¡°El petr¨®leo, el gas y el carb¨®n seguir¨¢n siendo importantes durante muchos a?os¡±
"Casi todos los aspectos de la ambici¨®n humana giran en torno a la energ¨ªa"
Fatih Birol (Ankara, 1958) fue nombrado en septiembre de 2015 director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE), en la que llevaba trabajando 20 a?os. Es uno de los pocos casos de promoci¨®n interna dentro de la organizaci¨®n, que con su nombramiento trataba de dar respuesta a los giros necesarios en la energ¨ªa mundial. Antes fue secretario general de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP). Recientemente ha visitado Madrid, invitado por el Club Espa?ol de la Energ¨ªa.
Pregunta.? ?Cu¨¢les son los retos energ¨¦ticos que tiene el planeta?
Respuesta. Casi todos los aspectos de la ambici¨®n humana y pol¨ªtica ¨Cmejora del nivel de vida, crecimiento econ¨®mico sostenible, estabilidad geopol¨ªtica...¨C giran en torno a la energ¨ªa. Por lo tanto, el reto para el sector energ¨¦tico reside en c¨®mo proporcionar la energ¨ªa necesaria para cumplir estas aspiraciones al mismo tiempo. Las iniciativas para proporcionar acceso a la energ¨ªa para algunos de los pa¨ªses m¨¢s pobres podr¨ªan entrar en contradicci¨®n con los esfuerzos medioambientales. De igual modo, los esfuerzos para reforzar la seguridad energ¨¦tica podr¨ªan entrar en contradicci¨®n con las tensiones geopol¨ªticas.
¡°Los aspectos de la ambici¨®n humana y pol¨ªtica giran en torno a la energ¨ªa¡±
Por suerte, hay se?ales de que gobiernos e industria est¨¢n a la altura del reto. Grandes econom¨ªas emergentes como China e India se est¨¢n convirtiendo r¨¢pidamente en l¨ªderes de la transici¨®n energ¨¦tica, al tiempo que proporcionan acceso a la energ¨ªa a los cientos de millones de personas que todav¨ªa carecen de ¨¦l. El auge del gas natural licuado y la fuerte bajada de precios de la energ¨ªa solar fotovoltaica y de la energ¨ªa e¨®lica costera proporcionan a los pa¨ªses m¨¢s opciones para reforzar la seguridad energ¨¦tica. Por otra parte, las innovaciones y las inversiones del sector privado en tecnolog¨ªas como veh¨ªculos el¨¦ctricos, almacenamiento en bater¨ªas y aumento de la eficiencia en la industria, demuestran que la transici¨®n energ¨¦tica no tiene por qu¨¦ ser cara, y puede de hecho constituir una oportunidad econ¨®mica.
P.? ?El futuro es renovable?
R. En lo referente a la generaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica renovable, el futuro parece prometedor. La energ¨ªa e¨®lica y la energ¨ªa solar fotovoltaica son dos de las fuentes de electricidad que m¨¢s han crecido en el mundo desde 2010 gracias a pol¨ªticas que las favorecen y a una enorme reducci¨®n de costes de la tecnolog¨ªa. Con redes mejores, centrales el¨¦ctricas m¨¢s flexibles, almacenamiento y respuesta a la demanda, se integrar¨¢n proporciones cada vez m¨¢s amplias de energ¨ªa e¨®lica y solar de una manera segura y rentable. Pero este ¨¦xito no deber¨ªa cegarnos a la realidad: el petr¨®leo, el gas y el carb¨®n seguir¨¢n siendo importantes en el sector energ¨¦tico durante muchos a?os. El carb¨®n todav¨ªa proporciona en torno al 40% de la generaci¨®n mundial de energ¨ªa el¨¦ctrica. El sector naval, la aviaci¨®n y las petroqu¨ªmicas siguen dependiendo fuertemente del petr¨®leo. Y el gas natural ha demostrado que es un combustible de transici¨®n barato y relativamente limpio para la producci¨®n de energ¨ªa.
