Modelos de sanidad
Muchos de los mejores sistemas sanitarios del mundo se han basado en modelos p¨²blicos
La sanidad constituye un ejemplo de la paradoja del aislacionismo e insolidaridad que est¨¢ emergiendo como respuesta a exigencias globales que resultan inc¨®modas para algunos supuestos l¨ªderes mundiales. Los sistemas de salud est¨¢n indisolublemente unidos a tendencias dif¨ªcilmente reversibles en algunos pa¨ªses como el envejecimiento de la poblaci¨®n. Tambi¨¦n a la emergencia e intensidad de algunos flujos migratorios. Ser¨ªa terrible que en un momento en que la computaci¨®n y los avances de investigaci¨®n pueden erradicar algunos de los males hasta ahora end¨¦micos relacionados con la sanidad en todo el mundo, se abandone ese camino.
En pa¨ªses como EE UU, donde los problemas relacionados con la salud no han hecho m¨¢s que crecer, la cobertura de cientos de miles de familias provoca sonrojo por su escasez o inexistencia. Y los planes que ahora se manejan podr¨ªan dejar entre 20 y 30 millones de norteamericanos sin asistencia. En Reino Unido, un sistema p¨²blico tradicionalmente admirado, se est¨¢n realizando recortes. Y fen¨®menos como el Brexit pueden implicar una reducci¨®n de la competitividad de sus recursos humanos que, en buena medida, ha venido del exterior en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Culpar a la inmigraci¨®n del coste de la sanidad resulta inexacto e injusto. Obvia otras realidades como la proliferaci¨®n de malos h¨¢bitos alimenticios, el mal uso (y abuso) de los servicios p¨²blicos o los efectos del envejecimiento.
Lo que no debe sorprendernos es que muchos de los mejores sistemas sanitarios del mundo se han basado en modelos p¨²blicos con cierto grado de universalidad y preservar ese tipo de modelos puede ser esencial, con los recursos precisos, para dotarlo de solidaridad externa. Y aqu¨ª aparecen de nuevo pa¨ªses como Alemania tomando el testigo de esos liderazgos y recordando (como se hizo en la cumbre de Hamburgo de principios de este mes) la urgencia de abordar algunos temas de investigaci¨®n, inversi¨®n y coordinaci¨®n para combatir ciertas epidemias y crear sistemas de prevenci¨®n, entre otras cuestiones. Como en otros ¨¢mbitos socioecon¨®micos, lo que hace Alemania es fomentar el llamado ¡°liderazgo de sistemas¡± que consiste en crear grupos que puedan contrarrestar el aislacionismo de los que hasta ahora han sido los l¨ªderes mundiales. Un nuevo modelo ante la amenaza de falta de respuesta a emergencias sanitarias mundiales. Un debate controvertido.
Espa?a debe ser parte de ese grupo solidario y reactivo. Siempre aparece en todos los rankings como uno de los mejores sistemas del mundo, aunque la satisfacci¨®n vaya por barrios. La f¨®rmula para preservar el modelo y ayudar a la coordinaci¨®n internacional es sencilla: escuchar a los profesionales del ramo. Y se comprueba que a la eficiencia no se llega con recortes sino con un buen uso de los recursos. Ni los gestores son siempre los adecuados (respondiendo a motivaciones pol¨ªticas m¨¢s que profesionales) ni los usuarios somos responsables. Ni la inversi¨®n en investigaci¨®n va en la direcci¨®n que deber¨ªa. Es m¨¢s f¨¢cil culpar a la inmigraci¨®n u obviar la necesaria coordinaci¨®n y solidaridad internacional. Pero ese no es el modelo.
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