C¨®mo ser productivo tambi¨¦n en verano
Las empresas deben organizar muy bien el trabajo para evitar los efectos del par¨®n estival
Una encuesta realizada por la comunidad laboral Trabajando.com ¨C Universia en agosto de 2016, se?al¨® que el 39% de los espa?oles disfruta de flexibilidad horaria en el trabajo durante los meses de verano, y de ellos, el 45% goza de jornada intensiva. Son algunas de las estrategias que numerosas empresas despliegan durante el periodo estival con un claro objetivo: evitar que la productividad de sus plantillas descienda al mismo ritmo que aumentan las temperaturas.
La compa?¨ªa norteamericana Captivate Network hizo un estudio que mostr¨® que la productividad desciende hasta en un 20% durante el verano. "Cuando llega julio arrastramos ya un agotamiento acumulado considerable, tanto f¨ªsico como mental. Las situaciones complejas que antes afront¨¢bamos ahora nos parecen un mundo y nos cuesta m¨¢s gestionarlas con una actitud positiva y el 100% de nuestra energ¨ªa", se?ala Susana P¨¦rez de Vries, experta en desarrollo de talento. El calor, a?ade Tom¨¢s Santoro, consejero delegado de SumaCRM, tampoco ayuda. "Las altas temperaturas no s¨®lo afectan a nuestro cuerpo, sino tambi¨¦n a nuestro estado de ¨¢nimo. Las dificultades para dormir por las noches incrementan los niveles de estr¨¦s, nos restan concentraci¨®n y nos vuelven m¨¢s irritables, agresivos e inquietos".
Una de las medidas m¨¢s extendidas para evitar el "efecto verano" es la adopci¨®n del horario intensivo, que comprime toda la jornada laboral entre la ma?ana y las primeras horas de la tarde. "Al producirse una mayor concentraci¨®n de tareas en un menor periodo, los empleados gestionan su tiempo con mayor eficacia y son m¨¢s productivos", resume Alberto Gavil¨¢n, responsable de Recursos Humanos de Adecco. Adem¨¢s, a?ade Yolanda Portol¨¦s, socia de Triat ¡ªoutplacement individualizado¡ª, no tener que trabajar por la tarde tambi¨¦n redunda de forma positiva en la satisfacci¨®n y compromiso de la plantilla. "Los empleados valoran y agradecen ese tiempo que ganan para disfrutar de otras actividades fuera del trabajo que no pueden hacer durante el resto del a?o", argumenta.
Aunque, recuerda Alfredo Rodr¨ªguez, director de Desarrollo y Productividad de Eurocen, cualquier cambio en los h¨¢bitos y rutinas requiere un periodo de adaptaci¨®n. "A algunas personas les puede parecer que est¨¢n desatendiendo sus obligaciones por salir antes. Pero la productividad no depende de la cantidad de horas que trabajemos, sino de su calidad". Este especialista aconseja afrontar el horario de verano con una adecuada priorizaci¨®n de las tareas, "prestando menos atenci¨®n a aquellas que no aportan valor pero consumen m¨¢s tiempo".
Siete consejos
1. Jornada intensiva. Una jornada reducida permite dedicar el resto del d¨ªa a actividades personales, familiares y de ocio. Lo que facilita la desconexi¨®n y disminuye el estr¨¦s.
2. Lo importante va primero. Antes de revisar el correo o leer las noticias, complete la tarea m¨¢s importante de la jornada. Est¨¢ comprobado que el progreso motiva.
3. Adapte su agenda. Cuando necesite la ayuda o implicaci¨®n de alguien para avanzar en un proyecto o tarea, marque en su calendario uno o dos d¨ªas de margen de respuesta por si esa persona no est¨¢ disponible en esa fecha.
4. Establezca una lista de prioridades y evite procrastinar. Lo que anote en la parte inferior debe ser siempre lo menos importante.
5. Haga una lista con las tareas "robatiempo". Revisar nuestro tel¨¦fono o correo electr¨®nico hasta 150 veces al d¨ªa supone mucho tiempo desperdiciado.
6. Organice su lugar de trabajo. El verano es una oportunidad para clasificar los papeles que inundan el escritorio, limpiar la bandeja de entrada del correo electr¨®nico o los documentos almacenados en el servidor.
7. Haga planes con sus compa?eros. Una ca?a o unas tapas el viernes puede ser exactamente lo que el equipo necesite para desconectar, aportar una motivaci¨®n extra para acabar la semana y afrontar la siguiente con energ¨ªa.
Cuesti¨®n de equilibrio
Para ?scar Mass¨®, experto en marketing y estrategias digitales, la bajada de la productividad durante el periodo veraniego es m¨¢s un problema organizacional que de actitud de los trabajadores. "Se abren los turnos de vacaciones, es m¨¢s dif¨ªcil coincidir con gente en proyectos, coordinar proveedores... En el abec¨¦ de la gesti¨®n empresarial est¨¢ el evitar comenzar proyectos o iniciativas en julio o agosto", aconseja.
La proximidad de las vacaciones puede ser un factor desestabilizador. Muchos tendr¨¢n ya la cabeza en la playa aunque su cuerpo siga fichando por las ma?anas. P¨¦rez de Vries alerta de que las pocas energ¨ªas que queden se centrar¨¢n en cubrir lo b¨¢sico. "Tenemos menos motivaci¨®n para enfrentarnos a nuevos retos, por lo que la tendencia ser¨¢ postergar todo lo que suponga iniciar nuevos proyectos hasta la vuelta de verano".
Otros, en cambio, viven la inminencia del inicio del descanso como una fren¨¦tica cuenta atr¨¢s en la que se intenta liquidar todos los asuntos pendientes. Como si no hubiera un ma?ana. "Apretamos para cerrar presupuestos, dejar entregada la memoria... La idea es empezar la nueva temporada en septiembre con el marcador a cero... Pero eso no es posible", advierte ?scar Mass¨®. De hecho, abunda Alfredo Rodr¨ªguez, esos atracones de actividad prevacacional pueden terminar siendo contraproducentes. "Si nos fijamos en la cantidad de tareas que se realizan, puede parecer que la productividad es muy alta, pero la calidad de esos trabajos tambi¨¦n ser¨¢ seguramente menor, con lo que a nuestro regreso podemos vernos desbordados por el volumen de asuntos que haya aclarar o solucionar".
Alberto Gavil¨¢n no cree que el verano sea un periodo peligroso para la productividad. "Es una ¨¦poca en la que hay menos interrupciones y puede ser aprovechada para actividades que habitualmente no podemos abordar", destaca. Es ese momento, postergado durante los meses previos, en el que es posible dedicarse a "planificar acciones para el resto del a?o, redise?ar procesos o actualizar herramientas".
En cualquier caso, bajar un poco el pist¨®n ser¨¢ casi inevitable. Porque "es dif¨ªcil mantener el mismo nivel de actividad durante todo el a?o", dice Yolanda Portol¨¦s. Eso s¨ª, la desconexi¨®n no puede ser total. Pasaron a la historia los tiempos en los que Espa?a se paralizaba completamente en agosto. "Hoy las empresas ya no se pueden permitir desaparecer en verano", sentencia Portol¨¦s. "Porque tambi¨¦n cuando apriete el calor sus clientes les van a exigir un buen nivel de calidad y atenci¨®n".
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