"La transici¨®n energ¨¦tica no tiene por qu¨¦ ser cara y puede constituir una oportunidad econ¨®mica"
Si bien hay perspectivas de establecer tecnolog¨ªas que sustituyan a los combustibles f¨®siles (o al menos mitiguen las emisiones), muchas distan de estar listas para los momentos de mayor consumo. La calefacci¨®n, por ejemplo, representa m¨¢s del 50% del consumo de energ¨ªa total en todo el mundo, pero sigue bas¨¢ndose en gran medida en los combustibles f¨®siles. La parte de renovables en la calefacci¨®n sigue siendo inferior al 10%, lo que representa un enorme potencial de crecimiento. De modo similar, los biocombustibles representan menos del 5% de la demanda mundial de combustible para el transporte. De modo que, s¨ª, el futuro es renovable. Pero hacer realidad ese futuro va a exigir inversi¨®n e innovaci¨®n en todos los sectores de la econom¨ªa ¨Cno solo en la generaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica¨C durante muchas d¨¦cadas.
P. ?Cree que hay que ser m¨¢s ambiciosos en los objetivos de reducci¨®n de CO2?
R. Una cosa es la ambici¨®n y otra los resultados. A pesar de los repetidos llamamientos a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas a efectuar ambiciosas reducciones de emisiones, las emisiones de CO2 relacionadas con la energ¨ªa llevan m¨¢s de un siglo aumentando de manera pertinaz, en consonancia con la creciente demanda de energ¨ªa y con el crecimiento econ¨®mico. Esta tendencia podr¨ªa estar finalmente llegando a su fin. Hemos observado que 2016 fue el tercer a?o seguido de estancamiento del aumento de las emisiones de CO2 relacionadas con la energ¨ªa, a pesar del fuerte crecimiento econ¨®mico mundial. La buena noticia es que gran parte de esto puede atribuirse a una aceleraci¨®n de la transici¨®n energ¨¦tica.
"La tecnolog¨ªa de coches el¨¦ctricos parecer¨ªa en pa?ales, pero hay indicios de que est¨¢n a punto de convertirse en norma"
El siguiente paso ser¨¢ pasar de un estancamiento a la reducci¨®n. Aqu¨ª es donde equiparar esfuerzo y ambiciones supone un verdadero reto. A pesar de todas las pol¨ªticas en vigor para desplegar fuentes de energ¨ªa bajas en emisiones de carbono (conforme a los compromisos asumidos por los pa¨ªses en el Acuerdo de Par¨ªs), las Perspectivas de la energ¨ªa en el mundo publicadas por la AIE siguen previendo un peque?o aumento anual de las emisiones de CO2 relacionadas con la energ¨ªa en las pr¨®ximas d¨¦cadas. Digo peque?o, pero incluso este peque?o aumento equivale a sustituir 40 grandes centrales t¨¦rmicas de carb¨®n por electricidad de emisiones cero, o sustituir m¨¢s de 50 millones de coches al a?o por veh¨ªculos el¨¦ctricos cargados mediante electricidad producida con emisiones cero de carbono. De modo que el reto para los pol¨ªticos y para el sector est¨¢ en ser mucho m¨¢s ambiciosos e innovadores en alcanzar los objetivos acordados.
P. ?Va despacio la implantaci¨®n del coche el¨¦ctrico?
"Espa?a puede plantearse aumentar sus esfuerzos para ahorrar energ¨ªa e incrementar el suministro de renovables de otras maneras"
R. Si comparamos el n¨²mero de veh¨ªculos el¨¦ctricos con el n¨²mero total de veh¨ªculos ¨Csolo una fracci¨®n porcentual¨C, la de los coches el¨¦ctricos parecer¨ªa una tecnolog¨ªa en pa?ales. Pero hay varios indicios de que los veh¨ªculos el¨¦ctricos est¨¢n a punto de convertirse en la norma. En 2016 se vendieron en todo el mundo 250.000 veh¨ªculos el¨¦ctricos, una cifra r¨¦cord que eleva el parque de veh¨ªculos el¨¦ctricos a m¨¢s de dos millones en circulaci¨®n. Particularmente impresionante es la cifra de China, donde se vendi¨® casi la mitad del total. Al mismo tiempo, el coste de las bater¨ªas se ha reducido a la cuarta parte desde 2008, y es muy probable que baje a¨²n m¨¢s, mientras que la densidad de las bater¨ªas sigue aumentando.
