¡°Hay que subir el salario m¨ªnimo en M¨¦xico; no tendr¨¢ impacto sobre la inflaci¨®n¡±
El jefe de la patronal mexicana aboga por abandonar la pol¨ªtica de contenci¨®n salarial: "Es inaplazable cambiar de paradigma"
Es raro escuchar a un representante de los empresarios posicionarse n¨ªtidamente a favor de una mejora salarial. Pero el jefe de la patronal mexicana Coparmex, Gustavo de Hoyos (Monterrey, 1966), lo hace sin fisuras. Lo defendi¨® la semana pasada, en la reuni¨®n de la Comisi¨®n de Salarios M¨ªnimos en la que se aline¨® con las exigencias de un centenar de organizaciones sociales y acad¨¦micos. Y lo vuelve a reiterar en conversaci¨®n con EL PA?S: a corto plazo, exige que la retribuci¨®n m¨ªnima en M¨¦xico pase de 80 a 92 pesos al d¨ªa para acercarse lo m¨¢s posible al umbral de pobreza. A largo, la organizaci¨®n empresarial ¡ªque representa a 36.000 empresas de todos los gremios de M¨¦xico que suman la tercera parte del PIB y casi cinco millones de empleados¡ª busca que el suelo salarial pase a ser de entre 162 y 194 pesos constantes en 2030, m¨¢s del doble del nivel actual. La subida, dice Hoyos, es un imperativo moral en M¨¦xico, donde tres millones de trabajadores perciben el salario m¨ªnimo: 500.000 en el sector formal y otros 2,5 millones en el informal.
Pregunta. ?Por qu¨¦ es necesario subir el salario m¨ªnimo en M¨¦xico?
Respuesta. Nuestro principio fundacional como organizaci¨®n empresarial es impulsar un sistema de econom¨ªa de mercado con responsabilidad social. Necesitamos una nueva cultura salarial; este pa¨ªs ha carecido de una pol¨ªtica de largo plazo. En las tres ¨²ltimas d¨¦cadas, M¨¦xico se ha ubicado en la parte m¨¢s baja de la tabla de salarios m¨ªnimos, no solo en comparaci¨®n con sociedades m¨¢s igualitarias como las europeas, sino respecto al resto de Latinoam¨¦rica. Hemos retrocedido. Y nuestro planteamiento b¨¢sico es que cualquier persona que trabaje en la formalidad tiene que ingresar lo suficiente para no ser pobre. La acci¨®n inicial que debemos tomar es alinear el salario m¨ªnimo general con la l¨ªnea del bienestar, el ingreso m¨ªnimo para no estar en condici¨®n de pobreza.
P. En la mayor¨ªa de pa¨ªses del mundo, los empresarios suelen ser el mayor escollo a la hora de subir salarios. En M¨¦xico, al menos en este momento, no es as¨ª. ?Por qu¨¦?
R. Tenemos la convicci¨®n de que la econom¨ªa debe generar bienestar para todos, no solo para nosotros los empresarios. Nos interesa que M¨¦xico tenga una visi¨®n de pa¨ªs. Y para mejorar en el mediano y largo plazo, hay decisiones ¡ªcomo el aumento del salario m¨ªnimo¡ª que se tienen que tomar.
P. ?Hay un alineamiento general de todos los empresarios en esa direcci¨®n?
R. Estamos en un proceso de construcci¨®n de consensos. Lo que puedo asegurar, sin duda, es que todas las grandes organizaciones empresariales de M¨¦xico creemos que hay que avanzar en el fortalecimiento del salario m¨ªnimo mucho m¨¢s r¨¢pido de lo que lo hemos hecho en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Y tambi¨¦n hay coincidencia de que los primeros pasos deben darse este a?o. Estamos discutiendo el ritmo, pero creo que habr¨¢ un consenso importante en los dos o tres meses pr¨®ximos. Nos gustar¨ªa que fuera lo antes posible.
P. ?En qu¨¦ puntos hay discrepancias?
R. En diciembre, cuando la Conasami decidi¨® subir el salario m¨ªnimo, la discusi¨®n gravit¨® sobre tres temas: si iba a generar inflaci¨®n, si podr¨ªa llevar¨ªa a muchas microempresas a la informalidad por no poder pagar los nuevos salarios y si generar¨ªa distorsi¨®n en las negociaciones colectivas. Hoy tenemos datos contundentes, y la evidencia es inequ¨ªvoca en el sentido de que ninguno de esos tres temores se han cumplido: el aumento de la inflaci¨®n ha venido determinado por el tipo de cambio y la liberalizaci¨®n de los precios energ¨¦ticos; la tasa de formalidad ha aumentado y no ha habido distorsi¨®n en las negociaciones colectivas. Se dan las condiciones para dar otro paso y llevar los salarios hasta los 92 pesos.
