¡°Ser¨ªa un error garrafal negociar el TLC con prisas¡±
El primer Desayuno de Redacci¨®n de EL PA?S en M¨¦xico gira en torno a la renegociaci¨®n del tratado comercial con EE UU y Canad¨¢, las oportunidades que se abren para el pa¨ªs latinoamericano y las posibilidades de ¨¦xito frente a la Administraci¨®n Trump
A mediados de agosto echar¨¢n a andar unas negociaciones en las que M¨¦xico se juega el 80% de sus ventas al exterior y uno de sus principales motores de crecimiento. Las conversaciones para la modernizaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC) se desarrollar¨¢n a dos velocidades: al norte, Estados Unidos no tiene prisa por llegar a un acuerdo ¡°justo¡±, tal y como suele referirse Donald Trump al nuevo pacto que quiere lograr, y Canad¨¢, con un calendario electoral totalmente despejado, tiene todo el tiempo del mundo para acordar las nuevas bases que regir¨¢n el comercio en Norteam¨¦rica. Al sur, la situaci¨®n luce bien distinta: con unas elecciones federales en julio del a?o que viene, al Gobierno de Enrique Pe?a Nieto le urge a llegar a un acuerdo lo m¨¢s r¨¢pido posible. Antes, en todo caso, de que termine el a?o: en Los Pinos hay prisa.
En torno a los tiempos de las conversaciones del nuevo TLC, la oportunidad ¨Cy los riesgos¨C que supone para M¨¦xico y las posibilidades de ¨¦xito con un negociador tan imprevisible como Trump gir¨® el primer Desayuno de Redacci¨®n de EL PA?S en la Ciudad de M¨¦xico, un foro en el que el diario global tratar¨¢ a fondo diferentes tem¨¢ticas de actualidad en el pa¨ªs norteamericano. En su primera entrega, Salvador Behar, director general para Am¨¦rica del Norte de la Secretar¨ªa (Ministerio) de Econom¨ªa; Valeria Moy, profesora del Instituto Tecnol¨®gico Aut¨®nomo de M¨¦xico (ITAM) y m¨¢xima responsable de M¨¦xico, ?c¨®mo vamos?; Enrique Dussel, profesor de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM); Luis Miguel Gonz¨¢lez, director de El Economista y Arie Ellstein, director senior de la consultora de comunicaci¨®n Llorente y Cuenca, debatieron a fondo sobre un asunto que monopolizar¨¢ ¨Csi no lo ha hecho ya¨C la agenda pol¨ªtica, econ¨®mica y social mexicana durante los pr¨®ximos meses.
As¨ª lo ven los expertos
Valeria Moy: "La probabilidad de que la negociaci¨®n termine bien es alta y ha crecido en los ¨²ltimos meses. Me da la impresi¨®n de que veremos cambios en las reglas de origen que tambi¨¦n van a beneficiar a M¨¦xico. Hay que aprovechar esta oportunidad para mejorar nuestras aduanas, que funcionan fatal. Hay una posibilidad de que algo terrible suceda, pero las cartas est¨¢n echadas hacia un buen acuerdo".
Erie Ellstein: "Soy optimista, pero creo que es importante no desarrollar el proceso de forma apurada, que los tiempos pol¨ªticos no sean los que lo definan. Creo que puede tomar m¨¢s tiempo de lo que imaginamos en un principio. Me ha sorprendido positivamente c¨®mo se ha reaccionado colectivamente en M¨¦xico: habr¨ªa esperado un nacionalismo exacerbado y ¨Chasta hoy¨C no lo he visto".
Enrique Dussel: "Estoy preocupado por el desarrollo de la negociaci¨®n. Creo que el ¨¦xito o fracaso est¨¢ en un 50%-50%, sobre todo por la debilidad institucional de M¨¦xico. El grupo de negociadores y asesores del lado mexicano est¨¢ tremendamente ideologizado. La estrategia es muy d¨¦bil".
Luis Miguel Gonz¨¢lez: "En enero ¨¦ramos muy pesimistas, hasta fatalistas. Y ahora estamos siendo demasiado optimistas. Creo que se va a imponer el pragmatismo y eso me hace inclinarme ligeramente hacia el optimismo. Uno de los enigmas es por qu¨¦ M¨¦xico no le toma la palabra a EE UU con el tema de la necesidad de que los salarios en M¨¦xico suban. Es un asunto urgente. Temo que una potencial ruptura del tratado sea el primer paso hacia un mayor proteccionismo. Esa es mi mayor preocupaci¨®n".
Salvador Behar: "Los inversores que quieren apostar por M¨¦xico ya han aprendido a decirle a Trump 'a la vez voy a aumentar el empleo en EE UU'. El tema de las reglas de origen est¨¢ en la mesa de negociaci¨®n, pero hay que tener cuidado con esto por el da?o que le puede hacer a la competitividad regional. De lo que se trata en la modernizaci¨®n es de adaptar el tratado a una nueva realidad econ¨®mica global".
