Triumph: el valor de un icono brit¨¢nico
Grandes marcas de la industria motociclista del Reino Unido intentan recobrar el esplendor de anta?o
Steve McQueen huye de los alemanes al manillar de una Triumph 650 TT Special en La gran evasi¨®n. Todo un s¨ªmbolo de la hegemon¨ªa de la industria brit¨¢nica de la motocicleta en las d¨¦cadas siguientes a la II Guerra Mundial, del esplendor de empresas que nacieron con los albores del siglo XX y que marcaron toda una ¨¦poca hasta su extinci¨®n en los setenta. Sin embargo, el prestigio de esas marcas, su aportaci¨®n a la historia de la motocicleta, ha mantenido un valor a lo largo del tiempo que ha propiciado el resurgir de nombres como el de la propia Triumph.
Fue a finales del siglo XIX cuando compa?¨ªas brit¨¢nicas dedicadas principalmente a la producci¨®n de bicicletas deciden dar el salto a la motorizaci¨®n. Iniciaron as¨ª la fabricaci¨®n de este revolucionario veh¨ªculo marcas como Royal Enfield (1893), Villiers (1888), Triumph (1889), Norton (1902), Velocette (1904), AJS (1911), Matchless (1899) o Brough Superior (1919). Tras un t¨ªmido inicio, propio de un mercado a¨²n incipiente, la I Guerra Mundial supuso un impulso para muchas de ellas gracias a los pedidos del Gobierno con fines b¨¦licos.
Como tambi¨¦n ocurri¨® al otro lado del Atl¨¢ntico con Indian y, sobre todo, Harley-Davidson, la segunda contienda mundial result¨® ser para los brit¨¢nicos una fuente de ingresos necesaria para superar los efectos de la depresi¨®n de 1929, con suministros militares que llegaron a ser de 100.000 unidades en el caso de Norton. Un fuelle que le otorg¨® un vigor renovado a marcas que se dispon¨ªan a vivir su ¨¦poca dorada durante los a?os cincuenta y sesenta, con la eclosi¨®n de las motos cafe racers, m¨¢quinas de inspiraci¨®n deportiva preparadas que causaban furor entre los j¨®venes, incluyendo el fen¨®meno de la moda rocker.
Sin embargo, cierto inmovilismo de estas marcas tradicionales les impidi¨® estar preparadas ante una amenaza que se cern¨ªa sobre toda la industria europea de la moto: los fabricantes japoneses. Con ellos llegaron m¨¢quinas m¨¢s sofisticadas y potentes, lo que llev¨® a la desaparici¨®n durante los setenta de la mayor¨ªa de las empresas del sector en Reino Unido. Expulsadas de un mercado en el que no pod¨ªan competir (pese a las ayudas p¨²blicas e intentos gubernamentales para su salvaci¨®n), no fue hasta ya bien entrados los ochenta cuando comienzan a identificarse ciertos movimientos de reactivaci¨®n de algunas de estas marcas. El m¨¢s consistente de todos ellos ha sido la recuperaci¨®n de Triumph de la mano de John Bloor, un promotor inmobiliario que fue capaz de convertirla en la segunda empresa europea del sector, s¨®lo por detr¨¢s del gigante BMW y por delante de otro mito como es la italiana Ducati.
No fue el ¨²nico intento en este sentido, aunque s¨ª el ¨²nico realmente consistente hoy d¨ªa. El valor de nombres legendarios tiene calado entre una generaci¨®n de usuarios que creci¨® o conoci¨® estas motocicletas excepcionales, una nostalgia que ha impulsado la tendencia al alza de productos de inspiraci¨®n cl¨¢sica. Dejando al margen Royal Enfield (que se convirti¨® en una empresa india), los dem¨¢s proyectos son t¨ªmidos y en muchos casos simb¨®licos, aunque evidencian que el poso que dejaron en esta industria sigue disfrutando de un potencial exprimible tarde o temprano.
Exigencias del mercado
Fabricar en serie, sin embargo, no es tarea sencilla con las exigencias actuales del mercado. Es por ello que la gran parte de los intentos apuntan a empresas de car¨¢cter artesanal, con tiradas muy reducidas y que se van adaptando a la demanda de la clientela, sin asumir m¨¢s riesgos financieros de los imprescindibles. Stuart Garner, propietario actual de Norton, propone una gama de cinco modelos de inspiraci¨®n retro cuya producci¨®n no termina de concretarse, algo que espera que pueda lograr con nuevas ayudas del Gobierno brit¨¢nico. Mientras tanto, basa su supervivencia econ¨®mica en una l¨ªnea de ropa con el sello de la marca y realizada en colaboraci¨®n con Pepe Jeans.
En el caso de AJS, su nuevo propietario, Nick Brown, decidi¨® aprovechar el peso de la marca para fabricar esc¨²teres y motos de peque?a cilindrada en China; Matchless se ha centrado tambi¨¦n en una l¨ªnea de moda bajo la tutela del italiano Franco Malenotti, el hombre que ya resucit¨® ?Belstaff; Brough Superior quiso, sin ¨¦xito, lanzar en 2013 una moto r¨¦plica de la utilizada por Lawrence de Arabia. Artesanal tambi¨¦n es la fabricaci¨®n de las Hesketh, el proyecto de un millonario que intenta desde 1982 dar sentido a una marca de motos igualmente minoritaria y con tres modelos en su cat¨¢logo.
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