P. La subida de precios, de todas formas, sigue siendo el factor que m¨¢s pesa entre los que est¨¢n en contra.
R. S¨ª. En M¨¦xico tenemos el s¨ªndrome de la inflaci¨®n: nos cost¨® mucho trabajo abatir niveles de tres d¨ªgitos y eso ha afectado a los salarios. El recuerdo de esos momentos dif¨ªciles genera resistencias en algunos economistas y en parte del sector p¨²blico. Y esos an¨¢lisis son muy tenidos en cuenta en la Conasami. Pero los datos son claros y categ¨®ricos: se puede aumentar el salario m¨ªnimo sin que afecte a la inflaci¨®n. Es inofensivo.
P. ?No hay riesgo de perder competitividad?
R. No. Afortunadamente, desde hace m¨¢s de una d¨¦cada la econom¨ªa mexicana se ha ido moviendo hacia sectores de mayor valor agregado. De hecho, con los niveles salariales actuales, M¨¦xico no es competitivo en ¨¢reas en las que la competencia est¨¢ basada en salarios muy bajos.
P. ?Por qu¨¦, entonces, la Comisi¨®n de Salarios M¨ªnimos no acepta las propuestas de subida del salario m¨ªnimo?
R. En la reuni¨®n de la semana pasada llevamos la propuesta t¨¦cnica a la mesa, pero dada la trascendencia de la medida no fue posible alcanzar un consenso. De todas formas, no me cabe ninguna duda de que en la reuni¨®n del pr¨®ximo 27 de julio el tema se volver¨¢ a analizar. Tenemos que resolverlo cuanto antes.
P. ?Qu¨¦ probabilidad ve de que ese 27 de julio finalmente se d¨¦ luz verde?
R. No tengo ninguna duda de que antes de septiembre el asunto estar¨¢ resuelto. Ojal¨¢ fuera ahora, pero de lo que estoy seguro a un 90% es de que habr¨¢ acuerdo para, como mucho, antes de que empiece el cuarto trimestre. El consenso todav¨ªa no est¨¢ construido al 100%, pero hay grandes coincidencias en lo esencial. Es importante hacerlo ya para desvincularlo de la revisi¨®n de todos los salarios, que se dar¨¢ a final de a?o.
P. Ud. ha subrayado la necesidad de que el alza del salario m¨ªnimo se concrete antes de que empiecen las negociaciones para la modernizaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC). ?Por qu¨¦?
R. El tema laboral estar¨¢ presente en la renegociaci¨®n. Y creo que ser¨ªa muy positivo llegar a la mesa con este tema resuelto como pa¨ªs. En un momento en el que algunas voces del Gobierno estadounidense dicen que M¨¦xico ejerce competencia desleal inspirada en temas salariales, no habr¨ªa mejor argumento que llevar a la mesa de negociaci¨®n el mayor incremento del salario m¨ªnimo de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
P. ?Tiene raz¨®n, en este punto, la Administraci¨®n Trump?
R. Tenemos un gran reto como pa¨ªs para mejorar en el rubro salarial, pero me parecer¨ªa injusto establecer una comparaci¨®n directa entre los niveles de remuneraci¨®n de nuestros socios comerciales del TLC. Son realidades completamente distintas.
P. Mantener la pol¨ªtica de contenci¨®n salarial es, adem¨¢s, incompatible con el fortalecimiento del mercado interno en el que tanto se ha insistido en los ¨²ltimos meses.
R. Desde luego que s¨ª. Mientras no logremos que el ingreso medio de la poblaci¨®n mejore, dif¨ªcilmente y por m¨¢s que haya cr¨¦dito disponible a tasas razonables, dif¨ªcilmente podr¨¢n comprometerse a adquirir una vivienda un autom¨®vil o un electrodom¨¦stico.
P. Esta petici¨®n de aumento de los salarios m¨ªnimos es un volantazo respecto a la pol¨ªtica econ¨®mica de los ¨²ltimos a?os, que ha descansado en la contenci¨®n salarial. ?Cree que ha sido positiva?
R. En un escenario de dificultad econ¨®mica tuvo una raz¨®n de ser y ayud¨® a sanar las presiones inflacionarias. Pero hoy los fundamentales de la econom¨ªa mexicana son otros y no est¨¢ bien que M¨¦xico est¨¦ muy por debajo del resto de Am¨¦rica Latina. Ya no tiene lugar la pol¨ªtica de contenci¨®n salarial. Es el momento de cambiar de paradigma; es inaplazable.
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