Espa?a, a la cola en esfuerzo contra la pobreza de los pa¨ªses desarrollados
Un nuevo indicador de la lucha contra la desigualdad penaliza a Espa?a por su mercado laboral y sistema fiscal
Varapalo para Espa?a de la mano de Oxfam Interm¨®n. El nuevo ¨ªndice con el que esta ONG quiere medir el compromiso de 152 pa¨ªses en la lucha contra las desigualdades deja al Gobierno de Mariano Rajoy en la parte baja de la clasificaci¨®n de los Estados ricos. De los 35 miembros de la OCDE, Espa?a aparece en el puesto 24, lastrada sobre todo por los problemas del mercado laboral ¡ªun bajo salario m¨ªnimo, por ejemplo¡ª y un insuficiente sistema tributario.
¡°Este es un momento decisivo para la historia de la humanidad. Los l¨ªderes mundiales se comprometen a acabar con la pobreza en todas sus formas¡±. Con estas solemnes palabras pronunciadas en septiembre de 2015, Ban Ki-moon, entonces secretario general de la ONU, present¨® los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se fijaban como primer objetivo acabar con la pobreza extrema en 2030. Dos a?os despu¨¦s, Oxfam Interm¨®n se ha propuesto evaluar el camino andado desde entonces.
Primeros y ¨²ltimos del ¡®ranking¡¯ mundial
Suecia, B¨¦lgica y Dinamarca ocupan los primeros puestos por su elevado gasto social y protecci¨®n laboral. Pero el informe tambi¨¦n critica pol¨ªticas de esos pa¨ªses, como la baja presi¨®n fiscal para las empresas en Suecia.
Nigeria, Bahr¨¦in y Myanmar son los ¨²ltimos, con gasto social m¨ªnimo, gran falta de protecci¨®n de derechos laborales y y un sistema fiscal que recae sobre los m¨¢s pobres.
La ONG ha elaborado un ¨ªndice que eval¨²a el esfuerzo de 152 pa¨ªses de todo el mundo por acabar con la brecha entre pobres y ricos. Esta clasificaci¨®n no solo deja a Espa?a en mal lugar. Los autores del informe, elaborado con la consultora especializada en desarrollo y pobreza Development Finance International (DFI), sostienen que tres cuartas partes de los Gobiernos del mundo hacen menos de la mitad de lo que est¨¢ en su mano para combatir la desigualdad.
¡°La baja puntuaci¨®n de Espa?a se explica sobre todo por su mercado laboral. Le penaliza mucho tener un salario m¨ªnimo bajo en relaci¨®n a su PIB per capita, que le sit¨²a en el puesto 98 de los 152 pa¨ªses. Y adem¨¢s est¨¢ combinado con altos niveles de desempleo. Tambi¨¦n sale mal parada en la protecci¨®n de los derechos laborales para las mujeres¡±, asegura en conversaci¨®n telef¨®nica ??igo Mac¨ªas, coordinador de Investigaci¨®n de Oxfam. Los autores del informe acusan tambi¨¦n a los gobernantes espa?oles de no impulsar una pol¨ªtica tributaria suficientemente progresiva; y de su incapacidad para recaudar los fondos necesarios para una inversi¨®n p¨²blica capaz de financiar pol¨ªticas sociales que estrechen la brecha social.
Este nuevo indicador no eval¨²a el ¨¦xito de las pol¨ªticas contra la pobreza, sino tan solo su puesta en marcha. Es por ello que pa¨ªses con grandes desigualdades sociales salen mejor parados que otros m¨¢s ricos. Y para analizar la efectividad de las pol¨ªticas contra la desigualdad, Oxfam Interm¨®n y DFI se fijan en tres criterios: el gasto en educaci¨®n, sanidad y pol¨ªtica social; en qu¨¦ medida la pol¨ªtica fiscal contribuye a la redistribuci¨®n de la renta; y c¨®mo los Gobiernos apoyan los derechos de los trabajadores mediante instrumentos como un salario m¨ªnimo o las bajas por maternidad y paternidad remuneradas.
Tendencia fiscal negativa
Nuevo ¨ªndice para evaluar la lucha contra la desigualdad
El nuevo instrumento con el que evaluar la lucha contra la desigualdad nace con la vocaci¨®n de ir perfeccion¨¢ndose. Este ¨ªndice ir¨¢ actualiz¨¢ndose cada a?o con la informaci¨®n que proporcionen m¨¢s de 2.000 indicadores con el objetivo de ofrecer una imagen cada vez m¨¢s ajustada de los esfuerzos ¡ªo la falta de ellos¡ª que hacen los pa¨ªses para reducir la brecha entre ricos y pobres. Pero los propios creadores de esta herramienta reconocen algunas de sus carencias.
¡°Lo hemos creado como reflejo de la necesidad de intervenir en el debate p¨²blico. El propio presidente Barack Obama alert¨® en uno de sus ¨²ltimos discursos de que con tanta desigualdad no puede haber democracia¡±, asegura ??igo Mac¨ªas, de Oxfam Interm¨®n. Pero ¨¦l mismo reconoce algunas debilidades del ¨ªndice que acaban de crear, como no penalizar lo suficiente a pa¨ªses que ejercen como para¨ªsos fiscales. O la dificultad de ir m¨¢s all¨¢ de lo que dicen las normas y palpar lo que realmente ocurre en las calles. ¡°Necesitamos m¨¢s fuentes de informaci¨®n para ir afinando en pr¨®ximas ediciones nuestros resultados¡±, concluye el coordinador de Investigaci¨®n de esta ONG.
De los 152 pa¨ªses analizados, gana Europa por goleada. Entre los diez primeros solo hay Estados del norte o del centro del Viejo Continente. Les siguen pa¨ªses como Jap¨®n, Australia y Canad¨¢, dejando a EE UU muy por debajo. Cierran la lista Gobiernos africanos como Nigeria, asi¨¢ticos como Bahr¨¦in y Myanmar, o europeos como Albania.
Los resultados en cada campo var¨ªan mucho de un lugar a otro. Hace tiempo que los l¨ªderes mundiales se han dado cuenta de la importancia del gasto social. Todos los pa¨ªses africanos se comprometieron en 2001 a aumentar su inversi¨®n en sanidad al 15%. Y en 2015, 160 Gobiernos mostraron su disposici¨®n a destinar a la educaci¨®n al menos el 20% de su presupuesto. Pero los resultados son desiguales. Europa punt¨²a bien en gasto social, clasificaci¨®n encabezada por Irlanda, Alemania, Finlandia, B¨¦lgica y Francia; pero no tanto en progresividad fiscal, donde gana Sud¨¢frica.
M¨¢s problem¨¢tica a¨²n resulta la lucha contra la desigualdad a trav¨¦s de una pol¨ªtica fiscal progresiva, en la que los que m¨¢s tienen m¨¢s contribuyan. El informe de Oxfam apunta como contraejemplo a un Estado miembro de la UE, Bulgaria, donde tanto el impuesto sobre la renta como el de sociedades es de un 10% lineal para todos, contribuyentes y empresas, independientemente de su riqueza. ¡°La tendencia es negativa, ya que muchos pa¨ªses se han embarcado en una carrera muy da?ina reduciendo las tasas impositivas, as¨ª como aumentando las desgravaciones¡±, se?ala el informe. Como ejemplo, los autores se?alan que en 1990 el gravamen medio del impuesto de sociedades en los pa¨ªses del G20 rondaba el 40%. 25 a?os m¨¢s tarde, este porcentaje hab¨ªa ca¨ªdo al 28,7%.
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