Parece solo cuesti¨®n de tiempo que los coches el¨¦ctricos alcancen la paridad de precios con los de motor de combusti¨®n interna. Y piense en el hecho de que, gracias a que son mucho m¨¢s eficientes, los coches el¨¦ctricos ofrecen costes de mantenimiento mucho m¨¢s bajos que otros veh¨ªculos convencionales comparables. Con la actual fiscalidad impuesta en Europa a la electricidad y a los combustibles f¨®siles, un viaje de 100 km costar¨ªa aproximadamente entre una cuarta o una quinta parte de lo que costar¨ªa con un coche de combustible convencional. Con este tipo de avance en eficiencia y costes, el aumento de los veh¨ªculos el¨¦ctricos no puede sino acelerarse.
P. ?Cambiar¨¢ el peso pol¨ªtico del mundo con las nuevas tecnolog¨ªas energ¨¦ticas?
R. No puedo hablar sobre geopol¨ªtica. Eso se lo dejo a los pol¨ªticos. Pero no cabe duda de que la aparici¨®n de tecnolog¨ªas de bajas emisiones de carbono ya est¨¢ cambiando el centro de gravedad del sector energ¨¦tico mundial. Cuando se cre¨® la AIE, hace m¨¢s de 40 a?os, el petr¨®leo era el ¨²nico combustible del crecimiento econ¨®mico para las econom¨ªas de Europa y Norteam¨¦rica. Actualmente, si bien el petr¨®leo sigue predominando, toda la gama de opciones de combustible ¨Cprincipalmente el gas natural y las renovables¨C proporciona a los pa¨ªses un men¨² m¨¢s amplio de opciones para alimentar su econom¨ªa. Piense en el reciente anuncio realizado por India de que en 2030 no se vender¨¢ en el pa¨ªs ning¨²n coche que funcione con di¨¦sel o gasolina.
Es un objetivo extremadamente ambicioso, pero podemos imaginar el tipo de cambio econ¨®mico que se producir¨¢ si logran hacerlo realidad. Por otro lado, en China se instalan dos turbinas e¨®licas cada hora, y esto no es un plan, est¨¢ ocurriendo ya. Otras muchas tecnolog¨ªas de bajas emisiones de carbono muestran similar potencial para aquellos pa¨ªses que est¨¢n dispuestos a aprovechar la oportunidad: la captura y el almacenamiento de carbono, los biocombustibles avanzados, y el almacenamiento de energ¨ªa a escala de empresa de servicio p¨²blico, por mencionar algunas. El siglo XX nos mostr¨® el ¨¦xito econ¨®mico que puede alcanzar un pa¨ªs si aprovecha una fuente o una tecnolog¨ªa energ¨¦tica, y no hay raz¨®n para suponer que no vayamos a contemplar historias similares en las pr¨®ximas d¨¦cadas.
