con el 45%.
Las turbulencias no afectan al veterano presidente. ¡°TAP siempre ha sido una empresa muy independiente, que se ha gestionado al margen de las pol¨ªticas de los gobiernos y ¨¦stos tambi¨¦n han dejado que se gestionara de forma muy profesional. De hecho, yo trabajaba en la empresa privada [era presidente de Varig] cuando fui contratado por el Gobierno. En la nueva situaci¨®n, el Estado tendr¨¢ el 50% de los derechos de voto, pero no el 50% de los derechos econ¨®micos, por lo cual no perjudicar¨¢ al crecimiento. La gesti¨®n queda en manos privadas, por eso sigo aqu¨ª¡±.
Las reglas europeas proh¨ªben que el Estado pueda inyectar dinero en una empresa de titularidad p¨²blica, como en el caso de TAP. A esa regla se junt¨® la llegada de la troika (2011-2014) para rescatar financieramente al pa¨ªs. ¡°Ten¨ªamos grandes limitaciones para las inversiones. Todas las reestructuraciones se hac¨ªan con fondos propios, las dificultades eran enormes¡±, recuerda. ¡°No pod¨ªamos ni contratar ni subir salarios¡±.
¡°La privatizaci¨®n tuvo un impacto inmediato en la compa?¨ªa: se encargaron 53 nuevos aviones, algunos de largo recorrido, otros de medio, todos con un coste de operaci¨®n hasta un 25% inferior¡±. Este ingeniero brasile?o se extiende sobre las bondades de los Embraer E-190 o los ATR-72. No hay nada con alas y motor que no sepa, incluso sin motor. Es piloto privado, piloto de ultraligeros y de planeadores, fund¨® la primera f¨¢brica brasile?a de aviones ligeros y para su graduaci¨®n acad¨¦mica present¨® un prototipo del primer aerodeslizador hecho en Brasil.
¡°Si la compra de aviones fue el primer resultado de la privatizaci¨®n, el segundo fue la conversi¨®n de la subsidiaria Portug¨¢lia (PGA) en TAP Express, con nuevos aviones en sustituci¨®n de los Fokker que han permitido la creaci¨®n del puente a¨¦reo entre Lisboa y Oporto (un gran ¨¦xito) y m¨¢s rutas a Espa?a y al sur de Francia¡±.
En esta revoluci¨®n, TAP ya tiene conexi¨®n con 11 ciudades espa?olas, las ¨²ltimas Gran Canaria y Alicante. ¡°Somos la primera compa?¨ªa en el tr¨¢fico interno de la pen¨ªnsula ib¨¦rica. Espa?a es nuestro mercado natural y para nosotros tiene un gran potencial¡±. Los que m¨¢s vuelan con TAP son los portugueses (con 25% del total), seguido de los brasile?os (un 20%) y los espa?oles (10%). ¡°Hemos triplicado los clientes espa?oles¡±, se enorgullece Pinto. ¡°En el a?o 2000 ten¨ªamos 55 frecuencias semanales, ahora son 199¡±.
La privatizaci¨®n no lleg¨® solo con buenas noticias. ¡°La crisis econ¨®mica golpe¨® a Brasil y Angola, dos de nuestros principales mercados. De repente las ventas en Brasil cayeron un 25%; pero nuestros nuevos socios son muy agresivos y r¨¢pidos. Retiramos aviones de Brasil y aumentamos los vuelos a Estados Unidos. Pasamos de 10 frecuencias a 26, con Nueva York, Newark, Boston y Miami con una ocupaci¨®n cercana al 85%. Y en el primer trimestre del a?o crecimos en Brasil un 40%¡±.
Hist¨®ricamente, TAP ha sido un puente europeo entre Brasil y ?frica. Ofrece las mejores conexiones a Angola, Mozambique, Cabo Verde, S?o Tom¨¦ y Pr¨ªncipe, y ¡°ahora inauguramos Togo y Costa de Marfil¡±. En el caso de Brasil, gracias a su socio Neeleman, propietario de Azul, las conexiones en aquel pa¨ªs se han extendido a m¨¢s de cien ciudades. ¡°Somos la primera compa?¨ªa europea para los brasile?os¡±.
Programa estrella
TAP ha aprovechado este a?o de revoluci¨®n privada para atraer y fidelizar a su clientela y no solo con zumos y pasteles. En los vuelos de larga duraci¨®n con parada en Lisboa se da la opci¨®n de volar gratuitamente a otros lugares; la oferta se completa con descuentos en hoteles y restaurantes. Este programa, llamado Stopover (escala, en ingl¨¦s) fue calificado por la revista Traveler de Cond¨¦ Nast como el mejor del mundo¡°El pasado a?o se apuntaron al programa 35.000 viajeros, en este llegaremos a los 150.000 y en el pr¨®ximo esperamos 300.000¡±, se?ala Pinto.
Como otras compa?¨ªas de bandera, TAP se enfrenta a la agresividad comercial de las compa?¨ªas low cost. Pinto no renuncia al envite: ¡°La calidad ya la tenemos, pero no es suficiente; tambi¨¦n tenemos que competir en precio. Hemos reformado los aviones para ganar en habitabilidad y un tercio de los asientos est¨¢n reservados para tarifas low cost¡±.
Con dinero y aviones frescos, TAP prev¨¦ que 2017 sea un a?o hist¨®rico en su balance econ¨®mico (2016 fue el mejor en seis a?os) y de pasajeros, empujado por un mejor clima econ¨®mico y porque Portugal y su capital est¨¢n de moda. Sin embargo, el principal aeropuerto de Lisboa, en Portela de Sacav¨¦m, no da m¨¢s de s¨ª. ¡°Que se necesita un nuevo aeropuerto es algo que vengo oyendo desde que llegu¨¦¡±, recuerda el presidente ejecutivo. El plan de construir una nueva infraestructura en un antiguo campo de tiro militar en Alcochete, del otro lado del Tajo, fue una de las v¨ªctimas de los recortes obligados por Bruselas. Ahora, Pinto se conforma con arreglos m¨¢s modestos. ¡°La soluci¨®n est¨¢ en la base militar de Montijo, al otro lado del r¨ªo. Ya se podr¨ªa operar, pero dicen que no ocurrir¨¢ hasta 2022. Vamos a ver si se adelanta¡±.
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