¡°Ser¨ªa un error garrafal negociar con prisas¡±, destaca Valeria Moy. ¡°Es na¨ªf pensar que se puede terminar exitosamente la negociaci¨®n en diciembre: en los noventa, cuando las tres partes quer¨ªamos jugar el juego, se tardaron a?os en llegar a un acuerdo. Hoy vas a negociar con alguien que no quiere jugar el juego y pretendes cerrarlo en cuatro meses¡±. La intenci¨®n del Ejecutivo mexicano, expresada semanas atr¨¢s por el propio titular de Econom¨ªa, Ildefonso Guajardo, en entrevista con este peri¨®dico es culminar las conversaciones antes de que termine 2017 para evitar que contamine el proceso electoral del a?o que viene. Pero ser¨¢ dif¨ªcil cumplir esa meta.
¡°El calendario electoral da ventaja a EE UU; juega a su favor¡±, resume Arie Ellstein. ¡°Puede ser un caldo de cultivo peligroso, porque a ellos no les corren las prisas que s¨ª nos corren a nosotros¡±. La nueva Administraci¨®n estadounidense, aunque ¨¢vida por lograr una victoria pol¨ªtica que poder vender a su electorado, no tendr¨¢ la necesidad imperiosa de meterle una velocidad m¨¢s a las negociaciones. Todo lo contrario que su contraparte mexicana. ¡°Trump va a estar como pez en el agua si la renegociaci¨®n se alarga durante todo 2018¡±, sostiene Enrique Dussel. ¡°Si se extiende, vas a tener dos equipos negociadores: los legisladores que est¨¢n esta legislatura y los de la que arranca en septiembre del a?o que viene¡±, a?ade Ellstein. ¡°Es una inc¨®gnita qui¨¦n va a tener mayor¨ªa en el Senado¡±.
Todo es nuevo en el tablero negociador con EE UU. Los especialistas en comercio internacional atisban tres precedentes en los que dar con pistas de por d¨®nde pueden discurrir las conversaciones: la negociaci¨®n del TLC actual, que culmin¨® en 1994; la del Tratado Transpac¨ªfico (TPP) y la m¨¢s reciente del az¨²car. Pero, por motivos distintos, todos quedan invalidados. La primera se desarroll¨® bajo Administraciones estadounidenses (las de Bush padre y Bill Clinton) favorables al libre comercio. La segunda descarril¨® por decisi¨®n del propio Trump cuando ya estaba todo acordado. Y la tercera, ya con Trump en la presidencia, se circunscribe a un ¨¢mbito tan reducido que es imposible hacer extrapolaciones generales.
¡°Hemos tenido que ajustarnos y entender c¨®mo operar con la nueva Administraci¨®n estadounidense¡±, reconoce Salvador Behar. En la evoluci¨®n de los mercados est¨¢, a su juicio, una de las claves de este proceso de adaptaci¨®n: a principios de a?o, seg¨²n sus c¨¢lculos, cada tuit incendiario de Trump costaba a M¨¦xico 1.000 millones de d¨®lares en inversiones. ¡°Pero el mercado aprendi¨® la lecci¨®n, y la Bolsa y el peso ya no se hunden por una declaraci¨®n¡±. ¡°Sus tuits han pasado a tener rendimiento marginal decreciente¡±, a?ade entre risas Valeria Moy, del ITAM.
El director general para Am¨¦rica del Norte, parte importante del equipo negociador mexicano, se muestra optimista sobre el resultado de las conversaciones, pero no se atreve a descartar un giro radical de Washington que acabe por convertir el tratado en papel mojado ¨C¡°ser¨ªa un error, pero est¨¢n en su derecho de acabar con el TLC¡±, apostilla¨C. E insiste en la necesidad de apostar por la diversificaci¨®n comercial, monotema a principios de a?o pero que ha ido perdiendo fuerza a medida que la incertidumbre sobre las negociaciones deca¨ªa. ¡°Seguimos mirando hacia Europa, hacia Asia y hacia Am¨¦rica Latina. Y en el caso del TPP, hay que ver qu¨¦ se puede preservar. M¨¦xico no ha pedido la renegociaci¨®n, pero ha fijado una postura muy clara desde febrero con los temas que no pueden estar sujetos a negociaci¨®n, como los aranceles¡±, agrega.
En los centros de poder ha calado con fuerza la importancia del TLC para el futuro econ¨®mico de M¨¦xico. No es para menos: la dependencia comercial y de inversiones con EE UU roza lo suicida, cualquier rasgu?o en el comercio bilateral amenaza con destruir miles de empleos y, pese a ser el pa¨ªs del mundo con m¨¢s tratados de libre comercio firmados, corre el riesgo de quedarse aislado en t¨¦rminos comerciales. Pocas fuerzas pol¨ªticas levantan la voz airadamente contra el tratado, como s¨ª ocurr¨ªa dos d¨¦cadas atr¨¢s. ¡°Pero no hemos hecho el ejercicio de pensar en qu¨¦ puntos el tratado no ha funcionado¡±, subraya el director de El Economista, Luis Miguel Gonz¨¢lez. ¡°Lejos de ayudar a cerrar el problema de la desigualdad, por ejemplo, lo ha agrandado. Hay que pensar que el TLC no es solo un tema comercial, sino parte de un proyecto de pa¨ªs, de un rompecabezas mayor¡±.