P. ?Necesita Europa acelerar la uni¨®n energ¨¦tica?
R. La uni¨®n energ¨¦tica es una herramienta y una plataforma clave para que los pa¨ªses europeos avancen hacia una visi¨®n com¨²n, tanto en lo referente a la seguridad energ¨¦tica como a la sostenibilidad. Pero esto exige un compromiso pol¨ªtico con el crecimiento econ¨®mico, la transici¨®n energ¨¦tica y la seguridad energ¨¦tica. Se nos presenta una oportunidad ¨²nica para adoptar estos compromisos en diversas ¨¢reas fundamentales. En primer lugar, deber¨ªan acelerarse las mejoras en la eficiencia energ¨¦tica, porque esto conduce a una reducci¨®n rentable de las emisiones, crea oportunidades de inversiones en el lado de la demanda, de empleo derivado de la renovaci¨®n y de ofrecer productos m¨¢s eficientes. En segundo lugar, los mercados de la electricidad est¨¢n experimentando una importante transformaci¨®n, Europa tendr¨¢ que estar alerta, ya que su capacidad de generaci¨®n el¨¦ctrica nuclear y t¨¦rmica est¨¢ envejeciendo; se vislumbran riesgos de seguridad el¨¦ctrica, con rigidez de mercados en algunas regiones. En tercer lugar, Europa ha experimentado un descenso de la producci¨®n interna de gas natural mucho m¨¢s r¨¢pidamente de lo previsto. En respuesta, se han establecido nuevas normativas sobre seguridad gas¨ªstica y yo he felicitado a la UE y a la presidencia maltesa por tomar la iniciativa en el dise?o de pol¨ªticas firmes y por las medidas de preparaci¨®n para emergencias. Podr¨ªan ser un ejemplo para otros pa¨ªses. Sin embargo, la UE importa cada vez m¨¢s gas ruso y no ha sido capaz de aprovechar la flexibilidad y las ofertas de precios proporcionadas por la globalizaci¨®n del mercado de gas natural licuado.
Por lo tanto, las siguientes medidas ser¨ªan abolir todos los l¨ªmites a las importaciones y a las exportaciones de gas dentro de la UE y proporcionar exenciones para los flujos inversos en los principales puntos de interconexi¨®n. Esto ayudar¨¢ a construir los eslabones que faltan en la creaci¨®n de un mercado gas¨ªstico verdaderamente europeo. Por ¨²ltimo, al mismo tiempo que abordan los retos energ¨¦ticos y clim¨¢ticos, los pol¨ªticos europeos deben tener en cuenta el crecimiento econ¨®mico.
P.? ?Est¨¢ haciendo bien los deberes Espa?a?
R. Espa?a tiene un sistema el¨¦ctrico que est¨¢ bien diversificado. El pa¨ªs ha logrado importantes avances hacia una econom¨ªa con unas emisiones de carbono m¨¢s bajas, y es bien sabido su ¨¦xito a la hora de integrar las energ¨ªas renovables en la red el¨¦ctrica. Todos conocemos los problemas que han surgido a ra¨ªz de las reformas, como los recortes en las subvenciones a las energ¨ªas renovables, pero espero que Espa?a cumpla los objetivos, que reconozco son ambiciosos, que comparte con Europa. El ¨¦xito de la subasta de renovables reciente es una se?al muy positiva. Espa?a tambi¨¦n puede plantearse aumentar sus esfuerzos para ahorrar energ¨ªa y para incrementar el suministro de energ¨ªas renovables de otras maneras. Naturalmente, se puede aumentar el suministro de energ¨ªas renovables produciendo m¨¢s electricidad, pero tambi¨¦n utilizando m¨¢s renovables para la calefacci¨®n y para los combustibles del transporte. En el caso de la calefacci¨®n y del transporte, el mayor uso de las renovables tambi¨¦n ayudar¨ªa a Espa?a a cumplir sus objetivos en la reducci¨®n de las emisiones de gases de efecto invernadero en los sectores no incluidos en el R¨¦gimen de Comercio de Derechos de Emisi¨®n de la UE.
P. ?Necesita para ello mayores interconexiones para avanzar?
R. Las interconexiones contribuyen a aumentar el comercio de electricidad y a integrar proporciones mayores de energ¨ªa e¨®lica y solar. Pero, como hemos visto en Espa?a, la construcci¨®n de m¨¢s interconexiones puede resultar dif¨ªcil y llevar tiempo. Pero la situaci¨®n espa?ola hace que las interconexiones sean pr¨¢cticamente indispensables para la integraci¨®n de mercados. Adem¨¢s de la integraci¨®n de mercados, la necesidad de tener interconexiones para incluir las energ¨ªas renovables variables en la red el¨¦ctrica depende de la velocidad a la que se aumente la generaci¨®n de energ¨ªa e¨®lica y solar y de la proporci¨®n que tengan en el suministro de electricidad. De hecho, las interconexiones tampoco son la ¨²nica opci¨®n para que haya una mayor integraci¨®n de las energ¨ªas renovables. Otras opciones pueden ser unas redes el¨¦ctricas m¨¢s fuertes, un almacenamiento de la electricidad asequible y una respuesta de la demanda, que pueden ser muy rentables.
P. ?Cu¨¢nto va a durar el petr¨®leo?
R. Hablando claro, no se prev¨¦ que la demanda de petr¨®leo alcance su punto m¨¢ximo en breve. A pesar del auge de los veh¨ªculos el¨¦ctricos, una grata historia de ¨¦xito que ha ocupado muchos titulares, el petr¨®leo sigue predominando, no solo en el transporte de pasajeros, sino tambi¨¦n en el transporte mar¨ªtimo y a¨¦reo y en los productos petroqu¨ªmicos. Desde 2009, por ejemplo, el n¨²mero de pasajeros a¨¦reos ha aumentado un 50%. La fabricaci¨®n de bienes de consumo modernos ¨C todo, desde televisores hasta neveras y tambi¨¦n coches el¨¦ctricos ¨C hace en general que las cadenas de suministro se extiendan a lo largo de varios continentes, y todo se mueve con motores de combusti¨®n interna. En los pr¨®ximos a?os, el pl¨¢stico ser¨¢ otro importante impulsor del aumento de la demanda de petr¨®leo. El crecimiento de la demanda petroqu¨ªmica por s¨ª solo es mayor que la disminuci¨®n que esperamos que se produzca por la fabricaci¨®n de m¨¢s coches el¨¦ctricos. En conjunto, esto explica por qu¨¦ con las pol¨ªticas actuales todav¨ªa se prev¨¦ que el crecimiento de la demanda de petr¨®leo siga siendo importante en los pr¨®ximos a?os.
P. ?Y el carb¨®n?
R. Como es relativamente asequible y se puede conseguir con facilidad, el carb¨®n sigue siendo el principal combustible mundial para generar electricidad, para producir acero y para fabricar cemento, y proporciona casi el 30% de la energ¨ªa primaria mundial. Sin embargo, tambi¨¦n es responsable de casi la mitad de las emisiones de carbono relacionadas con la energ¨ªa, y es un importante generador de otros tipos de contaminaci¨®n. Debido a las consecuencias que tiene para la calidad del aire y las emisiones de carbono, el carb¨®n ha recibido muchas cr¨ªticas en los ¨²ltimos a?os, y da la impresi¨®n de que la historia del carb¨®n est¨¢ llegando a su fin. Por ejemplo, en EE UU, el consumo de carb¨®n sufri¨® su mayor descenso anual en 2015, debido a la competencia del gas natural barato, de las energ¨ªas renovables m¨¢s baratas ¨C en concreto la e¨®lica ¨C y de las normativas para reducir los contaminantes del aire que han provocado jubilaciones en las f¨¢bricas de carb¨®n. Pero la demanda de carb¨®n se est¨¢ trasladando a Asia, donde las econom¨ªas emergentes, en las que aumenta la poblaci¨®n, buscan fuentes de energ¨ªa asequibles y seguras para hacer que sus econom¨ªas funcionen.
En 2000, aproximadamente la mitad de la demanda de carb¨®n proced¨ªa de Europa y Norteam¨¦rica, mientras que Asia representaba menos de la mitad. En 2015, casi el 75% de la demanda de carb¨®n proced¨ªa de Asia, mientras que el consumo de carb¨®n en Europa y Norteam¨¦rica hab¨ªa disminuido dr¨¢sticamente y era inferior al 25%. Este cambio va a acelerarse en los pr¨®ximos a?os. Por tanto, a pesar de los titulares que anuncian que el final del carb¨®n est¨¢ cerca, simplemente es demasiado pronto para decir que este sea el final.
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