El tratado norteamericano, negociado en un momento en el que el libre comercio era una m¨¢xima irrenunciable en Occidente, no contempla ning¨²n fondo compensatorio para los perdedores. ¡°Es una de las grandes ausencias¡±, reflexiona Gonz¨¢lez. ¡°Su visi¨®n era muy tecnocr¨¢tica: se pensaba que el mercado lo solucionar¨ªa todo y ahora sabemos que no es as¨ª. Hay que crear ciertos amortiguadores y mecanismos de compensaci¨®n para los perdedores¡±, apunta. ¡°Se puede estar a favor del tratado y querer que cambie, y esa es una parte que ha faltado en M¨¦xico. Es como si fu¨¦ramos los m¨¢s leales al club. Con el TLC padecemos la enfermedad del pensamiento ¨²nico¡±.
?Se ha sobrevalorado la incidencia del acuerdo? ¡°S¨ª, dram¨¢ticamente¡±, responde Dussel sin titubear. ¡°Parece que, o sale adelante la renegociaci¨®n o es la hecatombe. Y tampoco es as¨ª. Se dice que, gracias al tratado, M¨¦xico exporta siete veces m¨¢s en 2016 que en 1994. Y yo me pregunto: ?es por el TLC o por la globalizaci¨®n? Sin un tratado de libre comercio, las exportaciones mexicanas a China se han multiplicado por 12.000 en ese mismo periodo¡±, agrega. ¡°Hay que diferenciar entre lo que aport¨® el TLC y lo que aportaron otros factores. No todo es TLC y no hemos analizado detalladamente su efecto real¡±, remarcael profesor de la UNAM, experto, en la relaci¨®n M¨¦xico-China. ¡°Por ejemplo, la brecha de PIB per c¨¢pita entre EE UU y M¨¦xico ha aumentado desde 1994¡±.
Sea como fuere, la geograf¨ªa econ¨®mica de M¨¦xico ha cambiado casi por completo en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Es un pa¨ªs radicalmente distinto: el norte y el centro ¨Cmuy conectados al comercio¨C se han beneficiado de un impulso econ¨®mico sin precedentes, han recibido una fuerte inversi¨®n en infraestructuras y sus niveles de productividad no tienen nada que envidiar al de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo. Pero el sur ha quedado atr¨¢s. ¡°Est¨¢ dejado de la mano de Dios, con t¨¦cnicas agr¨ªcolas de hace dos siglos¡±, apostilla Moy. ¡°Y esa brecha regional es peligros¨ªsima; m¨¢s a¨²n de cara a las tendencias pol¨ªticas recientes¡±, zanja Ellstein. Lograr un buen acuerdo con EE UU y Canad¨¢ y suturar esa herida son las dos prioridades de M¨¦xico en los pr¨®ximos tiempos. Nada menos que su estabilidad econ¨®mica y social est¨¢ en juego.
Cr¨ªticas a la ausencia de una narrativa
Si algo inquieta a los acad¨¦micos y expertos reunidos en el primer Desayuno de Redacci¨®n de EL PA?S en M¨¦xico es la ausencia de un relato mexicano sobre la renegociaci¨®n del TLC. ¡°El Gobierno ha optado por el sigilo. Me preocupa que no hayamos construido nuestra propia versi¨®n de por qu¨¦ y c¨®mo queremos que se modernice el tratado¡±, apunta el director de El Economista, Luis Miguel Gonz¨¢lez. ¡°El acuerdo comercial m¨¢s importante para M¨¦xico no ha tenido una evaluaci¨®n p¨²blica. Se ha excluido esa posibilidad¡±, agrega Enrique Dussel, profesor de Econom¨ªa de la UNAM. ¡°Somos el ¨²nico de los tres pa¨ªses que ha querido mantener las negociaciones de una forma cerrada¡±, critica Arie Ellstein, de Llorente y Cuenca.
M¨¢s moderada se mostr¨® Valeria Moy, docente en el ITAM y jefa de M¨¦xico, ?c¨®mo vamos?, quien carg¨® contra el modelo de comunicaci¨®n que est¨¢ siguiendo el Ejecutivo mexicano en esta materia ¨C¡°creo que la opini¨®n p¨²blica, m¨¢s all¨¢ de los comunicados, cree que no se est¨¢ haciendo nada¡±¨C pero valor¨® el trabajo de fondo. ¡°No tengo dudas de que est¨¢n en ello, pero hay que tener m¨¢s cuidado con la comunicaci¨®n¡±.
El director general para Am¨¦rica del Norte de la Secretar¨ªa de Econom¨ªa mexicana, Salvador Behar, defendi¨®, por su parte, la labor del Ejecutivo al que pertenece. ¡°Que M¨¦xico no haya llevado a cabo un gran foro de consulta no quiere decir que no nos hayamos acercado a todos los sectores productivos: el campo, el sector automotriz, el sector zapatero¡ Hemos mantenido a la poblaci¨®n bien informada sobre los pasos que se han ido dando¡±.
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